Si te gustan nuestros artículos puedes suscribirte a los boletines semanales con las últimas noticias sobre la historia de Valencia

Las casas de los locos y de las locas, también llamadas en la época cases de orats y orades y casa de dements constituían las edificaciones más antiguas del Hospital.

En el siglo XVIII se encontraban ubicadas en la misma zona donde fueron construidas en el siglo XV, en el lado oeste del terreno del Hospital de Folls e Inocents, esta puerta cambió popularmente de nombre comenzando a ser llamada Portal dels Inocents.

Durante todo el siglo, las casas de locos fueron tres: casa de locos, casas de locas y goleta de dementes, esta última estaba ubicada en otra zona y tenía características distintas y por tanto será objeto de comentarla posteriormente; cuando la documentación habla de “casas” se refiere a las de los locos y locas.

Estas casas constituían un bloque de edificaciones separadas espacial y funcionalmente del resto de las enfermerías, con las que mantenían también grandes diferencias arquitectónicas.

A lo largo del siglo XVIII las casas de los locos permanecen en la misma zona oeste del Hospital ocupando el terreno comprendido entre la muralla, la calle del Hospital, el patio de la iglesia, y el cementerio. Durante la primera mitad del siglo la casa de locos y locas estuvieron separadas por numerosos edificios y la nave de la Iglesia. Hasta que la antigüedad de las instalaciones y sus múltiples deficiencias hizo conveniente la restauración del edificio de mujeres y la construcción de nuevos locales para los varones. La tercera sección de locos, la goleta o convalecencia de dementes funcionaba separada administrativamente y estaba ubicada a distancia de los anteriores desde al menos 1.634 en que aparece la primera referencia documental de su existencia. Estos tres departamentos funcionaron durante todo el siglo. La descripción que del Hospital hace el Visitador Mayoral en 1.777 es muy ilustrativa:

“… Casa de locos: Ay dos casas dentro del recinto del Hospital para los locos, una donde están los furiosos; los que a tiempos conviene encerrar y los que han curado de su locura; y otra que se llama la convalescencia donde están los maníacos y los que están inútiles para el trabajo. Ambas están a cargo de un principal Padre de los locos, que tiene un subalterno o segundo Padre en la otra casa… Casa de las locas: ésta casa que está a cargo de una madre de ellas…”

En 1.880 se mantenía la separación de las secciones.

Vista hasta aquí algunas consideraciones preliminares, pasa, la autora, a continuación a describir con el mayor detalle que le ha sido posible, las características individuales de cada una de estas secciones.

Los accesos

A la casa de los locos no se podía acceder directamente desde el exterior ya que su puerta principal estaba en un pasadizo que, al menos en el siglo XVIII, se usaba como amasijo (espacio desordenado de cosas heterogéneas). A este pasillo se podía entrar por los dos extremos: uno de ellos estaba próximo a la puerta de la muralla por donde entraban los carros y los suministros y cercano al cuarto donde se repartía la carne, la bodega y la cocina principal. El otro extremo de este pasadizo, próximo al patio de la Iglesia era la entrada más dificultosa ya que para acceder había que ir por un corredor en el que estaba el horno, oficinas y cuartos del dependiente y sobre el cual estaba la habitación del Clavario y después por un pasillo angosto que hacía de distribuidor. Aunque parezca complicada esta ubicación y, de hecho los es para nuestra mentalidad, hay que tener en cuenta que, en sus orígenes, la casa de locos estaba en el centro de toda el área de servicios y administración y así continuaba, no se tenía acceso a la calle pero sí a todo lo fundamental.

La distribución

En su origen la casa de los locos era la situada junto al amasijo (espacio desordenado de cosas heterogéneas), habitación del clavario y cuarto de comensales. Podemos adjudicarle forma de cuadrilátero irregular con una planta aproximada de 30 x 12 varas valencianas (1 vara = 0.906 metros), es decir 250 m2. La planta baja (piso de tierra como se llamaba entonces) contenía la casa del Padre de los locos y diferentes estancias u oficinas que ocupaban la mitad aproximadamente del terreno, el resto era para las jaulas y el pasillo cubierto de acceso a ellas. El piso superior era para los dormitorios de los locos. Desde el pasillo de las jaulas se accedía a un patio vallado, con plantas, árboles y lugares comunes, un terreno triangular con algo más de 100 m2 al que salían a tomar el aire, el sol y que recibía el nombre de descubierto de la habitación de locos.

Atendiendo a las citas de la documentación podemos hacernos una idea de las instalaciones de la Casa del Padre de los locos: contenía un recibidor o distribuidor, las habitaciones para el padre y su familia, la cuina (cocina), el menchador (comedor) y el rosari dels orats.

Separado de este conjunto por los terrenos de la Cofradía de Santa Lucia y la ermita del mismo nombre, se encontraba la segunda sección de jaulas de la Casa de los locos, que parece corresponder a la edificada por contrato del 18 de marzo de 1.694 por ser insuficientes las antiguas. Esta ampliación cuya superficie aproximada estimamos en 120 m2 contenía ocho jaulas, un pasillo ancho y uno estrecho, un cuarto pequeño anexo a la cocina principal y una oficina pequeña. Contando las dos plantas de las habitaciones de los locos, el huerto o patio y los dos pasillos de jaulas suman 600 m2 para los varones locos. Si consideramos una media de existentes aproximada de 60 cada uno de ellos disponía de 10 m2 de espacio común en la vieja casa.

El aspecto interior de la casa era muy sencillo, estaba blanqueado con cal y se emblanquinaba con mucha frecuencia; la iluminación se realizaba con faroles de vidrio grandes y con llantias (dispositivo donde se coloca un líquido combustible y en un extremo una mecha para producir luz) de aceite, algunos de los cuales se encontraban dentro de una hornacina atados con una cadena y cerrados con llave para prevenir accidentes. El mobiliario era escaso, pero durante la primera mitad del siglo fue suficiente. Consistía básicamente en arcones para guardar la ropa, y el pan, camas con listones de madera que se llamaban empostats y camas de hierro, bancos de madera, algunas sillas (pocas) y numerosos cuadros con imágenes religiosas. Estos elementos se mantienen prácticamente estables a lo largo de los cien años.

A mediados del siglo, el número de enfermos comenzó a aumentar, lo que unido a las precarias condiciones del edificio original hizo que “una persona devota” que luego resultó ser el arzobispo Mayoral se ofreciera a construir un edificio nuevo para los locos, en la clavería 1.757-1.758.

 Próximo artículo:

Manicomio de Valencia. La nueva casa de locos.

  

Fuentes consultadas:

  • Archivos autores

  • Archivo del Reino de Valencia

  • Archivo Histórico Municipal

  • Biblioteca valenciana

  • Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia

  • Archivo de la Diputación provincial de Valencia

  • Hemeroteca valenciana

  • Wikipedia

 

Bibliografía

  • El manicomio de Valencia del siglo XV al XX

  • HEIMANN, C (1.994) El Manicomio de Valencia (1.900-1.936). Tesis Doctoral. Facultad de Medicina de Valencia.

  • Conxa Ciscar Vilata. El manicomio de Valencia del siglo XV al XX. La sección de locos del Hospital General de Valencia en el siglo XVIII.