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La goleta de dementes o segundo departamento de locos fue construido en 1.634 a expensas de Simón Gorrís que era secretario del Hospital. Se trataba de un pequeño departamento para los dementes irrecuperables con la intención de que éstos no llenaran la casa de locos. A este edificio se accedía indirectamente, bien desde el patio que después sería de la tropa o desde el comedor de la convalecencia. Lo intrincado de esta zona del Hospital hacía que recibiera desde la antigüedad el nombre de goleta (garganta pequeña y estrechamiento).

A principios de siglo los locales de la goleta formaban una especie de rectángulo cuyos límites eran: al sur la muralla, al oeste la nueva convalecencia, al norte el comedor de la convalecencia y el brazo de la enfermería nueva (que a partir de 1.710 sería parte de la sala de cirugía dedicada a los soldados enfermos) y al este el convento de San Agustín.

Antes de 1.760 los dementes ya habían ocupado la antigua convalecencia (que no se utilizaba por los enfermos generales) por lo que la sección comenzó a ser llamada también Convalecencia o locos de convalecencia.

La distribución interior de esta sección era: cuadras de simples con planta baja y, al menos, una altura. En la planta baja se hallaba el recibidor, la casa del padre, el comedor y los dormitorios comunes, y en el primer piso habitaciones de menor tamaño. Todas estas estancias daban a un patio del que recibían luz y ventilación. Este patio estaba entre la goleta y la convalecencia, de unas dimensiones aproximadas de 300 m2, tenía bancos de varios tipos, unos de loza empotrados en la pared y otros de sillares lo que se consideraba antiestético e incómodo El piso era de empedrado y sin rasante suficiente. Esto, unido a que el desagüe, resultaba insuficiente para recoger el agua de lluvia, hacía que a veces se inundara “el corralón de la goleta”.

Este patio, de uso exclusivo de dementes y al que solo se podía acceder desde esta sección, fue a veces utilizado “para ejercicios de dos compañías de voluntarios (soldados) los días de fiesta por la tarde”.

Dos peculiaridades de esta sección eran: una la inexistencia de jaulas, otra, la inexistencia de retretes.

 

Los baños

Los baños para los locos se construyeron a finales de siglo en el terreno comprendido entre la casa de los locos y la de las locas en lo que antes fue matadero y que en esa época también servía para depósito de leña.

Antes de esto, se administraban en condiciones muy precarias y dificultosas puesto que cuando los médicos creían conveniente “el remedio de los baños” se les practicaba en una tina. Un informe hace constar lo dificultoso de meter a los locos en una tina y el elevado gasto de leña para calentar el agua y se proponía la creación de unos baños apropiados para locos y uncionarios.

Desde la primera propuesta de la junta de administradores el 21 de junio de 1.775 hasta la puesta en funcionamiento pasaron casi veinte años. En los primeros meses se pidió informes favorables al clavario, a una comisión, al médico primario, que entonces era el Dr. Nicolau, y todos lo vieron muy conveniente “construir una balsa capaz en la que entre y salga el agua bien limpia y que sirva para los locos y enfermos”. Dos años después el Visitador Mayoral se mostraba de acuerdo con la propuesta, que veía factible aprovechando el paso de la acequia del Hospital, pero no se decidió su construcción hasta las juntas de administración del 8 de febrero y 22 de septiembre de 1.785. Se decidió colocarlos en el terreno del antiguo matadero, que estaba inutilizado entre la casa de locos y locas, lugar que se encontraba ideal para “no extraviarlos de su lugar”.

Así y todo la construcción se demoró porque la indicación se amplió a los uncionarios y otros enfermos y se decidió cambiar su ubicación a la zona comprendida entre la goleta y la sala de Juntas del Cristo de la Agonía (próximos por tanto a la balsa).

El proyecto se mostraba cada vez más ambicioso y se fue construyendo por etapas: El 10 de agosto de 1.788 ya había dos pilas concluidas y dos muy adelantadas. Se pusieron ya en funcionamiento. En 1.890 ya se habían concluido las 10 pilas del proyecto inicial, pero se consideró insuficiente para el uso del público en general que deseaba utilizarlas, y también por la necesaria separación entre varones y mujeres. Se planteó por ello la necesidad de ampliación demoliendo la sala de Juntas del Cristo de la Agonía y se aprobó en agosto de 1.791. Se fueron poniendo en marcha conforme se iban acabando y finalmente se construyeron todas las pilas, 16 en total, 4 gratis para los enfermos y los pobres y 12 para el público que pagaba por usarlas. La inauguración oficial fue el 30 de junio de 1.798. Así pues parece ser que al final se construyeron tres tipos de baños: el de los locos entre sus respectivas casas, los baños para pobres, enfermos y uncionarios junto a la goleta y unos baños públicos más lujosos en la ampliación correspondiente a los terrenos de la Cofradía de la Agonía y que seguía funcionando en el siglo XIX.

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Manicomio de Valencia. Personal de las casas de los locos y las locas.

 

Fuentes consultadas:

  • Archivos autores

  • Archivo del Reino de Valencia

  • Archivo Histórico Municipal

  • Biblioteca valenciana

  • Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia

  • Archivo de la Diputación provincial de Valencia

  • Hemeroteca valenciana

  • Wikipedia

Bibliografía

  • El manicomio de Valencia del siglo XV al XX

  • HEIMANN, C (1.994) El Manicomio de Valencia (1.900-1.936). Tesis Doctoral. Facultad de Medicina de Valencia.

  • Conxa Ciscar Vilata. El manicomio de Valencia del siglo XV al XX. La sección de locos del Hospital General de Valencia en el siglo XVIII.