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Hay pocos escritos de los alienistas españoles y valencianos sobre las condiciones asistenciales que vivieron durante el siglo XIX.

Los libros de Entradas y Salidas existían desde el siglo XVIII, a él corresponden los ocho primeros libros, y pertenecen al siglo XIX del noveno al número sesenta y nueve. En 1.813 la Junta Provincial de Beneficencia asignó la función de su cumplimiento al Padre de Locos. El “Reglamento para la Dirección Facultativa del Asilo de Enagenados de Valencia” de 1.845 ordenó esta función al Director Médico. El “Reglamento para el Departamento de Dementes del Hospital General de la Provincia de Valencia” de 1.960 fue más allá, puesto que especificaba que el Médico Director debía formar historia y plan curativo de los dementes en un Libro.

Del Asilo de Enajenados al Manicomio de Valencia

A lo largo del siglo XIX la decadencia del Establecimiento fue progresiva, la escasa información de la época refleja una continua queja y demanda de necesidades, de local, de medios materiales y económicos, mientras el número de ingresados iba en aumento las condiciones del establecimiento eran insuficientes.

En 1.848 se inició un período en que se pretendió legislar y reglamentar, se propusieron reformas y se aprobaron los presupuestos para su realización; se eliminaron las jaulas y hubo algunas mejoras en los pabellones de pacientes, se reformó la Casa de locas, sin embargo, el local no reunía las mínimas condiciones como quedó reflejado en la Memoria de 1.853 realizada por el director administrativo. El año 1.852 la Junta realizó un informe y una petición a la Reina de un local más adecuado.

En esos momentos el número de dementes en la Casa de Locos de Valencia era de 380 (250 hombres y 130 mujeres).

El Gobierno concedió el 15 de septiembre de 1.853, para la nueva ubicación del Hospital de Dementes el Monasterio de San Miguel de los Reyes, que había sido monasterio de Jerónimos y tras la “Guerra del Francés” el edificio había quedado seriamente dañado con la ocupación de las tropas, sobre él devino el proceso de desamortizador, por la orden del Intendente de 15 de noviembre de 1.820, y en 1.835, tras los decretos de desamortización y exclaustración, los religiosos se vieron obligados a abandonarlo.

El 12 de octubre de 1.853 la Junta Provincial de la Beneficencia tomó posesión del edificio y comenzó su habilitación autorizando en octubre de ese mismo año el traslado de dementes:

“… comenzó a habilitarlo as aún llegó a trasladar a algunos dementes (no solo para llevar a efecto la total ocupación y repaso, sino también con el objeto de que sirviese ya desde luego de medida higiénica para los convalecientes. Grande era el gasto que necesitaba el hospital para montar cual corresponde y hacer una buena Casa de Locos de un edificio que desalojaron los monjes veinte años antes y fue ocupado por las turbas de pordioseros. El 12 de abril de 1.854 la administración diocesana insertó una reclamación para paralizar la habilitación, el hospital agenció recursos extraordinarios para la operación, entonces se vio Valencia infectada por el cólera morbo-asiático… y el Monasterio se utilizó para albergar a familias pobres y enfermos coléricos en la epidemia de 1.854… situación que prosiguió a causa de las fiebres tifoideas de 1.856… en 1.857 es ocupada parte del edificio para albergar mulas del ejército británico y posteriormente para ubicar a la tropa del Gobierno militar de Valencia, destruyéndose lo poco que la Junta lo había mejorado”.

Siendo, como acabamos de ver, imposible su utilización como Hospital de Dementes, en 1.856 la Junta Provincial de Beneficencia  solicitó una permuta: ceder el Monasterio de San Miguel de los Reyes a cambio del Convento de San Agustín (que en ese momento era un correccional) para Hospital de Dementes, en 1.857 la Junta Provincial de Beneficencia pidió de nuevo la autorización de permuta.

La permuta por el Convento de San Agustín, que estaba contiguo al Departamento de Enajenados y situado en la misma manzana, fue denegada. En 1.857 el departamento se encontraba completamente lleno y no pudiendo contener más enajenados, la Junta Provincial de Beneficencia, en 1.859, expuso:

“… nada puede hacer faltándole local pues siendo apenas capaz de abrigar a 200 enajenados abriga a 449”… “es vergonzoso continuar en tan triste local, antihigiénico, es peligroso a mas  a la publica salubridad y es contrario al espíritu mismo de la ley, suplica proveer el remedio necesario, pidiendo al Gobierno civil el huerto del presidio para ampliar el Departamento y que provisionalmente sean trasladados a otros departamentos los dementes de Albacete, Cuenca y Murcia”

El Presidente de la Junta solicitó en 1.858 al Gobierno Civil el huerto del presidio para ampliar el Departamento, petición que también fue denegada, pero se acompañó de la determinación de que el arquitecto provincial elaborase un proyecto de obra para mejorarlo, aumentando su capacidad. El arquitecto provincial levantó plano para mejoras del Departamento de Dementes y realizó un presupuesto para las obras de transformación del Hospital el 30 de mayo de 1.859.

De 1.857 a 1.866 no se admitieron enajenado de otras provincias por falta de capacidad del establecimiento. En 1.863 hubo un nuevo proyecto de ampliación del local para recibir más dementes, mientras tanto se habilitó la despensa y locales contiguos. El departamento no disponía de espacio para coger más números de ingresos, y se llegó a una situación de hacinamiento extremo, los enfermos estaban casi en contacto, con escasa ventilación y carencia de suficientes baños.

Para paliar el problema, en 1.866 se planteó la habilitación del Exconvento de Santa María de Jesús como Manicomio provisional hasta que estuviese construido un “Manicomio Modelo”. En abril se entregó una memoria a petición del Gobernador Civil detallando el número de dependencias que sería necesario establecer en el edificio. En noviembre de ese mismo año ya se trasladaron ochenta dementes al Exconvento de Jesús, que estaba aún sin habilitar, donde fueron alojados de cualquier manera, dormían en el suelo o sobre paja, muchos estaban descalzos o sucios, no tenían banco ni sillas y solo había dos pequeñas balsas para baño. Lo que no faltaba eran celdas de aislamiento. Al principio tampoco había personal médico en la plantilla del nuevo departamento.

En 1.872 los dementes estaban distribuidos en diversos locales:

  • Edificio de Jesús: 89 hombres, 143 mujeres

  • 1º Departamento. Casa de locos: 26 hombres

  • 2º Departamento. La Goleta: 91 hombres

  • Salón de presos: 32 hombres

  • Otros puntos: 23 hombres, 17 mujeres

En total se contabilizaban a 261 hombres y 160 mujeres, haciendo un total de 421 dementes.

Próximo artículo:

Manicomio de Valencia. El Manicomio de Santa María de Jesús.

 

Fuentes consultadas:

  • Archivos autores

  • Archivo del Reino de Valencia

  • Archivo Histórico Municipal

  • Biblioteca valenciana

  • Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia

  • Archivo de la Diputación provincial de Valencia

  • Hemeroteca valenciana

  • Wikipedia

Bibliografía

  • El manicomio de Valencia del siglo XV al XX. Lorenzo Livianos, Conxa Císcar, Ángeles García, Carlos Heimann, Miguel Angel Luengo, Hélène Tropé

  • HEIMANN, C (1.994) El Manicomio de Valencia (1.900-1.936). Tesis Doctoral. Facultad de Medicina de Valencia.

  • Hélène Tropé. Del Hospital de los Inocentes (1.409 – 1.512) a la Casa de Locos del Hospital General 1.512 – 1.699)

  • Conxa Ciscar Vilata. El manicomio de Valencia del siglo XV al XX. La sección de locos del Hospital General de Valencia en el siglo XVIII.

  • Ángeles García Rodríguez. Del Asilo de Dementes al Manicomio de Valencia en el siglo XIX.