Incluso la edad podía ser una seña de identidad, y eso, en los dos casos extremos, viejos y jóvenes. Entre los apodos que designaron a ancianos, cabe citar la “vella”.

Por otro lado estaban los niños y adolescentes, cuyo número, bastante importante, no deja de sorprender. Parece que algunos niños vivían en la Casa de las locas. Algunos son llamados el fadrinet, lo que indica su corta edad. A veces , incluso, se precisa la edad , como en 1.417 en que se alude a “un niño de 12 años” y a otro, de 7 años.

Cabe precisar que no hay ninguna duda de que algunas de las locas engendraron y dieron a luz a unos niños dentro del Hospital. Bien es verdad que no se encuentra ninguna noticia de ninguna intriga amorosa entre un loco y una loca en los libros de cuentas. Salvo escasas excepciones, no eran muy locuaces los administradores en sus libros de cuentas. No obstante, algunas menciones no dejan ni la menor duda, la frontera entre locos y locas fue a veces franqueada. Algunas partidas de gastos, relativas a la crianza por nodrizas exteriores al Hospital de niños engendrados por las locas dentro de éste, lo prueban. Bien es verdad que algunas de ellas estaban embarazadas cuando ingresaron.

Cabe subrayar que no se deja a esos niños con sus madres después de nacer y que , una vez destetados, eran traídos de nuevo al Hospital, que seguía probablemente alimentándolos y vistiéndolos hasta que tuviesen edad de trabajar.

De hecho, los documentos suministran pocos datos, por lo menos, de forma directa, sobre la manera como los administradores consideraban aquellas transgresiones de su regla de estricta separación de los locos y de las locas en el Hospital. Sin embargo, algunas menciones manifiestan que los administradores procuraban cuidar lo mejor posible de aquellos niños nacidos de relaciones ilícitas.

Cualquiera que fuese la reprobación  suscitada por esos engendramientos escandalosos que transgredían la ley de separación de los locos y de las locas, vigente en el Hospital, bien parece que, una vez nacidos, aquellos niños eran plenamente asumidos por la institución.

No deja de ser significativo que a esos hijos naturales o borts, también se les llamara a veces “fills del espital”.

Según los nacimientos mencionados en los libros de cuentas, unos diez niños nacieron en el Hospital entre 1.491 y 1.510. Se deduce de ello que la regla de separación de los hombres y mujeres era a veces transgredida, por lo menos en la época del Hospital de los Inocentes.

No se encuentran alusiones semejantes en los libros de cuentas del Hospital General. Es posible que la regla de la separación haya sido aplicada con mucho más rigor en los tiempos de éste. Por lo menos, las Constituciones de 1.660 encargan a la Madre de las locas que vigile cuidadosamente a éstas no dejándolas salir, cerrando cuidadosamente la puerta de su Casa y no dejando entrar a ningún hombre en sus aposentos.

Por último, varias menciones aluden a comportamientos considerados como signos manifiestos de locura, tales como la pérdida del instinto de conservación: rechazo de alimentarse, tentativas de suicidio, agresividad mortífera hacia los demás o hacia los animales. También dejaron constancia en aquellas listas de las desviaciones de algunos: desnudez, suciedad patológica, blasfemias, furor, etc. También, los administradores identificaron a algunos mediante criterios religiosos y les llamaron según los casos “conversos” o “moriscos”.

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Manicomio de Valencia. El final de la estancia, salidas con permiso de los administradores, evasiones y fallecimientos.

  

Fuentes consultadas:

• Archivos autores

• Archivo del Reino de Valencia

• Archivo Histórico Municipal

• Biblioteca valenciana

• Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia

• Hemeroteca valenciana

• Wikipedia

 

Bibliografía

• El manicomio de Valencia del siglo XV al XX

• HEIMANN, C (1.994) El Manicomio de Valencia (1.900-1.936). Tesis Doctoral. Facultad de Medicina de Valencia.

• Hélène Tropé. Del Hospital de los locos (1.409-1.512) a la Casa de los locos del Hospital General (1.512-1.699).