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Según los registros de los locos del siglo XVII, nueve hombres ente 1.606 y  1.670, otros dos entre 1.670 y 1.700 y tres mujeres entre 1.676 y 1.696, ingresaron en la Casa de los locos “por orden de los señores inquisidores”.

Sin embargo, las escuetas menciones sobre aquellas personas en los registros del Hospital no bastan para aclarar las razones por las que los inquisidores las mandaron a una Casa de locos. Bien es verdad que la locura parece haber sido el motivo de la hospitalización de ocho de las catorce personas, sin que, aparentemente, se haya puesto en tela de juicio la realidad de su supuesta locura.  De entrada se califica a los ingresados de orat o de loco. Sin embargo, a propósito de los demás, el Padre de los locos que los inscribió no mencionó para nada la locura, sino que sólo apuntó fórmulas estereotipadas tales como: “portaren de la Ynquisicio…”, “Portugues de la Inquisicio”, “enviaren los Señors Inquisidors a…”. Estas inscripciones, como todas las de estos registros, son consignadas de manera lacónica o expeditiva, y esa ausencia de mención explícita de su locura plantea el problema de saber por qué los había enviado el tribunal a esa Casa de locos.

Fueron aquellas enigmáticas menciones la que nos llevaron a examinar las relaciones de causas de fe del tribunal de Valencia, la correspondencia entre sus inquisidores y la Suprema y algunos procesos en busca de datos complementarios.

Trabajamos con un corpus de casos fechados entre 1.580 y 1.699, seleccionados en los archivos de dicho tribunal valenciano. En realidad, pese a que no encontramos más que los documentos relativos al proceso de tres de aquellos catorce reos registrados  en el Hospital, ese examen reveló que, de hecho, la cuestión de la locura de los reos procesados por el tribunal valenciano había sido planteada no pocas veces. Incluso, las relaciones de causas mencionan explícitamente el ingreso en el Hospital de locos de Valencia de varios reos a los que ni las listas de locos, ni los registros del siglo XVII, ni ningún documento, mencionan, por mucho que se examinen, sea porque no se hiciera efectivo el ingreso, sea porque se les inscribiera bajo otro nombre o bajo un apodo, sea porque se omitiera inscribirlos. De cualquier modo, de 1.580 a 1.680, 33 procesados fueron enviados al Hospital de los locos de Valencia.

Asimismo, dichas investigaciones en la documentación inquisitorial valenciana permitieron averiguar que los acusados considerados locos eran ingresados en el Hospital para que, según qué casos, los curaran o los observaran. El informe de los médicos del Tribunal, el testimonio del carcelero y, a veces, del compañero de celda, eran determinantes para la suerte del acusado. El proceso inquisitorial se suspendía cuando éstos opinaban que el acusado estaba loco.

Sin embargo, la mayoría de las veces, la Casa de los locos fue utilizada y considerada como un espacio terapéutico, y los Inquisidores permanecieron a la espera de que los médicos declarasen que el acusado estaba curado o no estaba loco. Por lo tanto, una doble misión, vigilar o controlar y curar, se asignaba al Hospital. El sistema funcionaba perfectamente, pues los intereses de ambas instituciones coincidían. Pero no siempre, los administradores del Hospital veían con buenos ojos a esos ingresados suplementarios a los que había que alimentar  e informaban con suma diligencia a los inquisidores en cuanto consideraban que los acusados ingresados ya se habían curado. Entonces se devolvía el ingresado al tribunal y el proceso se reanudaba. Sólo dos acontecimientos excepcionales impidieron la conclusión del proceso: la evasión y la muerte.

La liberación definitiva de los acusados después de su estancia en el Hospital era algo realmente excepcional. De la misma manera, según todas las relaciones de causas de examinadas, sólo en casos excepcionales se liberó a los reos ingresados por orden de los inquisidores cuando salieron del Hospital.

La Casa de los locos pasaba entonces a desempeñar el papel de “anexo terapéutico” de las cárceles de la Inquisición. Sin embargo, si el Hospital recluyó y encerró, también procuró curar aquellos locos de la Inquisición, y en buen número de casos, los documentos dan a entender que lo consiguió. De esta forma, de buen o mal grado, de hecho, el Hospital vino a ser una pieza útil en el gran proyecto de purificación del Santo Oficio.

Abreviaturas:

  • A.D.P.V.     Archivo de la Diputación de Valencia

  • A.R.V.         Archivo del Reino de Valencia

  • A.H.N.        Archivo Histórico Nacional de Madrid

  • B.U.V.        Biblioteca Universitaria de Valencia

Monedas:

L.:     Libra valenciana (1 Lliura = 20 sous)

S.:     Sueldo valenciano (1 sou = 12 diners)

D.:     Diner

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Manicomio de Valencia. Las Casas de locos y el Hospital General en el siglo XVIII.

 

 Fuentes consultadas:

  • Archivos autores

  • Archivo del Reino de Valencia

  • Archivo Histórico Municipal

  • Biblioteca valenciana

  • Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia

  • Hemeroteca valenciana

  • Wikipedia

 

Bibliografía

  • El manicomio de Valencia del siglo XV al XX

  • HEIMANN, C (1.994) El Manicomio de Valencia (1.900-1.936). Tesis Doctoral. Facultad de Medicina de Valencia.

  • Hélène Tropé. Del Hospital de los locos (1.409-1.512) a la Casa de los locos del Hospital General (1.512-1.699)