Almoina Ciudades Romanas Termas

Almoina Ciudades Romanas Termas

L’Almoina. Las ciudades romanas. Las termas

El conjunto termal de l’Almoina es el mejor exponente del elevado desarrollo de la arquitectura de la Valentia republicana.

Aunque es el edificio mejor conservado de esta época, en la antigüedad sería un mero complemento del vecino Santuario de Asklepios (Templo dedicado a Asklepios, dios de la medicina, asociado a fuentes y emanaciones de agua), formando parte de su recorrido terapéutico y sacro como ocurre en los balnearios modernos.

Estos edificios son de planta rectangular y ocupaban la mitad oriental (este) de una ínsula (Cualquier lugar pequeño o gobierno de poca entidad) que, en su parte occidental (oeste), la integraban tabernae (edificio que tenía una función comercial) administrativas que abrían a la plaza del foro.

A las termas se accedía desde el cardo maximus (Vía principal de la ciudad romana que hacia el recorrido de norte a sur. A sus lados y en sentido paralelo corrían los cardines secundarios. Y que correspondería con la calle del Salvador y la plaza de L’Almoina) que en este tramo estaba porticado con pilares de madera.

Desde la calle se ingresaba en un pequeño vestíbulo que articulaba el acceso a las otras salas del edificio: apodyterium (vestuario de las termas, gimnasios o edificios de espectáculos públicos), tepidarium (sala templada de las termas), caldarium (sala destinada al baño caliente) y las letrinas (es un espacio, situado fuera de una vivienda en un cubículo al efecto, destinado a defecar, y habitualmente no conectado a ninguna alcantarilla).

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De norte a sur, el praefurnium (sala destinada al calentamiento de aire y del agua de las termas; se compone de un horno y una cámara sobre la que habría un recipiente metálico o una caldera) y del caldarium, además, habían dos salas cuadrangulares a las que se accedía a través de la sala del horno, que serían la leñera y un almacén.

El caldarium o sala caliente tiene unas dimensiones de 7,80 x 5,30 metros, cercano a su entrada hay un asiento o banco exento, algo deteriorado, de forma rectangular alargada.

El fondo de la estancia, lo ocupa la bañera o alveus (bañera con gradas para el baño caliente situada en el caldarium de las termas), de forma rectangular de 4,24 x 1,02 metros, y con un estado de conservación óptimo, está elevada 50 centímetros aproximadamente del suelo de la habitación, apoyada sobre suspensurae (suspensura cada uno de los pequeños pilares que sustentaban el pavimento del caldarium de las termas, creando una cámara calorífera) de ladrillo, creando dicha cámara hueca por la que circulaba el aire caliente suministrado por el horno.

El suelo de la estancia, como el apodyterium y el tepidarium, es de losetas cerámica en forma de escamas, de color rojo y amarillo, en esta dependencia se sudaba y se tomaban baños de agua caliente.

El tepidarium o sala templada es una estancia rectangular de 6,70 x 2,90 metros, a la que se accede desde el vestíbulo.

En el centro también existe un banco exento perfectamente conservado.

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Tanto este como el del caldarium servían para dar masajes corporales con aceite y ungüentos que se eliminaban con el strigilis (raspador de metal de forma alargada y curva con mango, cuya parte anterior está hueca y sirve para recoger el sudor junto con los aceites y ungüentos previamente aplicados al cuerpo).

El apodyterium o vestuario, la dependencia más septentrional (norte), es también de planta rectangular de 6 x 2.90 metros.

El ingreso se realizaba desde el vestíbulo a través de un corto y estrecho pasillo.

Al fondo de la sala, a espaldas del tepidarium, existe un habitáculo que podría interpretarse como almacén o ropero.

En la esquina noreste del edificio estaban situadas las letrinas.

es una pequeña habitación rectangular de 5,30 x 1,30 metros, a la que se accedía a través del vestíbulo; todavía se conserva el canal que desaguaba las aguas fecales en la cloaca de la calle.

Se ha deducido que, al menos en la zona norte, habría una planta superior en la se encontraría un depósito de aguas que iría llenando con el agua del pozo situado allí y se vaciaría por gravedad y mediante tuberías hacia las letrinas, la bañera del caldarium y el depósito del praefurnium.

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Las termas eran animados centros de vida social, donde en una atmósfera de sacralidad y relajación, el usuario mezclaba baños calientes con masajes, siguiendo el circuito formado por el apodyterium, el tepidarium y después el caldarium.

Las termas solían tener entradas estrechas y estancias con escasas ventanas para evitar la pérdida de calor, por tanto, en estos ambientes de penumbra resultaba imprescindible la iluminación artificial mediante lucernas (Las lucernas o antiguas lámparas romanas eran pequeños utensilios, hechos en piedra o de terracota, usados desde la prehistoria, aunque fueron los antiguos romanos quienes explotaron su producción masiva y su uso generalizado para tener luz artificial. Eran alimentadas con aceite de oliva y tenían desde una a una docena de mechas. Algunas tenían asas, por lo que podían ser llevadas de una habitación a otra, y también podían ser llevadas por actores en las obras o por los participantes en actividades rituales. Las lucernas mostraban en relieve escenas eróticas, gladiadores, motivos mitológicos o patrones florales).

Estos baños son un testimonio excepcional sobre como fueron las primeras termas romanas.

Son las más antiguas de Hispania y de las más raras que se conocen en el siglo II a. C.

Próximo capítulo: Almoina Santuario de Asklepieion

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía

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  • Los orígenes del cristianismo en València y su entorno. Albert Ribera Lacomba. 2.000

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  • La destrucción de Valentia por Pompeyo (75 a.C.). Llorenç Alapont, Matías Calvo y Albert Ribera. 2.010

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  • La necrópolis de l’àrea episcopal de València. Llorenç Alapont Martín

  • El cementerio del área episcopal de Valencia en época visigoda. Matías Calvo. 2.000

  • Cementerios tardo-antiguos de Valencia: arqueología y antropología. Albert Ribera y Llorenç Alapont

  • La primera topografía cristiana de Valencia. Albert Ribera. 2.008

  • L’Almoina: el nacimiento de la Valentia cristiana. Albert Ribera y Miquel Rosselló

  • La arqueología cristiana en la ciudad de Valencia: de la leyenda a la realidad. Rafaela Soriano Sánchez

  • Valencia y las primeras ciudades romanas de Hispania. Llorenç Alapont. 2.002

  • La decoración arquitectónica romana en Valencia (Tesis doctoral). María Isabel Escrivà Chover. 2.006

  • El foro romano de Valentia y su entorno (siglos II a. C. – III d. C.). Nota en prensa. José Luis Jiménez Salvador

  • Los foros de Valentia y Ercavica. Jorge Morín de Pablos y Albert Ribera Lacomba

  • El foro romano de Valentia. Carmen Marín Jordá, Miquel Rosselló Mesquida y Josefina Piá Brisa.

  • Los orígenes del cristianismo en Valencia y su entorno.

  • Del Šarq al-Andalus a la Valencia cristiana – Madîna Balansiya. Josep Torró. 2.009