Nuevo edificio del Ayuntamiento

Nuevo edificio del Ayuntamiento

Plaza del Ayuntamiento

Primeras transformaciones urbanísticas de la antigua plaza de San Francisco tras la demolición de su histórico convento

Un nuevo edificio para el Ayuntamiento de Valencia

Echando una mirada retrospectiva en el tiempo trataremos de entender las razones que llevaron a un nuevo emplazamiento del primitivo ayuntamiento, en lo que fue Casa de la Enseñanza y parte de los solares del antiguo convento de San Francisco.

El día 16 de mayo de 1.854, ante el ruinoso estado que presentaba la antigua Casa de la Ciudad, situada en los jardines junto al palacio de la Generalitat, el entonces alcalde de Valencia, Juan Miguel de San Vicente, solicitó el informe al arquitecto mayor del Ayuntamiento, acerca de las condiciones de seguridad necesarias de habitabilidad del edificio que ocupaban las oficinas municipales, el referido arquitecto presentó al alcalde su informe en el sentido que dichas dependencias debían ser trasladadas de inmediato a otro lugar.

Dos días después, el alcalde se dirigió al gobernador poniendo en su conocimiento el caso y pidiéndole autorización para trasladarse “provisionalmente” a la Casa de la Enseñanza del arzobispo Mayoral “[…] sin que afectara el traslado en los más mínimo a ninguna clase de enseñanza establecida allí […]”.

Lo bien cierto es que la Corporación Municipal desde aquella fecha, siguió haciendo gestiones para conseguir, aunque sin éxito por el momento, la propiedad del edificio, hasta que, por el Decreto del Gobierno de 25 de septiembre de 1.934, se le concedió el “pleno y absoluto derecho dominio de la Casa de la Enseñanza”.

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Este establecimiento conocido con el nombre de Casa de la Enseñanza, fue fundado por el arzobispo de Valencia, Andrés Mayoral que administraba esta diócesis en la segunda mitad del siglo XVIII, para albergar en él un colegio destinado a la educación y recogimiento de “doncelles de distinguit naiximents” (“doncellas de distinguido nacimiento”), para quienes dedicó el segundo piso de la Casa, mientras que el principal y los bajos eran destinados a la enseñanza gratuita de niñas pobres.

El edificio de la Casa de la Enseñanza propiamente dicho, estaba delimitado todo él por las calles de la Sangre o de Renglons (actual Arzobispo Mayoral), y de poniente (oeste) Llonganissa (actual Periodista Azzati), y por levante (este) el Convento de San Francisco, ahora convertido en plaza del Ayuntamiento.

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Las estructuras arquitectónicas de la Casa de la Enseñanza, todavía perdura integra la fachada de poniente o del oeste, que recae a la calle que ahora lleva el nombre de Arzobispo Mayoral; y algo modificadas las del mediodía (sur) y norte, que incluyó por este lado, la antigua capilla de la Cofradía de la Sangre, capilla que se remontaba al año 1.400, cuando se constituyó esta cofradía en esta.

En el interior del edificio que fundara este arzobispo, existe un bello patio claustral de orden toscano de 3 plantas, con una serie de ventanales en el piso superior que forman una elegante logia (es una galería exterior conformada por arcos sobre columnas, techada y abierta en uno o más lados. Es un espacio arquitectónico, utilizado sobre todo en la arquitectura italiana del siglo XV y siglo XVI).

Las fachadas de poniente (actual Arzobispo Mayoral) y mediodía (sur) encierran la antigua capilla de Santa Rosa de Lima que, como nos cuenta el cronista de la ciudad Santiago Bru y Vidal “[…] conserva su portada neoclásica discretamente singularizada por un establamento muy academicista que separa el vano de la portada propiamente y el del tragaluz del coro, todo coronado por un frontón triangular […] Por dicha portada se franquea desde la calle Arzobispo Mayoral al recinto de la antigua capilla, cuyo unitario espacio interior fue quebrado en 1.935 al prolongar, mediante un forjado, el piso del coro, elevado sobre bóveda rebajada visible desde el zaguán, creando un nivel interpuesto, funcional pero antiestético, entre la planta baja y la bóveda, resultando dividido desde entonces el recinto en Sala Foral, arriba, y salas de exposiciones, planta baja, espacios ambos absolutamente separados conceptual y físicamente […]”.

Si nos situamos ya dentro del este recinto que fue la Capilla de Santa Rosa de Lima, desde donde se encuentra la Sala Foral, que es donde se custodian la Senyera, el Penó de Conquesta, la espada del rey don Jaime y otras muchas joyas de incalculable valor histórico-artístico, podemos ver con más detalle los cinco grandes medallones con pinturas que representan escenas de la vida de Santa Rosa de Lima, así como la bóveda vaída (arquitectura. Se aplica a la bóveda formada de un hemisferio cortado por cuatro planos verticales) que cubría el presbiterio y que representa la glorificación de Santa Rosa y en los ángulos, figuras alegóricas.

Saliendo por la puerta principal de esta iglesia a la calle del Arzobispo Mayoral, toda su fachada de poniente corresponde a la Casa de la Enseñanza caracterizada por su severidad arquitectónica en la que resaltan grandes ventanales con rejas y algún balcón, en sus 3 plantas y ático.

Dado que durante mucho tiempo también estuvo aquí establecida la Escuela Aneja de la Normal de Magisterio, podemos contemplar sobre esta fachada una artística lápida de mármol blanco con la figura en relieve del busto de una célebre maestra cuya labor se recuerda y se elogia con la siguiente descripción: “A la eminente pedagoga María Carbonell y Sánchez. Hija Predilecta de la Ciudad. Valencia para su memoria MCMXV”.

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Este histórico edificio hace esquina también a la calle de la Sangre, en cuya fachada recayente a la misma, estaba y todavía pervive, la portada principal de ingreso al que fue centro docente fundado por el arzobispo Mayoral y por esta razón, todavía podemos contemplar el escudo de este prelado que corona artísticamente el dintel de la puerta; también podemos leer la inscripción Real Casa Enseñanza de Niñas y Colegio de Educandas.

Como el primer establecimiento en este edificio por parte de la Corporación Municipal tenía su acceso por esta puerta, en el balcón situado sobre la misma se conserva el rótulo de Ayuntamiento.

Una puerta que también conserva las características arquitectónicas del conjunto, es la que aparece aproximadamente en el centro de la fachada y es la que se ha habilitado como entrada a las dependencias municipales instaladas en el generalmente denominado Patio de Cristal.

Tanto esta puerta como este amplio patio situado en la planta baja fueron parte de la ya desaparecida iglesia de la Archicofradía de la Santísima Sangre, denominación que dio renombre a toda esta calle que desde la plaza del Ayuntamiento llega hasta la calle de San Vicente, cuyo rótulo, hace muchísimos años, luce en la calle de la Sangre.

Cabe destacar que la primera portada de esta ala del edificio sirvió de ingreso a la capilla que perteneció a la Orden Tercera Franciscana de Penitencia, a la que hace alusión el emblema tallado en piedra que aparece en la parte superior de dicha puerta.

La Casa de la Enseñanza, que en buena parte había sido dedicada para Archivo y Museo Histórico de la Ciudad, quedaba corta de espacio para las crecientes necesidades propias de la burocracia municipal, en consecuencia, se acordó iniciar un proyecto que abarcase, no solo la necesaria ampliación del inmueble, sino también le dotase de una fachada digna recayente con carácter principal a la plaza de San Francisco, nuevo espacio céntrico y vital de la ciudad al que, precisamente, la parte de la Casa de la Enseñanza que a ella asomaba, se hallaba en estado de mayor deterioro como consecuencia del derribo del Convento de San Francisco.

Con fecha 29 de octubre de 1.905 los arquitectos Carlos Carbonell y Francisco Mora Berenguer, presentaron al Ayuntamiento un pliego de condiciones facultativas que debería regir en la ejecución de las obras de ampliación de la Casa Consistorial de Valencia, con fachada recayente a los jardines de San Francisco; una vez subastadas las obras, fue colocada la primera piedra el 30 de junio de 1.906.

Una anécdota histórica digna de resaltar nos la proporciona José Altabella en su obra: Las Provincias, eje histórico del periodismo valenciano, cuando en las páginas 134 y 135 escribe:

“[…] El Ayuntamiento quiso como es de costumbre, enterrar en una caja de plomo las monedas de la época, juntamente con un ejemplar de los periódicos en circulación, que era por orden de antigüedad: LAS PROVINCIAS, EL MERCANTIL VALENCIANO, LA CORRESPONDENCIA de VALENCIA, EL PUEBLO, EL CORREO, LA VOZ VALENCIANA, EL RADICAL Y EL DEMÓCRATA […] Intervino el pudor de no dejar a la posteridad muestra de las encarnizadas batallas dialécticas y los insultos que, por entonces, se cruzaban entre los periódicos El Pueblo, órgano de Vicente Blasco Ibáñez, y El Radical de Rodrigo Soriano Barroeta-Aldamar.

Ambos periodistas accedieron a cultivar por un día un periodismo de guante blanco, ajeno a las pasiones tan violentas; de este modo, el ejemplar de cada periódico impreso en resistente pergamino tuvo acentos caballerescos, para evitar que, en un futuro remoto, al usarlos como fuente histórica, se reconstruyese una triste verdad […]”.

Respecto a la monumental fachada del Ayuntamiento, tan conocida por todos los valencianos, que cabe distinguir en la misma el bloque de edificio integrado por planta baja y dos pisos, según el diseño de Carlos Carbonell y el conjunto formado por la torre del reloj en su parte central y las dos torres que se alzan en cada uno de los ángulos de esta gran fachada principal, según el proyecto del arquitecto Francisco Mora que incorporó los elementos referidos a estas obras a partir del años 1.924, son de planta circular y están cubiertas por singulares cúpulas revestidas por tejas de típica cerámica de reflejo metálico.

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En cuanto a los importantes elementos decorativos de la fachada principal del Ayuntamiento, el Boletín Oficial de la Provincia de Valencia de 30 de julio de 1.927, traía las bases del “concurso entre escultores del Reino de Valencia para la ejecución en mármol de cuatro esculturas con destino a la fachada principal de las casas consistoriales”; en su artículo primero se especifica que dichas 4 grandes figuras “han de ser en mármol blanco para colocarse sobre las 4 columnas, estando los pedestales a 18 metros de altura sobre el nivel de la acera. Estas figuras tendrán 3 metros de altura y podrán ser ejecutadas en una sola pieza o en dos bloques.

Simbolizarán: la Prudencia, la Justicia, la Fortaleza y la Templanza”.

Fueron las elegidas de entre las obras de: Carmelo Vicent: la Justicia y la Prudencia y de Vicente Beltrán: la Fortaleza y la Templanza.

Al margen de todo concurso, se encargó al prestigioso escultor valenciano Mariano Benlliure las alegorías esculpidas en mármol de la Justicia y de la Administración, asimismo como el grupo en bronce del escudo municipal sostenido por dos figuras femeninas de mármol que simbolizan las Artes y las Letras.

También en la fachada podemos contemplar mirando hacia la céntrica y elevada torre-reloj, coronada por el célebre carrillón que, inaugurado el 15 de marzo de 1.930, nos recrea con los acordes de la Marcha de la Ciudad.

En cuanto a la tribuna presidencial que se alza sobre la portada principal de la fachada del edificio Consistorial, tan solo comentar que es de reciente construcción, si bien Francisco Mora ya había redactado en el año 1.958 un proyecto para levantar una nueva planta del Ayuntamiento y añadirle el referido balcón central de piedra; pero este no se construyó hasta el año 1.970, según proyecto de Román Giménez y siendo el autor del artesonado el arquitecto municipal Emilio Rieta López.

Volviendo a los amplios espacios que en el interior del Ayuntamiento surgieron como fruto de las reformas habidas en el proyecto llevado a cabo, llama la atención, en la primera planta, el bellísimo salón de fiestas que ocupa una superficie de 22,60 metros de largo por 10 metros de ancho, cubierto todo él por bóvedas de cañón con lunetos (en arquitectura. Bóveda pequeña, generalmente de cañón, en una cúpula o una bóveda que suele servir para iluminación).

Un tono suave de luz proporciona a tan grande estancia las policromadas vidrieras de los ventanales.

Otro documento aparecido en el Boletín Oficial de la Provincia que complementa el anterior y que lleva también la misma fecha, 30 de julio de 1.927 y que consistía en publicar el “concurso entre escultores nacidos en el Reino de Valencia, para la ejecución de 12 alto relieves en mármol, con destino al gran Salón de Fiestas de la Casa Consistorial de Valencia, que irán colocadas en las enjutas de los arcos de este salón, situadas a una altura de 6.30 metros”, en la cláusula novena se establece que ”el mármol será blanco estatutario de Italia, sin defectos y la ejecución esmerada”.

De aquel interesante y exigente concurso, fueron seleccionadas las obras presentadas por famosos escultores tales como: Vicente Coret, Carmelo Vicent Suria, Enrique Giner y Vicente Beltrán.

Rematan todo el artístico conjunto los 3 plafones elípticos de la bóveda pintados al óleo por Salvador Tuset Tuset.

El Salón de Fiestas de la Casa Consistorial, debidamente terminado, fue inaugurado por Alfonso XIII el día 15 de octubre de 1.929.

Un recorrido por las dependencias del Ayuntamiento, nos acercará a las regias dependencias como la que se conoce con el sobrenombre de Salón de la Chimenea, su nombre hace alusión al típico lugar que la decora, habilitado generalmente para breves entrevistas con la autoridad municipal, recepción de invitados, presentaciones protocolarias, etc.

Muy próximo a esta sala nos encontraremos con la estancia denominada Hemiciclo, de planta semicircular, consta de estrado para la presidencia y de un graderío con más de un centenar de asientos cerrando la parte superior las tribunas para el público; es de resaltar unas bellas columnas y pilastras de granito procedente de Alemania, con aplicaciones de bronce y también unas preciosas alegorías de Valencia, obra del dibujante de historietas, artista fallero y pintor Luis Dubón Portalés.

Descendemos por la espectacular escalinata construida con mármoles de Italia en estilo neoclásico y que preside la escultura en altorrelieve en piedra del Sagrado Corazón de Jesús en la escalera del Ayuntamiento de Valencia que en el año 1.941 esculpió Ramón Mateu Montesinos.

Dando una hojeada a la actual plaza del Ayuntamiento, en el aspecto que hoy nos ofrece y conociendo ya los orígenes de la misma, podemos apreciar cuantos cambios se han sucedido en ella desde que el Padre Tosca la representase en su plano de 1.704.

Si desde aquellos comienzos del siglo XVIII tanto espacio ha ganado la plaza, todavía más lo ha experimentado desde el ya lejano 6 de octubre de 1.805 momento en el que se derribaron las tapias del huerto de San Francisco, comenzando así la primera ampliación.

Próximo capítulo: Edificios más representativos

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía

  • Origen e Historia de las calles del centro histórico de Valencia. Juan Luís Corbín Ferrer

  • España. Levante. Guías Calpe. Elías Tormo y Monzón. 1.923

  • Geografía del Reino de Valencia. José Martínez Aloy.

  • Valencia antigua y moderna. Marcos Antoni Orellana. 1.924

  • La urbe valenciana en el siglo XIV. José Rodrigo Pertegás. 1.924

  • La Universitat de València i els jesuïtes. El conflicte de les aules de gramàtica (1.720-1.733). Salvador Albiñana Huerta

  • Enseñanza de latinidad y humanidades en la renovación pedagógica del Seminario Andresiano de Nobles (1.763-1.785). Telesforo M. Hernández

  • Los restos del rey moro Zeyt, en el Monasterio de la Puridad de Valencia. José Benjamín Agulló Pascual. 1.978

  • Notas históricas de las Seráficas Provincias de Valencia (obra manuscrita). Padre Conrado Ángel

  • Valencia Antigua y Moderna. Constantí Llombart. 1.887

  • Origen y carácter de los acontecimientos de Valencia en la noche del 5 y del 6 de agosto de 1.835.

  • Las fiestas de la nobleza valenciana en el siglo XVII. Pilar Pedraza

  • La enseñanza en el seminario de nobles educandos tras la expulsión de los jesuitas. Enrique Giménez López