Reconstrucción autoconstrucción del Cabanyal

Reconstrucción autoconstrucción del Cabanyal

Los planes de reconstrucción y la autoconstrucción del Cabanyal, Canyamelar y Cap de França: la ciudad ganada al mar.

Tras los incendios de 1.796 que habían devastado gran número de las barracas de las partidas del Canyamelar, Cabanyal y Cap de França, y el abandono del plan ilustrado de la refundación, hubo que adaptar la reconstrucción de estos poblados a partir de un nuevo plan elaborado por los arquitectos académicos Vicente Gascó y Juan Bautista de La Corte.

Este prescindía de las perspectivas y las plazas del primer proyecto, salvo las generadas ante las iglesias del Rosario y de Nuestra Señora de los Ángeles, pero se proponía igualmente la tarea más costosa: sustituir las barracas, por casas de obra sólida, por más que optara por tipos constructivos austeros y funcionales.

Con sentido realista, se respetó la construcción tradicional de barracas a cargo de los propietarios o enfiteutas (derecho real que supone la cesión temporal del dominio útil de un inmueble, a cambio del pago anual de un canon o rédito) del Real Patrimonio, con lo que la parcelación, tan menuda y fragmentada como alineada en los frentes, se ajustó a la modulación de estas construcciones y de los intervalos necesarios entre ellas: l’escalà o distancia de seis palmos (tres por cada vecino) entre las barracas, para facilitar su mantenimiento.

Los largos ejes norte-sur que unen como caminos los tres sectores del Canyamelar, el Cabanyal en sentido estricto y el Cap de França permanecieron como espacios de circulación y sociabilidad, pero las travesías de poniente a levante ganaron importancia para permitir el acceso a una playa cada vez más lejana a consecuencia de las obras del puerto, pero vital para la práctica de la pesca y las actividades recreativas de la temporada estival.

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Los planes de reconstrucción y la autoconstrucción del Cabanyal, Canyamelar y Cap de França: la ciudad ganada al mar.

El resultado fue tendente a una retícula estirada de norte a sur, paralela a la costa, y jalonada por la unión con los caminos (la senda de Albors, el camino de Algirós y el del Cabanyal) y acequias (Riuet, Gas y de la Cadena) y las travesías que conducían al mar y servirán para ensanchar el caserío hacia la playa.

Así lo hará el arquitecto Salvador Escrig en la primera ampliación posterior (1.806), al disponer cuatro nuevas hileras de manzanas alargadas en dirección norte-sur y estrechas para permitir la unión de las parcelas por la parte posterior mientras las fachadas se alinean en las calles paralelas a la playa.

Se reconocía de antemano que los vecinos no contaban con recursos económicos para construir otra casa que no fuera una barraca, pero se definía una alineación que debía ser respetada y confería la apariencia semejante a una red de la singular trama viaria.

En este espacio, los beneficios de las operaciones de urbanización, que ganaban terreno al mar y se atenían a las prácticas constructivas tradicionales, eran codiciadas por el Estado como promotor de las obras del puerto y con derecho sobre la costa, el Real Patrimonio como titular de la propiedad de los solares sobre los que se levantaban las barracas y las instituciones locales de la Diputación de Valencia, y desde 1.837 del Ayuntamiento de Poble Nou de la Mar.

La más conocida de estas operaciones fue la apertura de la calle de la Reina en el Canyamelar, según proyecto del arquitecto José Serrano en 1.840, que distribuía las parcelas en manzanas de dimensión variable, a partir de una nueva calle y del respeto de las travesías ya existentes entre los adjudicatarios, quienes contraían la obligación de edificar edificios de una sola planta hacia levante y de dos en el lado de poniente de la nueva vía.

Más de 10 años después, quedaban parcelas sin edificar, pero la nueva calle sirvió para articular otra paralela hacia el oeste, destinada para barracas de pescadores, la actual calle de la Barraca, y el trazado rectilíneo de la calle de la Reina se prolongó a través del Cabanyal (calle de San Rafael) y el Cap de França, donde tomó el nombre de Alameda, hasta convertirse en la calle única y totalmente recta que conocemos actualmente.

Reconstrucción autoconstrucción del Cabanyal

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A raíz del incendio de barracas en la partida del Cap de França el 30 de mayo de 1.875, se prohibió la reconstrucción y se fomentó la sustitución de edificaciones para viviendas.

Según se desprende del nomenclátor de 1.876 con datos de 1.860-1.863 los 8.571 habitantes del Cabanyal se distribuían en 1.149 barracas (un 66% del total), 375 construcciones de un piso, 218 de dos y 4 de tres plantas.

La sustitución de las barracas por edificaciones de varias plantas y obra más sólida se llevó a cabo, gradualmente y en consecuencia no ordenada, sobre el parcelario que las barracas y los intervalos de l’escalà habían configurado antes.

Esta trama dejó la impronta en aspectos tales como la disposición de las viviendas hacia la calle y el mantenimiento de los patios traseros, lo que supone una adecuada ventilación, de modo que surgen las características manzanas alargadas, de propiedad muy fragmentada, con edificaciones en una, dos o tres alturas, que aún definen una imagen distinta del barrio.

En su novela Flor de Mayo (1.895), Vicente Blasco Ibáñez describe el contraste entre el paisaje del Grao, con su ambiente portuario y comercial, y el de las partidas del Cabanyal, dominadas por la pesca y las barracas:

“[…] Amontonábanse en el fondo los edificios del Grao, las grandes casas donde estaban los almacenes, los consignatarios, los agentes de embarque, la gente de dinero, la aristocracia del Puerto. Después, con una larga cola de tejados, la vista encontraba tendidos en línea recta el Cabañal, el Cañamelar, el Cap de Fransa, masa prolongada de construcciones de mil colores, que decrecía según se alejaba del puerto. Al principio eran fincas de muchos pisos y esbeltas torrecillas, y en el extremo opuesto, lindante con la vega, barracas blancas de caperuza torcida por los vendavales […]”.

Reconstrucción autoconstrucción del Cabanyal

Los planes de reconstrucción y la autoconstrucción del Cabanyal, Canyamelar y Cap de França: la ciudad ganada al mar.

El proceso continuó organizando la trama urbana a partir de las vías ya existentes y de las casas de obra sólida ya construidas.

El Ayuntamiento de Pueblo Nuevo del Mar ejerció sus competencias en policía urbana procurando la nivelación de las aceras, que se comenzaron levantando como rellanos delante de cada vivienda, y rectificando las alineaciones para mantener la anchura de las calles, con la intervención de los arquitectos municipales y bajo la supervisión del facultativo de la Diputación Provincial Antonino Sancho.

Juan Bautista Gosálvez elaboró en 1.891 el proyecto de saneamiento de aguas para extender el alcantarillado, pero no salió adelante y todavía en 1.901 Vicente Blasco Ibáñez denunciaba delante del diario El Pueblo el estado de abandono de los Poblados Marítimos y la falta de higiene en sus calles.

El Ayuntamiento pretendía “poner la población en tales condiciones de ornato, aseo e higiene, que pueda rivalizar como población marítima y veraniega con las primeras y mejores de la península y asegurar el bienestar y la prosperidad” general de sus pobladores, dedicados “exclusivamente a la pesca y a sus industrias veraniegas”.

Estas pretensiones chocaban con otros intereses como la autoridad de la Marina sobre la línea de la costa, en continuo retroceso, y la extensión de las líneas férreas del tren de las canteras de El Puig y de la línea de Aragón y Cataluña, como pretendía el vecino Grau.

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La pesca del bou requería establos para los bueyes que tiraban de las barcas y lugar para guardar los aparejos.

Los corrales traseros de las barracas sirvieron para este propósito, pero con nuevas necesidades higiénicas.

Las agrupaciones de asistencia mutua entre los pescadores que sustituyeron a los gremios, como la sociedad Marina, que compró la antigua casa dels bous de pescadores del Cabanyal (emplazada en la esquina desde la calle José Benlliure 201 a la calle Escalante 232), mientras que Vicente Viñes fundó la protectora con los mismo fines; ambas se fusionaron en 1.866 en la Marina Protectora.

En 1.874 se estableció la sociedad Marina Auxiliante, cuyos edificios sociales todavía persisten.

El blasquismo impulsó otra cooperativa de pescadores bajo el título el Progreso Pescador a comienzos del siglo XX entre la acequia de los Ángeles y la de la Cadena, contó con su propia casa dels bous y lonja del pescado, y tuvo su centro social en el Casinet (1.909), junto a la calle Progreso, punto de encuentro y abastecimiento de víveres, aparejos y otros artículos necesarios para los pescadores.

Estas instalaciones sirvieron también para ordenar el uso de la playa y repartir el espacio en la temporada estival con las barracas y merenderos de los baños.

Las dos sociedades coexistieron para finalmente fusionarse en la Cofradía del Puerto después de la guerra civil.

Tras la anexión de Poble Nou de la Mar a Valencia en 1.897 los proyectos de urbanización tenían que atender a la presencia de las vías del ferrocarril como límites y al reparto de funciones en la actividad pesquera tradicional y el turismo de la temporada veraniega, con sus necesidades de alojamiento estacional, hostelería y baños de mar.

La Dirección General de Obras Públicas consideraba en 1.928 que los pescadores “tienen en dicha playa instalaciones de carácter temporal dispuestas de modo desordenado”.

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El plan para la calle Eugenia Viñes del arquitecto Victor Gosálvez (1.926) se abordó en este contexto, a levante del tendido ferroviario, ocupando, una vez más, terrenos ganados al mar, con dos hileras de manzanas y un vial central de 30 metros de ancho, alineado con el frente de la lonja del Pescado de la Marina Auxiliante.

En estos terrenos se edificaron grupos de viviendas, al amparo de la legislación de Casas Baratas, para los pósitos (depósito de cereal de carácter municipal, cuya función primordial consistía en realizar préstamos de cereal en condiciones módicas a los vecinos necesitados) de pescadores.

 

Fuentes consultadas:

  • Archivos autores

  • Archivo del Reino de Valencia

  • Archivo Histórico Municipal

  • Archivo Administrativo Municipal

  • Ayuntamiento de Valencia

  • Biblioteca valenciana

  • Biblioteca valenciana digital

  • Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia

  • Biblioteca Serrano Morales (Ayuntamiento de Valencia)

  • Archivo de la Diputación provincial de Valencia

  • Hemeroteca valenciana

  • Amadeo Serra Desfilis

  • Inmaculada Aguilar Civera

  • Victor M. Algarra Pardo

  • Pablo Cisneros Álvarez

  • Carles Sanchis Ibor

  • Victor M. Algarra Pardo

  • Susana Climent Viguer

  • Iván Portugués Mollá

  • Lourdes Boix

  • Pablo Sánchez Izquierdo

  • Virginia García Ortells

  • Ester Medán Sifre

  • Mireia Muñoz Vidal

  • Victoria E. Bonet-Solves

  • Desirée Juliana Colomer

  • Sergi Doménech García

  • Carmen Pinedo Herrero

  • Mª Jesús Piqueras Gómez

  • Pep Martorell

  • Pedro García Pilán

  • Real Academia de la Historia

  • Wikipedia

  • Valencia Actúa

  • Jdiezarnal

  • Arquitectos de Valencia

  • Arquitectos italianos en España

Bibliografía:

Existe mucha y muy variada bibliografía referente a los Poblados Marítimos, tan solo mencionaremos algunos de ellos:

  • Guía urbana de Valencia. Marqués de Cruilles.

  • Autoritarismo monárquico y reacción municipal. Amparo Felipo Orts.

  • Insaculación y élites de poder en la ciudad de Valencia, Amparo Felipo Orts.

  • Manual del viajero y guía de los forasteros  en Valencia. Vicente Boix

  • La Valencia musulmana. Vicente Coscollá

  • Orígenes del Reino de Valencia. Antonio Ubieto.

  • Antonio Sanchis Pallares. Historia del Cabanyal. Poble Nou de la Mar 1.238-1.897

  • Antonio Sanchis Pallares. Historia del Grau

  • Antonio Sanchis Pallarés. Historia de la Malvarrosa.

  • Albert Ribera Lacomba. Valencia romana, puerto fluvial y marítimo. Instituciones portuarias y vocación comercial.

  • Isidro Planes. Sucessos fatales desta ciudad, y Reyno de Valencia o Puntual Diario de lo sucedido en los Años de 1.705, 1.706 y 1.707

  • Avecindados en la ciudad de Valencia en la época medieval. María de los Desamparados Cabanes Pecourt

  • Los Poblados Marítimos. Inmaculada Aguilar y Amadeo Serra

  • El Grau de València. La construcción d’un espai urbà. Josep Vicent Boira y Amadeo Serra

  • El Cabanyal: permanencia y transformación. Luis Francisco Herrero García. Tesis doctoral. Universidad Politécnica de Valencia. 2.015

  • La Casa de las Atarazanas de Valencia. Federico Iborra Bernad y Matilde Miquel Juan

  • Las Atarazanas del Grao de la Mar. Gemma M. Contreras Zamorano

  • El ornato urbano. La escultura pública en Valencia. Rafael Gil y Carmen Palacios

  • Arquitectura del eclecticismo de Valencia. 1.983. Benito Goerlich

  • Cerámica barroca en Valencia. María Eugenia Vizcaíno

  • Composiciones cerámicas valencianas del siglo XVIII. María Eugenia Vizcaíno Martí

  • Nomenclátor de las puertas, calles y plazas de Valencia: con los nombres que hoy tienen y los que han tenido. 1.873. Manuel Carboneres Quiles

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