Edificios o elementos desaparecidos II

Edificios o elementos notables desaparecidos del barrio

Estas construcciones, puertas, mezquitas, elementos, establecimientos benéficos, hospitales, construcciones religiosas, imágenes, etc., que desaparecieron por razones de ensanche, amenaza de ruina, derribos preconcebidos y poco meditados, intereses económicos, desconocimiento o por el capricho voluntario de los administradores de turno.

Son solo algunos de los casos más relevantes o de los que se ha tenido constancia, pero debieron ser más, muchos más.

En casi todas las ocasiones daba la impresión que hubiera prevalecido su interés arquitectónico o histórico.

Se perdieron para siempre y de ellos tan solo queda, en demasiadas ocasiones, un vago recuerdo.

Estos recorridos, los hemos dividido en varios artículos por su extensión, intentaremos recoger todos los edificios o elementos desaparecidos del barrio.

Edificios o elementos desaparecidos II

Primitiva iglesia de la Santa Cruz: Esta parroquia estuvo situada en la manzana número 174 de la plaza de la Santa Cruz.

Actualmente ya no existe, fue trasladada al convento del Carmen en 1.842 y su edificio demolido en 1.844.

En un principio se hallaba fuera de la muralla musulmana, en la plaza de su mismo nombre ubicada en el antiguo barrio de Roteros.

Los historiadores Gaspar Escolano y José Garulo hablan de la bendición de una ermita que sería el embrión de la posterior iglesia.

La parroquia de la Santa Creu ya se citaba en el siglo XIII, fundada por los religiosos de Roncesvalles, orden monástica poco conocida, se asignó como distrito o demarcación jurisdiccional, no solo el poblado de Roteros y el núcleo de población que formaban los talleres de curtidores, sino también las casas, huertos y terrenos que entre ellos existían y los circundaban.

De hecho, según el Llibre del Repartiment, en 1.242 se registró que al monestir de Roncesvalls le habían correspondido totes les esglèsies de Roteros, donación que la confirmaría el Cabildo el 17 de noviembre de 1.243, cuando concedió a los canónigos de Roncesvalles las parroquias de Roteros y Puzol.

Edificios o elementos desaparecidos II

Los ciegos oracioneros se habían constituido en hermandad en 1.314 y adoptaron como patrona y amparo a la Santa Creu, por lo que pronto tuvieron en esta iglesia su cofradía, poseyendo lámpara en su capilla y derecho a sepultura, según privilegio real concedido por Alfonso III de Aragón el 5 de octubre de 1.329, documento que en el siglo XIX todavía se conservaba en los archivos de la feligresía.

En esta parroquia también se fundó la Cofradía del Sufragio que desde antiguo alcanzó gran devoción.

Entre otras pertenencias artísticas de esta iglesia se encontraba la Verónica de la Virgen, un cuadro de fina factura enmarcado en talla dorada y en cuyo remate se hallaba el escudo de la parroquia, en la actualidad se halla desaparecida.

El historiador ilustrado, pintor y viajero español Antonio Ponz dijo que en la primera capilla, dedicada a las Almas, a la derecha de esta iglesia, estaba enterrado el célebre pintor Joan de Joanes y que en el altar había varias pinturas de San Lorenzo, San Miguel, la Virgen, Santo Domingo y en el remate se encontraba un descendimiento de Jesucristo en la cruz.

La capilla estaba dedicada a las almas y en su pie se encontraba el vaso de enterramiento tapado por una gruesa lápida, como era normal en casi todas las iglesias.

A instancias del escritor Vicente Boix se exhumaron los restos del insigne pintor en noviembre de 1.842, depositándolos en la iglesia del convento del Carmen, que a partir de aquel entonces pasaría a llamarse de la Santa Creu; el 6 de marzo de 1.850 estos restos óseos fueron depositados en la capilla de los Santos Reyes del convento de Santo Domingo.

En 1.842 la iglesia, hasta entonces situada en la plaza de la Santa Creu, es trasladada, junto a su archivo, a la que fue del convento del Carmen.

Además quedaron también reubicadas todas las piezas artísticas de la iglesia de la Santa Creu, simbólicamente este traslado se materializó mediante una solemne procesión.

La desaparición de la parroquia motivó nuevas construcciones en su espacioso solar.

Edificios o elementos desaparecidos II

Cementerio de Santa Creu: El cementerio parroquial se situó junto a la iglesia, en el lugar donde actualmente forma un rincón que en otros tiempos fue un atzucat.

De este fossar se tienen noticias que provienen del siglo XIV, concretamente el 26 de noviembre de 1.372, en esta fecha els Jurats exponen que mandaron hacer una abertura en un atzucat que se hallaba detrás de la iglesia y otra enfrente de aquel, junto al viejo muro, por lo que tuvo que construir un puente sobre el viejo valladar, puente que conectaría directamente con los límites de la plaza e iglesia de la Santa Creu.

Tras la desaparición de los cementerios parroquiales a principios del siglo XIX, su solar permaneció sin edificar durante bastante tiempo.

El marqués de Cruilles en su Guía Urbana de la Valencia antigua y moderna de 1.876 cita el camposanto diciendo que estaba contiguo a la iglesia.

Edificios o elementos desaparecidos II

Torreón de Santa Catalina o Torre de la Diputación: Se hallaba en la confluencia de las actuales calles de Na Jordana y Guillem de Castro, en el punto donde se formaba un ángulo y la muralla abandonaba la dirección del cauce del río.

Era una fortificación de piedra tallada en sillares, alzada entre 1.383 y 1.390, con planta circular de gran dimensión, dotada con almenas que sobresalían del muro y con su santa grabada en piedra.

La Junta de Murs e Valls la cedió a la Diputación para que sirviera como almacén de pólvora por lo que, desde entonces y durante algunos años, adoptó el nombre de torre de la Diputación.

Después del incendio de la Casa de la Ciudad en 1.585, el torreón sería el destino inicial de los presos que se hallaban allí recluidos antes de ir a parar a las Torres de Serranos.

En 1.782 sería derribado este torreón, sin embargo en 1.810, durante la guerra del francés, al considerarlo como punto de importancia defensiva, se alzó en su lugar un nuevo torreón en forma de baluarte.

Una descripción de la torre nos la ofrece Justo Pastor Fuster (Valencia, 8 de agosto de 1.761-Valencia, 31 de enero de 1.835, bibliógrafo, lexicógrafo, librero, editor y escritor español):

“[…] la torre existió hasta el año 1.782, y por orden superior fue derribada, junto a otras tres que estaban en el muro exterior hacia el portal nuevo, llamado de San José; el sitio de esta torre ocupaba hasta la mitad del camino, siendo su diámetro de más de treinta pies, según lo manifiestan las ruinas de su plano, el material tan fuerte y sólido, que a fuerza de muchos barrenos y trabajo pudo derribarse por ser toda ella maciza, desde su raíz hasta lo alto del muro […]”.

Este torreón fue reconstruido durante la primera Guerra Carlista (1.833-1.840) fabricándose en piedra con una fisonomía semejante a la primitiva, hasta que desapareció en 1.865 con la destrucción del muro.

Una piedra labrada en relieve, con la santa y el escudo de armas de Valencia, fue salvada del derribo y trasladada al Museo de Antigüedades.

En ella se leía la siguiente inscripción:

“En lany de la Nativitat de Nostre Senyor de MCCCXC a XII de Juny fon començada aquesta apellada Santa Catalina”.

Frente a la fortificación se hallaba la llamada Creu de Santa Caterina, una cruz de término situada al principio del camino de l’Assut, detallada en el plano del Pare Tosca.

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Torreón de l’Águila o de Santa Bárbera: Formaba parte de las 7 torres de la muralla que mandó construir Pere el Ceremoniós que se hallaban en el tramo septentrional de la ciudad.

Este torreón también recibía el nombre de Madona de Santa Bárbera y se situaba a escasos cien pasos de la Puerta de Serranos, en la zona dels Curtidors, la primera torre en dirección al Portal Nou.

También fue habilitada como cárcel de presos peligrosos y, posteriormente, reclusas.

Se vio citada también en algunos documentos como torre e presó dita la Galera.

En el siglo XVIII se construyó una estancia pegada al muro y al torreón, donde se podían ver cuatro ventanas abiertas al exterior.

En el plano del Padre Tosca se detalla como edificio número 98, junto al portillo dels Blanquers.

Cuando en noviembre de 1.865 el Ayuntamiento proyectó el segundo expediente para derribar las murallas en el tramo comprendido entre la calle de Serranos y de la Corona, se exceptuó el torreón de l’Águila porque se seguía utilizando como prisión y sería, finalizando el siglo cuando fue definitivamente derribado.

La lápida conmemorativa se depositó en las Torres de Serranos, junto a otros restos arqueológicos.

Edificios o elementos desaparecidos II

Casa Gremial dels Blanquers o Curtidors: El edifico probablemente construido en el siglo XIV, fue la sede del gremio situado en la calle de Blanquerias, entre las casas números 22 y 23 de aquel entonces, manzana 182.

Su antigüedad ya fue recogida en una escritura de 1.401, citándola como casa dels blanquers y en los libros de Tacha Real (Documento público en el que se consignaba los subsidios municipales que se habían votado en Cortes, en la época foral) de 1.533.

Aunque restaurado y modificado en diversas ocasiones, conservaba elementos de su primera construcción.

La puerta era de medio punto de carácter renacentista; en su parte superior se hallaba un tira de pequeñas columnas y, en su centro, un arco con una campana destacando, más a lo alto, una veleta de hierro forjado.

En el techo se podía ver un rico artesonado con socarrats que representaban las divisas del gremio.

En el piso principal se encontraba la capilla que tenía este oficio para las celebraciones religiosas; tenía unas dimensiones de 14×6 metros y su elevación hasta la cubierta era de 7 metros; el altar era de estilo jónico con medias columnas, acabando en un sotobanco donde se podían apreciar dos leones rampantes sosteniendo un escudo y en él la figura de un viril.

Otro altar de estilo corintio se hallaba a la derecha.

La puerta de la sacristía se encontraba a la izquierda; allí guardaban celosamente una farola octogonal de madera, especxie de maqueta de tres cuerpos en forma piramidal, como si se tratara del remate de una torre, de 1.65 metros de altura, sobre la que se podía apreciar el cartel que contenía la frase: “Este farol fue tomado a los moros por el gremio de curtidores en 1.397”, basada en la leyenda del saqueo de Torreblanca y la recuperación del Santísimo Sacramento por parte del gremio.

También se podían ver las dos esculturas Sant Sebastià y Sant Roc, esta sobre un dosel de talla en forma de tabernáculo.

Presidía la capilla un gran retablo de carácter gótico-renacentista representando la Santa Creu con un león rampante en su base; dos ángeles en la parte superior sostienen en el aire una custodia y cuatro figuras a sus lados: Sant Sebastià, Sant Vicent Ferrer, Santa Elena y Sant Heracli.

La parte inferior del retablo está compuesta de tres pequeñas pinturas dedicadas a Sant Cristòfol, a la Verge María y al Apóstol Santiago.

Gracias a una fotografía de José Martínez Aloy a principios del siglo XX se aprecian algunos de los objetos religiosos depositados en la capilla; la mayoría de estas pertenencias pasaron a formar parte del patrimonio artístico del Ayuntamiento.

El edificio sufrió principalmente los efectos de una gran avenida del Turia el 16 de septiembre de 1.731, arrastrando el agua un gran número de pieles que estaban almacenadas.

Los bombardeos que se produjeron tras la rebelión militar de 1.936 hicieron que el inmueble fuera seriamente dañado, amenazando ruina, por lo que fue derribado en noviembre de 1.940.

Con ello se produjo otra importante pérdida para la ciudad y para el barrio, ya que la casa dels Blanquers debió ser considerada como de interés histórico artístico y salvada de su destrucción.

Algunos de los socarrats que adornaban la rica techumbre de su capilla fueron expoliados o vendidos; otros fueron lamentablemente destrozados como consecuencia de un derribo voraz carente de toda sensibilidad histórico artístico.

Edificios o elementos desaparecidos II

Portal dels Blanquers o de Curtidors: Para mayor comodidad para la circulación de personas se abrieron varios portales en la antigua muralla de la ciudad.

Uno de estos portales fue el dels Blanquers, situado aproximadamente donde finaliza la actual calle de Garcilaso.

Se destinó únicamente para el paso de personas, puesto que se había establecido la instalación de unas barras de hierro para impedir el tránsito de cabalgaduras y carruajes.

Portal dels Tints Majors o de la Corona: Estaba situado al final de la actual calle de la Corona.

Formó parte de la muralla cristiana y, al igual que el anterior, se estableció por la necesidad de crear un paso que permitiera el acceso a la ciudad y a esta zona tan laboriosa.

Se construyó un poco más grande para que pudieran penetrar en la ciudad personas y mercancías.

El portal fue cerrado provisionalmente en 1.646.

Torre de la Corona: Se encontraba junto al portal de su mismo nombre.

Debió su título a la proximidad del vecino convento de la Corona, de religiosos Franciscanos Observantes a los cuales permitió la Junta de Murs e Valls que habitasen la torre.

No solo existía una casa-habitación sino que también se estableció un oratorio.

Palacio de Mossén Sorell: El palacio de Mossén Sorell había sido mandado construir por Mossén Tomás Sorell que, al morir en 1.491, no pudo ver culminada la construcción.

Ver más sobre este Palacio.

Palacio de los Condes de Alaquàs: La casa de los Condes de Alaquàs, con puerta principal orientada hacia la actual calle del Pintor Fillol, estaba marcada con el número 1 de la calle Pare d’Orfens.

Ver más sobre este Palacio.

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Palacio de los Frígola: Al principio de la calle del Portal de Valldigna número 2, haciendo esquina con la calle de l’Ángel, existió la casa-palacio de la familia Frígola.

Ver más sobre este Palacio.

Iglesia de Sant Miquel y de Sant Donis: Fue la última de las 12 iglesias parroquiales de Valencia.

Su antigüedad data de 1.239, ya que en ese año es nombrada en una escritura de venta de una casa.

Fue erigida para administrar los sacramentos al crecido número de conquistadores establecidos en el arrabal de la Vilanova.

Estuvo, en un principio, dedicada a Sant Miquel conmemorando el día de la rendición de la ciudad el 28 de septiembre de 1.238, víspera del santo, según nos dejó escrito fray Josef Teixidor (Bibliotecario del Real convento de Predicadores) en sus Antigüedades de Valencia.

Debió ser en los años posteriores cuando Jaime I ordenó establecer en dicho arrabal la Morería.

Y en esa primitiva iglesia estableció la mezquita, perdiendo así su carácter cristiano que volvió a recobrar en el siglo XVI, época en la que se incluyó a Sant Donis como segundo titular de la parroquia.

Según la noticia recogida en el Dietario de los hermanos Vich cuentan lo ocurrido en el año 1.521 cuando unos muchachos cristianos que jugaban en las proximidades de la Calderería tomaron una imagen de Sant Miquel colocando el retablo en aquel centro religioso musulmán; a pesar de este asalto, el centro cristiano no fue erigido como parroquia hasta 1.540.

En una visita efectuada en 1.550 por el arzobispo Tomás de Villanueva consta que en la parroquia había 360 casas de cristianos viejos y cuatro de cristianos nuevos, y en ellas 1.390 personas de confesión y comunión, lo que nos da una idea de la jurisdicción parroquial y de los vecinos que en ella se encontraban.

Posteriormente, ya en el siglo XVII, después del Concilio de Trento, el arzobispo Marín López de Ayala le asignó territorio jurisdiccional desliga de los límites de Sant Nicolau y de Santa Creu, según constaba en el antiguo y desaparecido Llibre de Instruccions de dicha parroquia.

En el plano de 1.608 de Antonio Mancelli (cartógrafo, iluminador, pintor y comerciante italiano al servicio de Felipe IV de España) se señala la iglesia con el número 28  y en él se puede apreciar que su torre campanario formaba esquina a la actual calle de Sant Miquel.

Una descripción del siglo XIX nos dice que esta parroquia estaba formada por una nave con seis arcos; sus dimensiones eran de 35 metros de larga por 9 metros de ancha.

Constaba de puerta principal y una lateral recayente a la calle de su mismo nombre.

La capilla de la Comunión estaba a la derecha del presbiterio, abovedada en forma de concha.

Al entrar, a la izquierda, se hallaba la pila bautismal y un cuadro de Estaban March (aprox. 1.610 – aprox.1.668, pintor barroco español, natural de Valencia y según Antonio Palomino discípulo de Pedro Orrente, especializado en la pintura de batallas y escenas bíblicas).

En el altar mayor, de orden corintio, había 8 pinturas atribuidas a al círculo de Joan de Joanes y en la sacristía 2 retablos de Juan Zariñena representando a San Andrés y San Vicente Ferrer.

La puerta principal estaba adornada de dos cuerpos de arquitectura, el primero dórico, con pilastras y, el segundo, de estilo jónico, teniendo en su centro una capilla con la imagen de Sant Miquel.

La torre campanario era una de la menos elevadas de la ciudad (20,34 metros según el marqués de Cruilles en su Guía de Valencia de 1.876).

En esta parroquia se celebraban las antiguas fiestas dedicadas al recuerdo de la ocupación cristiana del siglo XIII y a sus patronos Sant Miquel y Sant Donis que darían su nombre a la iglesia y a las calles contiguas.

En 1.883 se restauró la iglesia y fue colocado el púlpito frente al antiguo de la capilla de Sant Miquel.

La advocación y actividad eclesiástica fue trasladada en 1.902 a la actual iglesia de Sant Miquel y SantSebastià, situada en las inmediaciones de la calle de Quart extramuros.

Durante la guerra civil esta iglesia fue convertida en almacén de abastecimientos dependiente del Ministerio de Agricultura.

Tras un incendio se produjo un derrumbamiento que afectó a parte de su portada pétrea, que permaneció en su lugar durante algún tiempo como entrada al solar que se formó por el derribo.

En los años 40 esta iglesia fue demolida y en su solar se edificaron modernas construcciones.

Su puerta sería trasladada a la parroquia de Sant Pasqual Bailón de la calle doctor Moliner número 19, donde todavía permanece.

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía:

Existe mucha y muy variada bibliografía referente al Carmen, por tanto, tan solo mencionaremos algunos de ellos:

  • Guía urbana de Valencia. Marqués de Cruïlles.

  • Barrio del Carme de Valencia. Marí Ángeles Arazo

  • Autoritarismo monárquico y reacción municipal. Amparo Felipo Orts.

  • Insaculación y élites de poder en la ciudad de Valencia, Amparo Felipo Orts.

  • La población del barrio del Carmen. Manuela Balanzá

  • Manual del viajero y guía de los forasteros  en Valencia. Vicente Boix

  • Historias y anécdotas del Barrio del Carmen. Juan Luis Corbín

  • La Valencia musulmana. Vicente Coscollá

  • Avecindados en la ciudad de Valencia en la época medieval. María de los Desamparados Cabanes Pecourt

  • El Carme. Crónica social y urbana de un barrio histórico. Rafael Solaz Albert

  • El Carme de l’obrador al pub. Manuel Hernández i Martí Gil

  • Morfología del barrio de El Carme. Manuela Balanzá

  • El ornato urbano. La escultura pública en Valencia. Rafael Gil y Carmen Palacios

  • Valencia Centro Histórico. Trinidad Simó Terol

Fotografías

  • Archivo fotográfico de Abelardo Ortolá

  • Archivo fotográfico de Rafael Solaz Albert

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