Edificios o elementos desaparecidos III

Edificios o elementos desaparecidos III

Edificios o elementos notables desaparecidos del barrio

Estas construcciones, puertas, mezquitas, elementos, establecimientos benéficos, hospitales, construcciones religiosas, imágenes, etc., que desaparecieron por razones de ensanche, amenaza de ruina, derribos preconcebidos y poco meditados, intereses económicos, desconocimiento o por el capricho voluntario de los administradores de turno.

Son solo algunos de los casos más relevantes o de los que se ha tenido constancia, pero debieron ser más, muchos más.

En casi todas las ocasiones daba la impresión que hubiera prevalecido su interés arquitectónico o histórico.

Se perdieron para siempre y de ellos tan solo queda, en demasiadas ocasiones, un vago recuerdo.

Estos recorridos, los hemos dividido en varios artículos por su extensión, intentaremos recoger todos los edificios o elementos desaparecidos del barrio.

Edificios o elementos desaparecidos III

Convento de la Corona de Cristo o de Sant Josep: Este convento estuvo situado en la plaza de la Corona, manzana 203, en la esquina que actualmente ocupa parte del edificio del Centre de la Beneficència.

Sus antecedentes parten de principios del siglo XVI.

El 3 de abril de 1.513 el arzobispo concede un permiso a Lluis Navarro para construir un oratorio junto a la puerta dels Tints; Después, esta pequeña iglesia dedicada a la advocación de Sant Josep fue ampliada y ocupada por monjas Agustinas.

El 2 de julio de 1.539 fue colocada en la iglesia del convento la imagen del Santísimo Cristo del Rescate.

Como consideraron que el lugar donde estaba enclavado este centro religioso no era el lugar más adecuado para sus fines, ya que recaía a espaldas de su huerto la célebre mancebía o Partit, se trasladaron en 1.562 al convento de Santa Tecla de la calle del Mar.

El antiguo cenobio estuvo vacío hasta el 4 de septiembre de 1.563 cuando el matrimonio Ferrer-Borja compra el edificio por 400 libras, quienes, a su vez, lo ceden a los religiosos recoletos franciscanos de la Coronación del Señor.

Edificios o elementos desaparecidos III

Es desde entonces cuando el convento pasó a denominarse convento de la Corona.

Ambos fundadores yacían enterrados al pie de las gradas del presbiterio, debajo de una lápida de mármol con sus efigies esculpidas de medio relieve.

Para el historiador Antonio Domínguez Ortiz, el primitivo convento fue fundado en 1.520 por Jerónimo Portolés y su traslado a la barriada se hizo efectivo en 1.538.

En 1.997 una excavación arqueológica sacó a la luz testimonios de su emplazamiento como claustro, el refectorio o molí de sang.

En su iglesia se hallaba el altar mayor que representaba la Coronación del Señor; era de orden corintio, de dos cuerpos, con columnas estriadas y otras salomónicas, todo obra de Juan Zariñena quien la compuso en 1.667.

El estilo de la iglesia era de orden dórico, su bóveda era de medio punto y carecía de cúpula o cuerpo de luz.

El cuadro del altar mayor se hizo y doró en 1.667, construido por dos cuerpos de estilo corintio representaba la Coronación del Señor; el primer cuerpo estaba formado por columnas estriadas y, el segundo, columnas salomónicas.

Había dos capillas con altares de orden corintio y otras sin un estilo definido.

La capilla de la comunión tenía una cornisa dórica y se encontraba a la derecha, a los pies del altar.

A pesar que la iglesia era bastante pequeña se trataba de una de las más concurridas de la ciudad.

Fue Mossén Eliseu Boronat, sacerdote de Segorbe, el que agradecido por haber recobrado la salud en una grave enfermedad, envió al convento una imagen del siglo XVIII del Niño Jesús del Huerto o Niño Jesús Perdido para que fuera puesta en el altar de Sant Joaquim de quien era devoto; al no ser posible colocarla en dicho altar, el sacristán la instaló en una pequeña ermita del huerto del cenobio.

En 1.841 cuando el Ayuntamiento cedió el vetusto convento de la Corona para la que sería Casa de la Beneficència, la imagen del Niño Jesús del Huerto volvería a su primitiva capilla y se convertiría en el Patrón de dicha institución benéfica, actualmente la imagen se halla en Zaragoza, en el convento de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.

En cuanto al edificio, debido a la ley de extinción de los conventos religiosos, se emitió un informe en el que se indicaba que el inmueble presentaba bastante capacidad y buena ventilación, la junta directiva de la Casa de la Beneficencia solicitó el edificio como sede de la entidad, solicitud que le fue concedida por real orden del 30 de septiembre de 1.839; en febrero de 1.840 fue habilitado para tal fin y en su acondicionamiento sufrió reformas radicales que, paulatinamente, hicieron desaparecer sus vestigios y carácter conventual.

En 1.878 se instalaron en él las Siervas de María.

La excavación arqueológica realizada por Josep María Burriel en 1.997 dejó al descubierto los importantes rastros del antiguo convento; aparecieron una porción del claustro del siglo XVII y niveles de hábitat anterior que podrán corresponder a casas medievales, así como el molí de sang que podía formar parte de una almazara situada en una sala al norte del claustro.

Al fondo del refectorio arrancaba un pasadizo pegado al muro de levante que daba acceso a los huertos.

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Casa de la Misericòrdia: La fundación de esta casa hospicio obedece a las deliberaciones municipales del 3 y 18 de julio de 1.670.

El 4 de enero de 1.671 se puso la primera piedra de los cimientos de la que sería casa y hospital de Nuestra Señora de la Misericordia y Todos los Santos, más conocida como Casa de la Misericordia, nuevo centro caritativo construido sobre solares de la Morería, junto al Huerto del Tirador y frente a Sant Miquel, en cuya vecindad se hallaba la capilla de los Peraires.

El antiguo edificio constaba de tres pisos, con sus porches y semisótanos.

El acto de colocación de la primera piedra contó con la presencia del arzobispo Luis Alfonso de los Cameros y del conde de Paredes, virrey y capitán general del Reino de Valencia; a la comitiva se sumaron los jurados y varios caballeros considerados de distinción.

La obras finalizaron en mayo de 1.673 pero hasta marzo de 1.675 no se concluyó la construcción de la iglesia y, es entonces, cuando se procedió a su inauguración y puesta en marcha como centro asistencial.

En su fachada se podían ver ventanas y balcones que rodeaban el portalón formado por columnas y capitel superior al estilo de la época barroca.

Su domicilio social estaba en la propia calle Virgen de la Misericordia, en el edificio correspondiente a la casa 111, manzana número 204.

Con posterioridad hubo tres entradas diferentes: por la plaza de Sant Miquel y por la calle dels Tints, mientras que por la entrada de la calle Pinzón se podía acceder a diferentes departamentos de la casa hospicio.

Esta institución fue creada para acoger a niños, viejos e inválidos desamparados.

El 31 del mes de marzo de 1.675 se emitió un bando que mandaba recoger a todos los pobres mendicantes esparcidos por la ciudad e internarlos en el nuevo centro benéfico.

En 1.719 se publican unas nuevas disposiciones, incidiendo en el objeto por el que se había creado la institución, incluyendo la forma de recoger y alimentar a los pobres que fueran mendigando por la ciudad.

Se admitían, con preferencia, los niños expósitos procedentes de la inclusa después de cumplir los siete años y los tullidos y huérfanos con informes del alcalde de barrio o del cura párroco a cuya jurisdicción vecinal perteneciesen.

El 11 de diciembre de 1.793 Carlos IV expidió una real orden mandando la extinción del Tribunal del Padre de Huérfanos y que sus papeles y facultades pasen al que dirija la Real Casa de la Misericòrdia, en la cual casa se recojan los huérfanos en los tiempos de su desacomodo; y que el mismo Director de la Casa de la Misericòrdia liquide sus cuentas.

Estas instrucciones significaban la extinción total de la antigua institución del Pare d’Orfens (Padre de Huérfanos), pasando los huérfanos a la tutela y dependencia directa de la Casa de la Misericòrdia (Fernando Rojas en su libro El Padre de Huérfanos de Valencia de 1.927).

En ese año eran 1.102 los pobres mantenidos en el hospicio.

A mediados del siglo XIX el asilo presentaba una gran decadencia y los más de 500 pobres se mantenían con, aproximadamente, 13.000 pesetas anuales.

A partir del año1.848 esta casa pasó a depender de la Diputación Provincial.

En la institución permanecía la pequeña iglesia en cuyo altar principal se encontraba un lienzo que representaba a la Virgen amparando a los pobres; este humilde oratorio se había hecho insuficiente por lo que en 1.869, se propuso construir un nuevo templo más espacioso que, tras las obras, fue inaugurado el 25 de octubre de 1.875.

En 1.877 el arquitecto Joaquín María Calvo Tomás realiza un ambicioso proyecto para reconstruir la fachada y dependencias interiores aplicando las ideas higienistas de crear grandes patios que posibiliten una ventilación e iluminación adecuadas.

El 13 de julio de 1.883 se concluyó la nueva iglesia de estilo bizantino, coronada con un bajorelieve representando la Virgen de la Caridad.

Los niños y niñas eran sacados a paseo por la ciudad los jueves y domingos, pudiendo jugar esos días en el viejo cauce del río.

Todo aquel complejo benéfico fue demolido en 1.953 a excepción de su santuario de estilo neobizantino, cuya puerta principal recae a la calle del Pintor Zariñena.

La iglesia es el único resto que queda del edificio benéfico y en la actualidad es la parroquia de Nuestra Señora del Puig.

La institución fue trasladada a nuevas instituciones situadas en el barrio de Soternes, próximo al Hospital General, y allí se conserva el famoso cuadro de la Verge de la Misericòrdia, obra de Vicente López, que estuvo colgado en el despacho de la dirección del antiguo centro.

El derribo de la institución benéfica dio lugar a la creación de nuevas construcciones en la zona de la plaza de Sant Miquel.

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Esculturas del Puente de Serranos: En 1.539 se levantó el primer casalicio que tuvo el puente, un templete (construcción aislada o armazón pequeña constituida por columnas y un techo, similar a un templo) de planta triangular, colocado entre el tercer y cuarto arco, para albergar la cruz patriarcal de la parroquia de Sant Bertomeu, ornamentada con un ángel y tres arcángeles; fue obra del pedrapiquer Juan Bautista Corbera y del maestro de obras Juan Gilart.

En 1.670 se construyó frente a este templete, otro dedicado al recuerdo de San Pedro Nolasco, parece ser que esta construcción no fue muy sólida y casi un siglo después presentaba varios desperfectos y problemas de erosión.

En 1.771 fue sustituida la Santa Creu por la imagen de la Verge de la Mercè, obra de José Puchol.

Todo este conjunto escultórico desapareció en 1.809 con motivo de los avatares de la guerra del francés o Guerra de la Independencia (Rafael Gil y Carmen Palacios. El urbanismo urbano. La escultura pública en Valencia).

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Hostal de l’Ángel: Se encontraba en el número 4 de la plaza del Ángel, manzana 174.

Su establecimiento podía proceder de mitad del siglo XIV, así lo indican los arcos ojivales que permanecieron hasta su derribo.

El hostal fue nombrado por Orellana diciendo que la plaza del Ángel se llamaba así por existir desde hacía mucho tiempo un ángel (el arcángel San Miguel) pintado en un altar que permanece sobre la puerta del mesón que vulgarmente se intitula el Hostal del Ángel.

Desde muy antiguo, y al menos hasta la mitad del siglo XIX, tenía punto de parada en la plaza la diligencia que salía diariamente a las dos de la tarde hacia Sagunto.

Francisco Almela y Vives ofreció una descripción valiosísima:

“[…] La posada del Ángel mantuvo su vigencia a través del 1.800, en que paraban allí los ordinarios de Benicarló, Burriana, Murviedro (Sagunto), Nules, Puzol, Vall d’Uxo y Villavieja.

El edificio de este mesón presenta a la indicada plaza una fachada sencilla en la que hay dos balcones, un balconcillo y una reja.

Tras la amplia puerta dintelada nos permite ver en el interior dos arcos transversales, uno ojival y otro de forma irregularque en su cara externa ostenta el rótulo Parador del Ángel. Y entre sus magnas letras pintadas lucía un azulejo en el que figuraba San Miguel pisoteando al diablo.

A él daban las galerías de los pisos primero y segundo.

Hay pétreas columnas bastante escuadradas; y en lo alto se ve la techumbre de madera con viguería inclinada hacia el interior.

Poco más allá se abre una nave transversal.

A la izquierda mantiene cuatro arcos de ladrillo en dilatada ojiva; a la derecha, dos.

La nave está destinada a cuadras; allí reposan los caballos, las mulas, los pollinos, con el pesebre a pedir de boca y el tálamo de fiemo (Excremento animal) bajo los cascos.

Aunque abundan las ventanas, suelen permanecer cerradas, por lo que impera una blanda oscuridad.

Y se sale a un patio amplio, soleado, donde no faltan carros carreteros […]”.

Francisco Almela y Vives. Posadas en la ciudad de Valencia. 1.957

Se puede añadir a esta descripción que entre ambos arcos se encontraba un pequeño zaguán al que daban las galerías de los dos pisos; al fondo se accedía a un patio exterior donde se hallaban las cuadras, permitiendo ese espacio el aparcamiento de los carros; desde ese punto se podían ver las ventanas de la posada y también el famoso lienzo de muralla construido de mampostería con su torre que arrancaba del establo mayor, el que se hallaba a la izquierda, entrando por la plaza.

Todo este conjunto amurallado fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1.963.

Orellana también cita que se hallaba otra torre, quizá la que en la actualidad ha quedado al descubierto unos metros más allá, hacia la actual plaza de Beneito y Coll.

En 1.890 la posada estaba regentada por Francisco Mateo y posteriormente por Rafael Escolano.

En los años 50 Rafael Ros Ribelles fue su último propietario, ya que como consecuencia del deterioro en que se hallaba el inmueble y, especialmente, por los daños ocasionados por la riada de octubre 1.957, esta posada fue derribada, alzándose en su solar un edificio que lo ha ocupado en parte, permaneciendo sin construir la zona posterior donde se encontraba el gran patio de las caballerías.

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Ermita de Sant Cristòfol del Gremi de Peraires: Esta ermita recaía a la calle de la Corona, en el tramo enfrentado al Asilo del Marqués de Campo.

Allí se veneraba la colosal imagen de San Cristóbal, medía 6,10 metros, realizada en 1.722 por Tomás Conserges.

La escultura se hallaba junto a otra representando a San Cucufat.

La capilla, cubierta de cúpula ochavada, era de reducidas dimensiones (3,40 x 2,52 metros), apenas para albergar la imagen, con una alta puerta de medio punto, adornada en su interior con azulejos barrocos en su zócalo.

Fue reconstruida a mitad del siglo XIX.

En su parte superior figuraba una inscripción: Asociación Lanera de Pelaires, 1.867.

La imagen por sus grandes dimensiones y peso, era sacada en contadas ocasiones para actos públicos.

En 1.867, con motivo del centenario de la traslación de la Virgen de los Desamparados, y a causa de su peso, se descompuso el carromato sobre el que se había colocado, siendo en 1.907 la última vez que salió en procesión.

La capilla se derribó ese mismo año y el San Cristóbal fue depositado en la vecina parroquia de Sant Miquel, donde se perdió  en 1.936 tras un incendio intencionado de la iglesia.

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Mesón de la Cadena: Estaba situado en las cuatro esquinas de la calle Alta del Alfondech, junto al hostal del Rey y el de Morella, formó parte del complejo hostalero del barrio; tres mesones concentrados en una misma zona entre las calle de Dalt y de Baix.

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Escaletes de la calle de Baix: Este tipo de acceso a las viviendas humildes del barrio tuvo su origen en el siglo XVI, pero tomó un apogeo arrollador en los siglos  XVII y XVIII.

Si hay una calle en Valencia que sea la representativa de les escaletes, esa es la calle de Baix.

Cinco de ellas, desaparecidas, fueron famosas por distintos motivos.

La el número 10 se llamó de Sant Benó, cuyo edificio databa de mediados del siglo XVIII.

La leyenda dice que se llamó así procedente de Villarroya de los Pinares (Teruel) colocó una hornacina, obrada sobre la puerta, con la imagen pintada de San Benón Obispo, patrón de su pueblo.

El 16 de junio adornaba el altar y se encargaba de celebrar fiestas en su honor.

En el número 16 se hallaba la del Dimoni.

El edificio tenía cinco pisos que albergaban catorce viviendas exteriores e interiores.

Tras la puerta de entrada se accedía a un estrecho y largo corredor que le daba un aspecto bastante tenebroso y un tanto tétrico, por lo que, popularmente la escaleta fue llamada del Dimoni.

En ella vivió Gaspar Thous, creador del semanario El Palleter.

En el número 24 se hallaba la del Infern, también de tétrico acceso, con unos peldaños preliminares; su edifico provenía de los siglos XVII y XVIII.

No se supo muy bien el porque de su nombre; unos dijeron que se debía a un personaje que vivía allí llamado Pere el Botero, famoso por ser el organizador de La Degollá en la procesión del Corpus; otros decían que toda la estructura de esta entrada, con su largo corredor y sus peldaños anteriores y posteriores, antes de acceder a una angosta escalera de caracol, recordaba al Infierno.

La del número 28 es la antiquísima del Purgatori, diferente a las anteriores por su largo escalonado y sus descansillos de forma trapezoidal y sus rellanos imperfectos.

Parece ser que subir y bajar esta escalera se convertía en una arriesgada aventura, todo un purgatorio para los vecinos, de ahí su nombre.

En el número 42 se hallaba la de Les Celebritats, llamada así porque en su edificio vivieron distintos afamados personajes: el escultor Mariano Benlliure (allí nació en 1.862), Mister May, el profesor alemán de idiomas presente en todas las procesiones y, en una de sus plantas bajas, Garrufo, el ingenioso y valiente mojinganguero; allí nació también el pintor escenógrafo Ricardo Alós.

En 1.949 se colocaron curiosos retablos de cerámica conmemorativos.

Fueron homenajes realizados por la comisión de la falla calle Baja-Mesón Morella.

En la escaleta del número 42, una placa compuesta de seis azulejos blancos con friso de color azul y diferentes alegorías decía así: “Esta fon i es la famosa escaleta de les Celebritats on naixque en Mariano Benlliure i Gil”.

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía:

Existe mucha y muy variada bibliografía referente al Carmen, por tanto, tan solo mencionaremos algunos de ellos:

  • Guía urbana de Valencia. Marqués de Cruïlles.

  • Barrio del Carme de Valencia. Marí Ángeles Arazo

  • Autoritarismo monárquico y reacción municipal. Amparo Felipo Orts.

  • Insaculación y élites de poder en la ciudad de Valencia, Amparo Felipo Orts.

  • La población del barrio del Carmen. Manuela Balanzá

  • Manual del viajero y guía de los forasteros  en Valencia. Vicente Boix

  • Historias y anécdotas del Barrio del Carmen. Juan Luis Corbín

  • La Valencia musulmana. Vicente Coscollá

  • Avecindados en la ciudad de Valencia en la época medieval. María de los Desamparados Cabanes Pecourt

  • El Carme. Crónica social y urbana de un barrio histórico. Rafael Solaz Albert

  • El Carme de l’obrador al pub. Manuel Hernández i Martí Gil

  • Morfología del barrio de El Carme. Manuela Balanzá

  • El ornato urbano. La escultura pública en Valencia. Rafael Gil y Carmen Palacios

  • Valencia Centro Histórico. Trinidad Simó Terol

Fotografías

  • Archivo fotográfico de Abelardo Ortolá

  • Archivo fotográfico de Rafael Solaz Albert

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  • Archivo fotográfico de Periódico Levante

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  • Archivo fotográfico de Morales San Martín

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  • Archivo fotográfico de V. Andrés

  • Archivo fotográfico de Ludovisi y señora

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