Defensa de la costa

Defensa de la costa

La defensa de la costa, comercio y los Poblados Marítimos en la Edad Moderna

El comienzo de la Edad Moderna traja para este paisaje algunos cambios significativos, por más que el ir y venir de embarcaciones a la playa, el comercio marítimo, la pesca y la vida propia del núcleo urbano costero continuaran sin particulares interrupciones.

En las Atarazanas, el uso de la artillería para la defensa y las necesidades de aprovisionamiento de la ciudad, sobretodo del cereal que llegaba por vía marítima, propiciaron cambios de las viejas naves de arcos de diafragma pensadas para la construcción, reparación y armamento de navíos; primero una y luego las demás de estas naves fueron reconvertidas en almacenes de grano, con nueva pavimentación de losas de piedra, y dotadas de armamento moderno, con pólvora y artillería.

Su función defensiva, compartida con la torre de vigía pasó al nuevo baluarte, construido entre 1.535-1.537 como puesto avanzado hacia la playa, delante de la Vilanova del Grau o Vila Nova de la Mar.

En 1.503 el Consell de Valencia acordó que se reforzara la muralla del Grau, con un nuevo portal, que desde la carnicería y el arsenal diera paso al marjal, en la zona del Canyamelar, y defensas artilladas en el muro de las Atarazanas frente al mar.

En los años siguientes continuaron las obras de fortificación en los portales de Valencia y de la Cruz, por lo menos hasta 1.523.

La decisión de construir el baluarte está registrada en la documentación de la Fábrica de Murs i Valls que era el órgano encargado de la mejora y mantenimiento de las fortificaciones de la ciudad en 1.531 y se insertaba en la estrategia de defensa de las costa valencianas frente a los piratas berberiscos y la amenaza turca, una vez más los intereses de la monarquía y ciudad se solapaban con radio de acción y capacidades financieras bien diferenciadas.

Defensa de la costa

Las obras del baluarte dieron comienzo en 1.535 y fue dotado de artillería en 1.538 con la intervención de maestros destacados como Vicent Eiximeno, conocido también como Vicent d’Oliva, Jaume Daroca, Domingo Urteaga y Miquel Porcar, a partir de una maqueta en madera realizada por el carpintero Genís Linares.

Su estructura quedaba dominada por una torre de vigía que se elevaba por encima de la plataforma para las piezas de artillería con torreones en los ángulos y las cámaras abovedadas que alojaban la guarnición y los pertrechos.

Esta torre formaría parte de la red de alerta y defensa del litoral que debía hacer frente a los ataques desde el mar, pero no bastaba para garantizar la seguridad de los habitantes del Grau y del Cabanyal en caso de desembarco de piratas o corsarios, como se demostró en varias ocasiones.

Los ingenieros militares que informaron sobre la defensa estratégica de la costa mediterránea peninsular y los escenarios tácticos coincidieron en la vulnerabilidad de núcleos de población como el Grau y el Cabanyal, pese a los esfuerzos de fortificación, patrulla y defensa activa del baluarte y a las murallas de la Vilanova del Grau, que debían reforzarse según Giovan Giacomo Paleari Fratíno (Morcote, Suiza, 1.520-1.530 – Pamplona, Navarra, 31 de mayo de 1.586. Oficial de infantería, ingeniero militar) en 1.574.

Años más tarde, cuando la amenaza turca era menguante y el temor a la retaguardia morisca había desaparecido, se renovó la obra del baluarte en 1.644, temiendo entonces el ataque de la flota francesa, que había asaltado plazas en Cataluña, aunque se ignora el alcance exacto de las obras.

Las limitaciones del tráfico de mercancías y personas que pasaban de las naves de altura a otras de menor calado para llegar a la costa o se servían de embarcaciones de madera provisionales se dejaron sentir y dieron lugar a proyectos de difícil ejecución y financiación aún más incierta.

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En 1.483, Antoni Joan recibió el privilegio de recaudar los derechos por el uso del embarcadero de madera que servía para la carga y descarga de mercancías, que continuaba en uso en 1.575, cuando fue vendido a la ciudad por sus herederos.

El proyecto de 1.491 del veneciano Giovani Caboto (hacia 1.450 – hacia 1.499. Comerciante, navegante y explorador genovés) para construir un muelle de piedra no obtuvo el pleno apoyo de las autoridades y hubo que esperar a otro más ambicioso, para construir el muelle de Tomás Güelda y en 1.685, más de un siglo después, Carlos II, autorizó las obras que se iniciaron un año después bordeando la acequia del Riuet (actual calle de Francisco Cubells).

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El comerciante milanés que anotó sus impresiones acerca del Grau en su recorrido por Europa en 1.519, estimaba que Valencia, una bella ciudad mercantil, no tenía puerto, sino solo playa y que aún esta resultaba muy peligrosa, por lo que únicamente recalaban en ella las naves obligadas a ello, pues las demás preferían el abrigo más seguro de otros puertos de la costa.

El Grau estaba amurallado, tenía aproximadamente unos 200 habitantes y en las barracas de las afueras se ejercía la prostitución con la concurrencia de los barqueros, marineros y comerciantes.

La persistencia siempre difícil del embarcadero de madera está documentada por las descripciones de viajeros que pasaron por el Grau en el siglo XVII y por las vistas y cartografía del período, que recogen la ruina parcial de algunos de los intentos de infraestructuras o los proyectos de vocación más duradera.

En 1.685, a partir de la propuesta de Evaristo Barberá aprobada por el Consell valenciano con la autorización real, se acometió el proyecto de construcción de un muelle de piedra de Tomás Güelda, de casi medio kilómetros de longitud, con cuatro tramos en sentido noroeste-sureste, que debía terminar en un baluarte artillado y un contramuelle más pequeños en el flanco sur, para protegerlo de los aportes fluviales del Turia.

Las dificultades de la obra debieron de superar a la ejecución a cargo del maestro de obras Blai Dauder y el carpintero Hipòlit Ravanals.

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El canónigo Pablo Pontons realizó algunas consultas en Italia y posteriormente visitó el Grau el genovés Marco Corsiglia, quien trazó un plano de estado de los embarcaderos, asociado a un proyecto de reconstrucción que no se llegó a materializar, pero buscaba enlazar con el camino que desde Valencia conducía la playa del Grau, como el antiguo embarcadero de madera.

Al final, la renovación de esta obra leñosa, tan frágil como necesaria, se mantuvo como la opción más viable para facilitar la carga y descarga de mercancías y viajeros que se aproximaban a la playa, si bien hubo algún proyecto de reconstrucción del embarcadero sobre los resto del muelle de piedra, con una calzada que llegara hasta el Cabanyal, de acuerdo con la propuesta del padre Tosca y Juan Bautista Corachán.

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En esta época se renovó también la fábrica de la iglesia de Santa María del Mar, de fundación medieval.

En 1.683 se puso la primera piedra del nuevo templo bajo la dirección de Francesc Martí, que estaba casi terminado, a falta de la torre campanario en 1.697 y ocupó parte del antiguo cementerio con planta de cruz latina, cúpula en el crucero y capillas laterales, más el trasagrario terminado en 1.702.

Faltaba por añadir la capilla del Cristo, al que seguramente se veneraba en otra capilla vecina a la puerta del Mar.

Con las atarazanas, el templo seguía siendo el principal hito en el sector septentrional del núcleo urbano definido por las murallas en el frente marítimo, la calzada que conducía al embarcadero y enlazaba con la calle Mayor y el portal de Valencia y las correspondientes travesías en dirección norte-sur, aproximadamente ortogonales (Que forma ángulo recto).

Varias plazas se abrían en esta trama, una en la encrucijada de la calle Mayor con la travesía oriental que corresponde a la calle del Canónigo Rocafull y a otra desaparecida; la segunda junto a la iglesia y la fuente vecina, y otras dos plazas en la zona sur del caserío, una de las cuales se convertiría en la triangular plaza del Mercado, favorecida por la amplitud y la existencia en ella de la llamada Font Gran.

Como los peligros se esperaban desde el mar, el recinto defensivo estaba en parte arruinado en el lado occidental, donde prevalecía el uso agrícola y el área todavía no edificada del corralás, a espaldas de las atarazanas.

 

Fuentes consultadas:

  • Archivos autores

  • Archivo del Reino de Valencia

  • Archivo Histórico Municipal

  • Archivo Administrativo Municipal

  • Ayuntamiento de Valencia

  • Biblioteca valenciana

  • Biblioteca valenciana digital

  • Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia

  • Biblioteca Serrano Morales (Ayuntamiento de Valencia)

  • Archivo de la Diputación provincial de Valencia

  • Hemeroteca valenciana

  • Amadeo Serra Desfilis

  • Inmaculada Aguilar Civera

  • Victor M. Algarra Pardo

  • Pablo Cisneros Álvarez

  • Carles Sanchis Ibor

  • Victor M. Algarra Pardo

  • Susana Climent Viguer

  • Iván Portugués Mollá

  • Lourdes Boix

  • Pablo Sánchez Izquierdo

  • Virginia García Ortells

  • Ester Medán Sifre

  • Mireia Muñoz Vidal

  • Victoria E. Bonet-Solves

  • Desirée Juliana Colomer

  • Sergi Doménech García

  • Carmen Pinedo Herrero

  • Mª Jesús Piqueras Gómez

  • Pep Martorell

  • Pedro García Pilán

  • Real Academia de la Historia

  • Wikipedia

  • Valencia Actúa

  • Jdiezarnal

  • Arquitectos de Valencia

  • Arquitectos italianos en España

Bibliografía:

Existe mucha y muy variada bibliografía referente a los Poblados Marítimos, tan solo mencionaremos algunos de ellos:

  • Guía urbana de Valencia. Marqués de Cruilles.

  • Autoritarismo monárquico y reacción municipal. Amparo Felipo Orts.

  • Insaculación y élites de poder en la ciudad de Valencia, Amparo Felipo Orts.

  • Manual del viajero y guía de los forasteros  en Valencia. Vicente Boix

  • La Valencia musulmana. Vicente Coscollá

  • Orígenes del Reino de Valencia. Antonio Ubieto.

  • Antonio Sanchis Pallares. Historia del Cabanyal. Poble Nou de la Mar 1.238-1.897

  • Antonio Sanchis Pallares. Historia del Grau

  • Antonio Sanchis Pallarés. Historia de la Malvarrosa.

  • Albert Ribera Lacomba. Valencia romana, puerto fluvial y marítimo. Instituciones portuarias y vocación comercial.

  • Isidro Planes. Sucessos fatales desta ciudad, y Reyno de Valencia o Puntual Diario de lo sucedido en los Años de 1.705, 1.706 y 1.707

  • Avecindados en la ciudad de Valencia en la época medieval. María de los Desamparados Cabanes Pecourt

  • Los Poblados Marítimos. Inmaculada Aguilar y Amadeo Serra

  • El Grau de València. La construcción d’un espai urbà. Josep Vicent Boira y Amadeo Serra

  • La Casa de las Atarazanas de Valencia. Federico Iborra Bernad y Matilde Miquel Juan

  • Las Atarazanas del Grao de la Mar. Gemma M. Contreras Zamorano

  • El ornato urbano. La escultura pública en Valencia. Rafael Gil y Carmen Palacios

  • Arquitectura del eclecticismo de Valencia. 1.983. Benito Goerlich

  • Cerámica barroca en Valencia. María Eugenia Vizcaíno

  • Composiciones cerámicas valencianas del siglo XVIII. María Eugenia Vizcaíno Martí

  • Nomenclátor de las puertas, calles y plazas de Valencia: con los nombres que hoy tienen y los que han tenido. 1.873. Manuel Carboneres Quiles

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