De la Valencia musulmana a la época foral

De la Valencia musulmana a la época foral

El Carme se sitúa en el extremo noroeste del casco antiguo de la ciudad, contiguo a los barrios de la Seu, Mercat, y Velluters (actualmente El Pilar) por el Este y por el Sur, la ronda de las antiguas murallas y el antiguo cauce del río por el Oeste y el Norte.

Está delimitado por el recorrido de las siguientes calles:

  • Cavallers

  • Quart

  • Guillem de Castro

  • Blanqueries

  • Furs

  • Serrans

  • Plaça de Manises

Este barrio adquiere su título a partir de la ocupación cristiana del siglo XIII, con la fundación y construcción del convento del Carmen, fundado por Carmelitas Descalzos.

Anteriormente, una parte de su superficie había sido arrabal musulmán (Un arrabal  es una extensión o agrupación territorial de viviendas y comercios no sujetos a control municipal o planes urbanísticos).

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Como ya es sabido, Valencia fue fundada por los romanos hacia el año 138 a.C. según una descripción del historiador Tito Livio.

El primitivo asentamiento estable de Valencia se situó en la zona de la Catedral y Basílica de la Virgen; así lo confirman las excavaciones realizadas a partir del siglo XVII hasta nuestros días.

La que atañe al área del pre-barrio de El Carme está localizada en la prolongación del decumanus maximus (Decumanus es un término empleado en la planificación urbanística en el Imperio romano. Indica una calle con orientación Este-Oeste tanto en una ciudad romana como en un campamento militar o en las colonias. El decumano principal era el Decumanus maximus, que se cruzaba perpendicularmente con el Cardo Maximus, la otra calle principal), o salida de la ciudad hacia el poniente, junto a la actual calle de Quart donde existen las calles de Cañete y Mare de Déu de la Misericòrdia.

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La presencia árabe marcó notablemente a la ciudad que vivió cierta época de esplendor.

Los árabes llegaron a la ciudad sobre el año 714, permaneciendo en ella durante más de cinco siglos.

Aquí nacieron y vivieron generaciones que la consideraron, con razón, como su patria y contribuyeron con su elevada cultura y su trabajo a engrandecerla.

Esta presencia musulmana experimentó un cambio en las estructuras socio-culturales de Valencia, que acabó por quedar islamizada al cabo del tiempo, de tal manera que los habitantes de aquella sociedad tuvieron un carácter específico del que todavía persisten fuertes lazos en la ciudad, a la que como todos sabemos, la llamaban Balansiya, Hadiqat Al-Andalus (València, Jardín de Al-Andalus).

Como era costumbre heredar y trasmitir los apellidos paternos, pronto hubo una importante población con nombres árabes de etnia hispano-romana-visigoda, ya que pertenecía al mundo cultural árabe en cuanto a su lengua o religión islámica, pero étnicamente era una población hispano-romana; de hecho los mismos musulmanes no aceptaban que se les llamase árabes.

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La ocupación cristiana conllevó nuevas costumbres sociales, militares y políticas.

En 1.238 se produjo la ocupación de la ciudad por las huestes cristianas de Jaume I.

En estos momentos Balensiya era un extenso núcleo urbano que superaba los límites de la muralla, caso del arrabal de Roteros que abarcaba nuestro la zona que nos ocupa.

En el área de Serrans se creó la partida de unos 800 hombres vecinos de Teruel, que pronto ocuparían las casas que les había correspondido en el Repartiment, entre la Puerta de al-Qantara y la muralla de Roteros, por lo que la barriada, por algún tiempo, tomó el nombre de esa ciudad aragonesa.

Entre las calles de Serrans y del Salvador, pegado a la muralla, existía un huerto y a su lado se hallaba la calle de al-Buzuil donde se concedieron casas a 19 familias de los nuevos ocupantes.

En los primeros días de la ocupación cristiana se reunió el Consell nombrando a diversos prohombres para que se ocuparan de los distintos territorios de la ciudad.

Entre ellos se encontraban Ruffes y Cedrelles, los asignaron a la partida appellada de Roteros, tro a la porta de la Morería.

Entre estas dos puntas existía una considerable extensión de terrenos de escasa población, normalmente ocupados por alquerías que, confinando con el barrio de la Morería, albergaban huertos, patios y solares que pertenecían, unos a la Pobla Vella o del Bisbe, inmediata al convento d’El Carme y a la actual plaza de Mossen Sorell, y otros a la ya entonces célebre Pobla de les fembres peccadrius.

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A partir del siglo XIII, con la presencia cristiana, en el área del que sería el barrio del Carme, al igual que en toda la ciudad, se fueron creando una serie de centros religiosos para atender los servicios del nuevo culto.

La iglesia de Sant Nicolau fue erigida como parroquia y, en principio, estuvo ubicada en el ámbito de nuestro barrio.

También los fueron la de Santa Caterina, que abarcaba en su jurisdicción hasta el poblado de Campanar, la Sant Miquel asignada por Jaume I a los pobladores procedentes de Teruel, la de Santa Creu que daba título a la barriada y la de Caballeros del Santo Sepulcro, convertida en iglesia de Sant Bertomeu.

En 1.281 se aprobó la instalación en el barrio de un convento de carmelitas, hecho importante porque de ahí partiría el nombre de todo el barrio.

El convento se cita en un privilegio de Pedro III de Aragón, fechado el 18 de noviembre de ese mismo año, en el que se otorgan diferentes donaciones al prior del Conventui Valentie Ordinis Beate Marie de Monte Carmeli.

Sobre el barrio de Roteros se dijo erróneamente que el nombre provenía de los que portaban el correo (troteros).

Examinado el Llibre del Repartiment no se menciona a ningún “troter o trotarius” como beneficiarios del reparto de casas y si se cita el lugar designado con la palabra Roteros.

Según Rodrigo Pertegás, su etimología se basa en que en este núcleo de población se hallaban, casi en su totalidad, las fábricas árabes de curtidos y es aquí donde, posteriormente, se establecieron los curtidores cristianos.

Parece ser que, en ese lugar, en los tiempos anteriores a la entrada de los árabes, ya existieron rothoriums, balsas o depósitos de agua que sirvieron para macerar el lino y el cáñamo.

Otra versión de su nombre se debe a los Roteros, campesinos que trabajaban las rotas (árbol oriental de la familia de las palmas del que se sacaba la madera para hacer bastones.

Lo que es evidente es que estas balsas sí existieron y también fueron utilizadas por la población musulmana para curtir las pieles, de ahí que quedara el título de rothoriums, roters o el castellano de Roteros.

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En 1.401 se derribó la antigua Puerta de Roteros y se rehízo la muralla junto al río, al mismo tiempo que se construyeron las Torres de Serrans.

Eran tiempos en los que los nobles aragoneses y catalanes establecieron sus palacios en la zona de la calle de Cavallers.

Uno de los mejores narradores de las costumbres de esta época fue Jaume Roig quien vivió durante algún tiempo en la calle de la Cullereta o Garrofereta, actual calle Fos.

Durante el siglo XV la ciudad disfrutaba de un gran auge mercantil.

Los antiguos arrabales se desarrollaron fuertemente con la incorporación de nuevos vecinos, sumándose a las actividades artesanas ya existentes, otras nuevas, como la de los peraires (pelaire o peraire en valenciano. Era un artesano textil que limpiaba y preparaba la lana para su posterior hilado y tejido. Prácticamente, era lo mismo que cardador), cardadores, tejedores y alfareros que ocuparon prácticamente todo el espacio hasta las renovadas murallas.

Las Puertas de acceso se fueron ampliando en número al ir adquiriendo esta zona su carácter de barrio artesanal y tener, por tanto, más necesidades en el trasiego de gentes y mercancías.

Sobre el año 1.400 fue abierto el Portal de Valldigna.

La anterior Puerta de Roteros, en el recinto árabe, dejó su protagonismo a la nueva Puerta dels Serrans, junto al portillo dels blanquers, Portal Nou, Portal dels Tints (1.356) y, por último, la de Quart.

Por aquel entonces la ciudad alcanzaba los 75.000 habitantes y ejercía la supremacía de la Corona de Aragón.

A partir del 1.522 con la derrota definitiva de les Germanies, como revuelta encabezada por las clases medias gremiales, se produce el triunfo de la nobleza que va a propiciar un período pre-capitalista, unido a una cruel represión, que da paso a la decadencia gremial.

Consecuencia de las Revueltas de las Germanías fue la destrucción de la mezquita de la Morería, asaltada en 1.521, reconstruida en 1.525 y, posteriormente, convertida en parroquia de Sant Miquel.

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En el siglo XVII El Carme sufriría otra catástrofe: la epidemia de peste que padeció la ciudad entre octubre de 1.647 y marzo de 1.648.

En el barrio el número de muertos fue notable: en el distrito de la parroquia de Sant Bertomeu se produjeron 222 víctimas; en el de la Santa Creu 788 y en la de Sant Miquel 486, independientemente de los que fallecieron en los hospitales que se habilitaron para la ocasión y de los 46 religiosos que murieron en los conventos del Carmen y de la Corona.

Se destinaron, como lugar de convalecencia, los terrenos del Partit, cuya actividad ya languidecía.

Otro de los lugares destinados a sanar a los ciudadanos de los distritos de Santa Creu y Sant Miquel fue el huerto de Arguedes, frente al Portal de la Corona, donde se instaló una enfermería que se constituyó en centro neurálgico de acogida de los infectados del barrio.

Fuentes consultadas:

Bibliografía:

Existe mucha y muy variada bibliografía referente al Carmen, por tanto, tan solo mencionaremos algunos de ellos:

  • Guía urbana de Valencia. Marqués de Cruïlles.

  • Barrio del Carme de Valencia. Marí Ángeles Arazo

  • Autoritarismo monárquico y reacción municipal. Amparo Felipo Orts.

  • Insaculación y élites de poder en la ciudad de Valencia, Amparo Felipo Orts.

  • La población del barrio del Carmen. Manuela Balanzá

  • Manual del viajero y guía de los forasteros  en Valencia. Vicente Boix

  • Historias y anécdotas del Barrio del Carmen. Juan Luis Corbín

  • La Valencia musulmana. Vicente Coscollá

  • Avecindados en la ciudad de Valencia en la época medieval. María de los Desamparados Cabanes Pecourt

  • El Carme. Crónica social y urbana de un barrio histórico. Rafael Solaz Albert

  • El Carme de l’obrador al pub. Manuel Hernández i Martí Gil

  • Morfología del barrio de El Carme. Manuela Balanzá

  • El ornato urbano. La escultura pública en Valencia. Rafael Gil y Carmen Palacios

  • Valencia Centro Histórico. Trinidad Simó Terol

Fotografías

  • Archivo fotográfico de Abelardo Ortolá

  • Archivo fotográfico de Rafael Solaz Albert

  • Archivo fotográfico de Lázaro Bayarri

  • Archivo fotográfico de Periódico Levante

  • Archivo fotográfico de José Aleixandre

  • Archivo fotográfico de Marina Solaz

  • Archivo fotográfico de Morales San Martín

  • Archivo fotográfico de Toni Serrano

  • Archivo fotográfico de V. Andrés

  • Archivo fotográfico de Ludovisi y señora

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