Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

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Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

La pieza historiográficamente más interesante del conjunto, obra maestra de la arquitectura tardo-gótica y clave para el inicio de la estereotomía (La estereotomía es una rama de la cantería que estudia el modo en que pueden tallarse, partirse y aprovecharse las rocas extraídas de la cantera en arreglo a su colocación específica en obras de arquitectura e ingeniería) moderna es la capilla de los Reyes.

Este desnudo y emocionante espacio interior fue valorado ya desde antiguo.

Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

No debe ser ajeno a ello que haya sido la única iglesia medieval de la ciudad de Valencia que no sufriera recubrimientos en épocas posteriores.

Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

Capilla Real o Capilla de los Reyes (Capella del Rei Alfons el Magnànim).

Fue mandada construir por el rey Alfonso V el Magnánimo (Medina del Campo 1.396 – Nápoles 27-06-1.458), siendo colocada la primera piedra el 18 de junio de 1439 y terminada por su sucesor y hermano Juan II (Medina del Campo 1.398 – Barcelona 20-01-1.479) el 24 de junio de 1.463, su autor sin género de duda fue Francesc Baldomar, autor también de las obras de las Torres de Quart.

Con Baldomar trabajarían como picapedreros Pere Compte y Miquel Navarro.

En su origen esta capilla se puso bajo el patrocinio de San Ildefonso por indicación directa del propio rey. La primera misa oficiada en la capilla fue realizada por el obispo Rodrigo de Borja, futuro papa Alejandro VI.

Francisco Diago, ya en 1.599, escribe que “toda ella respira antigüedad y grandeza”.

Sala indica, en 1.608, que por verla “de propósito vienen maestros muy afamados”, de la sacristía señala que “tiene sesgos y principios de mucha arte”.

Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

El riguroso crítico Antonio Ponz dijo de ella que “[…] inmediato a la capilla de los Reyes, toda de piedra de cantería, y bien que a la gótica, no hay cosa más grandiosa y bien construida en todo ese recinto”.

El cronista Orellana, también en el siglo XVIII, indicó que “está hecha con tanto artificio que da mucho que mirar a los más primorosos arquitectos”.

Luís Tramoyeres, secretario de la Academia, la calificaba en 1.915 como “la más insigne fábrica gótica, en el aspecto constructivo, de las existentes en Valencia”.

Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

Esta capilla es de planta rectangular de once por veintidós metros libres interiores.

Los muros carecen de contrafuertes y pilastras, fiando los empujes de las bóvedas a unos gruesos muros de 2,50 metros de espesor.

Se cubre con una bóveda aristada de cantería de tres tramos, entre los cuales se forman, en dos tramos, las complejas superficies de revolución de los plementos (cada uno de los paños que conforman una bóveda de crucería) correspondientes a una complicada bóveda de crucería con terceletes (cada uno de los nervios que en las bóvedas de crucería suben desde los apoyos y se unen en el centro de las caras), pero carente de nervios.

El tramo de la cabecera se resuelve de la misma forma, pero ochavando (Recortar un ángulo o esquina) la línea de arranques de la bóveda y dejando dos triángulos con bóvedas aristadas en las esquinas.

Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

Detrás de la cabecera se sitúa la sacristía. Se accede a ella través de un arco moldurado dispuesto en esviaje respecto al muro.

La sacristía se cubre con una bóveda de aristas simple, también de cantería y de complicado enjarje (el jarjamento en arquitectura es el arranque de un arco o bóveda. Es el lugar donde se ligan las molduras de los pilares con las de los arcos) al ser la planta trapezoidal.

De la sacristía parte una doble escalera helicoidal, con una espiral dentro de otra en los primeros tramos, y un caracol de ojo abierto o de Mallorca en los últimos.

Esta escalera permite el acceso independiente a un espacio para el reservado eucarístico y a la terraza.

Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

La capilla está actualmente oculta al exterior por construcciones posteriores. En su inicio debió ser un limpio volumen de apariencia parale-lipédica, aterrazado, y sobre el que únicamente sobresalía el geométrico remate de la escalera de caracol, que está coronado por una pirámide de ocho lados.

Las fábricas son todas ellas de cantería y están realizadas con desornamentada expresión y rigurosa ejecución.

La piedra utilizada es extraordinariamente dura y oscura, casi negra: “La pedra blava de Morvedre” que aparece en los documentos.

Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

El cronista del convento de Predicadores de Valencia, P. Sala, consignó, en su inédita Historia del Convento de Predicadores de Valencia, escrita en 1.608, que Alfonso V, conquistador de Nápoles, estando en Gaeta dispuso, por privilegio fechado en 6 de abril de 1.437, que se construyera en el monasterio de predicadores de Valencia, una capilla bajo la advocación de San Alfonso, su patrono.

A juzgar por la pareja de vacíos arcosolios (es un término arquitectónico aplicado a un hueco en arco que se empezó a usar como lugar de enterramiento en una catacumba. Solía cubrir el sepulcro o sarcófago de un mártir) que se alojan en sus muros.

Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

La capilla fue construida como capilla funeraria, finalidad para la que, en cualquier caso, acabaría destinada.

El evidente carácter sepulcral de la capilla viene indicado, igualmente, por las bóvedas aristadas de piedra negra que recuerdan los doseles, paños mortuorios o pabellones que se construían para los funerales de las personas de calidad y de los que consta documentalmente que Francesc Baldomar, como maestro de la Seo, levantó alguno.

Determinadas circunstancias provocaron la inesperada falta de finalidad de la capilla.

El rey, desde la fundación de esta no volvería a Valencia.

Enamorado de la italiana Lucrecia de Aragón, acabaría siendo enterrado, a su muerte, en el convento de los dominicos de Nápoles.

Su esposa, la reina María de Castilla, se hizo construir su sepulcro en el monasterio de las clarisas de la Trinidad en Valencia.

Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

El estudio de los libros de fábrica y el análisis de otras obras del mismo maestro ha permitido confirmar la autoría del genial arquitecto de la capilla: Francesc Baldomar.

El novedoso abovedamiento aristado de la capilla de los Reyes requirió que Francesc Baldomar lo experimentará previamente, en menor escala, en las bóvedas de las tribunas de las Torres de Quart.

Consta documentalmente que se trabajaba en la capilla desde mayo de 1.439, un mes antes de la solemne colocación de la primera piedra el 18 de julio de ese mismo año.

En enero de 1.451 se colocaban las cerraduras de la puerta de la sacristía, lo que indica que ya estaba construida la correspondiente portada, notable por su esviaje (Oblicuidad de un muro o del eje de una bóveda respecto al frente de la obra de que forma parte).

En julio del mismo año se pagaban cuatro cahíces (se empleaba frecuentemente en las canteras de yeso existentes en las cercanías de la ciudad exclusivamente para el yeso, siendo su equivalencia 1 cahíz=690 kilogramos) y medio de yeso “per fer mostres de la volta de la capella”, lo que junto con los frecuentes pagos por almagena o almagre (Óxido rojo de hierro, muy abundante en la naturaleza, que se emplea en pintura como colorante), cabe entenderlo para realizar una superficie enyesada donde realizar, a escala natural, las trazas de los cortes de cantería o monteas de la bóveda.

A partir de estas fechas debió comenzar a construirse la bóveda, lo indican los frecuentes pagas para cuerdas, andamios y reparaciones de grúas.

La obra debía estar muy avanzada en 1.460, ya que en ese año comienzan a colocarse losas de piedra de Portaceli en el pavimento.

Las obras se acabarían en 1.463, reinando ya Juan II, en cuyos años consta que se pintó el retablo por el famoso pintor Joan Reixach.

Convento de Santo Domingo. Capilla de los Reyes

La filiación gótica de la capilla de los Reyes se aprecia, aunque con escasa fuerza, en su misma apariencia.

Este abovedamiento que prescinde de nervios, debe ponerse en relación con construcciones similares del gótico tardío centro-europeo como las llamadas bóvedas diamantinas, en Bohema, o las alveoladas de Meissen en Sajonia.

No obstante, en estas predomina el ladrillo, por los que no se plantean los difíciles problemas de estereotomía de piedra de las de Valencia.

De hecho, la novedad de la capilla de los Reyes no está en sus formas, solo vagamente gotizantes, sino en la precoz aplicación de la estereotomía moderna para cubrir un gran espacio.

Ello conlleva la descripción científica previa de cada pieza y cada dovela (Cada una de las piedras labradas en forma de cuña que componen un arco o bóveda).

Esta es la causa por la que la capilla suscitó admiración desde fechas muy tempranas.

Cabe recordar al respecto un antiguo dicho trasmitido por Orellana:

He oído decir que todas las piezas de esta capilla estaban cortadas de forma que siempre que se quisiera podría deshacerse y volverse a hacer encaxonando las piedras[…] y tiene la capilla oculta llave que separando una piedra pudiera deshacerse toda con sencilla facilidad”.

La mutación introducida en las técnicas constructivas hace que pueda aplicarse a esta construcción lo dicho de dos famosas obras literarias coetáneas: “Spill” de Jaume Roig y “Tirant lo Blanch” de Joanot Martorell: “Un prodigio que clausuró muchos caminos medievales e inauguró muchos otros nuevos y modernos”.

El único edificio que conocemos que tiene un parentesco directo con la capilla de los Reyes, es una capilla que se encuentra adosada a la iglesia de San Pedro de Assier, en el departamento francés de Lot.

En 1535 la capilla fue entregada por el emperador Carlos I de España (1.517-1.556) a doña Mencía de Mendoza, marquesa de Zenete para panteón familiar. Mencía de Mendoza nacida en Jadraque en 1.508 casó en primeras nupcias con Hendrick (Enrique) III conde de Nassau y en segundas nupcias con Fernando de Nápoles duque de Calabria (viudo de Germana de Foix). Mencía falleció en Valencia en 1.554 probablemente por causas derivadas de su hiperobesidad.

Los ocupantes del gran sepulcro, cuyas figuras aparecen esculpidas sobre él, son de Rodrigo Hurtado de Mendoza y de Vivar, al que tantos disgustos le dieron «els agermanats», y su segunda esposa Doña María Fonseca de Toledo, Marqueses de Zenete, la obra se labró en el año 1.554, como consta en una inscripción:

La hija de los interesados, Doña Mencía, esposa del duque de Calabria y una de las mujeres más gordas que han paseado en todo tiempo su humanidad por nuestra tierra, es quien costeó la marmórea tumba; ella, modestamente yace a los pies de la mismas y se conformó con una simple lápida de alabastro”.

Sobre la lápida una inscripción nos dice:

A la princesa doña Maria Mendoza Zenete, hija de don Rodrigo Mendoza y doña María Fonseca su mujer, marqueses de Zenete; esposa de don Fernando de Aragón duque de Calabria, excelentísima y singular matrona enaltecida con las brillantes dotes del espíritu, ingenio, virtud, fortuna y nobleza, que vivió 45 años, 1 mes y 5 días y murió en 4 de enero de 1.554.

Don Luis de Requesens, comendador mayor de Castilla, de la Orden de Santiago, su heredero, para que quedase un perpetuo monumento de su cordial gratitud e imperecedera memoria de los ilustres antepasados de la difunta, de su propio peculio hizo costear estos sepulcros y estatuas de mármol de Paros«.

El sepulcro descansa sobre una alta base decorada por cuatro ángeles. Sobre la base, el doble sepulcro con las estatuas yacentes de ambos personajes.

El, don Rodrigo Hurtado de Mendoza y de Vivar, ella doña María Fonseca de Toledo (marqueses de Zenete desde 1.492).

El viste armadura y espada; el yelmo a los pies destaca sobre el conjunto, la dama tiene un libro de oraciones sobre el pecho, a sus pies un perro; símbolo de fidelidad.

Las cabezas descansan sobre almohadones. En los laterales unas calaveras nos hablan de la muerte.

Los atributos militares del sepulcro nos hablan de él, era un guerrero.

El sepulcro realizado en mármol blanco de Paros fue realizado en Génova hacia 1.563 según traza de Giovanni Battista Castello «El Bergamasco», y por los escultores Giovanni Carlone y Giovanni Orsolino.

Fue construida entre los años 1.546 y 1.550.

Es la capilla funeraria de Galiot de Genouillac, gran maestro de artillería de Fernando I de Francia (quien cabe recordar que estuvo prisionero en Valencia).

Perouse de Montclos la calificó de auténtico producto estereotómico y la propone como testimonio excepcional de la influencia de la estereotomía (rama de la cantería que estudia el modo en que pueden tallarse, partirse y aprovecharse las rocas extraídas de la cantera en arreglo a su colocación específica en obras de arquitectura e ingeniería) española en el sudeste francés.

En 1.535 la capilla fue concedida por Calos I a doña Mencia de Mendoza, marquesa de Zenete, para enterramiento suyo y el de sus padres.

De sus disposiciones procede el impresionante túmulo de mármol blanco, con las estatuas yacentes de sus padres, labrado en Génova en 1.563, según traza de G. Castello, por los escultores Giovanni Carlone y Giovanni Orsolino.

El retablo es una soberbia pieza renacentista realizada por José Esteve entre 1.581 y 1.588 con pinturas de Isaac Hermes Vermey.

 

Fuentes consultadas:

  • Archivos autores.

  • Archivo del Reino de Valencia.

  • Archivo Histórico Municipal.

  • Biblioteca valenciana.

  • Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia.

  • Archivo de la Diputación provincial de Valencia.

  • Hemeroteca valenciana.

  • Wikipedia

  • Padrón Municipal de Habitantes.

  • Diez Arnal. Convento Santo Domingo

Bibliografía:

Como joya arquitectónica valenciana que es, existe mucha bibliografía sobre el Convento de Santo Domingo, aunque solo citaremos algunos.

  • Zaragozá Catalán, Arturo. Antiguo Convento de Santo Domingo de Valencia

  • Benito Goerlich. Exconvento de Santo Domingo.

  • Berchez Gómez, Joaquín. Diversas obras sobre la arquitectura valenciana.

  • Boix, Vicente. Memoria histórica de la apertura de las capillas de San Vicente Ferrer y de los Reyes en el extinguido convento de Santo Domingo.

  • Ponz, Antonio. Viaje a España.

Fotografias: