Convento de Santo Domingo. Historia

Convento de Santo Domingo. Historia

Convento Santo Domingo. Historia

Declarado el 3 de junio de 1.931 Monumento Histórico Artístico Nacional

Antiguo e ilustre Convento de predicadores de Valencia, como ya señaló Elías Tomo, fue el principal de la ciudad.

Desde la exclaustración de la comunidad de dominicos, hecho que sucedió hace más de 150 años, está destinado a Capitanía General, aunque en la actualidad ostenta el nombre de Estado Mayor Nacional del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad.

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Su interés como sitio histórico es, sin ninguna duda, considerable.

El antiguo convento fue mandado construir por Jaime I, morada de San Vicente Ferrer y de San Luís Beltrán, importante foco religioso y cultural, protegido y visitado por los reyes de Aragón y por los de la casa de Austria, repetida sede de las Cortes Valencianas y, por un tiempo, panteón de valencianos ilustres.

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Su valor monumental queda señalado por ser arquitectura de imprescindible referencia, tanto lo existente como lo desaparecido, por la calidad de sus piezas y por su interés historiográfico.

Deben destacarse, entre lo que nos ha llegado, el aula capitular y el claustro mayor, piezas ambas de arquitectura gótica, el refectorio renacentista (hoy salón del trono), la magnífica torre de las campanas y la Capilla de San Vicente, construida esta según pautas del barroco académico.

Especial interés tiene la Capilla de los Reyes, obra maestra de la arquitectura tardo-gótica europea.

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Inevitablemente, el conjunto de construcciones que lo forman tienen una larga y compleja historia.

El espacioso edificio se construyó, al igual que todos los conventos mendicantes, a medida que los donativos lo permitían.

Las capillas y muchas dependencias se instituyeron, ampliaron o renovaron reiteradamente, sin un plan de conjunto.

A partir del cambio de uso del convento, en el siglo XIX, las destrucciones, adaptaciones y restauraciones han sido abundantes.

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Todo ello hace que el antiguo convento dominico, al faltarle piezas esenciales y mostrar otras renovadas, sea un monumento de difícil lectura.

El conjunto se muestra hoy día pulcramente cuidado, pero desconcertante por la superposición y el contraste de tan diferentes y descontextualizadas piezas.

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La historia del antiguo convento sobrepasa los 750 años.

El 11 de abril de 1.239, solo unos meses después de la conquista cristiana de la Valencia, Jaime I concedía a la orden de predicadores el solar que hoy ocupa el antiguo convento y que entonces quedaba extramuros.

El convento fue fundado por Miguel de Fabra, fraile que era confesor del rey y discípulo de Santo Domingo de Guzmán tomando el hábito directamente de Santo Domingo.

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A los tres días de la concesión el rey colocaba, con sus propias manos, la primera piedra.

La fundación debió quedarse pronto pequeña.

Once años más tarde se comenzó a construir una nueva iglesia, más amplia, que fue inaugurada en 1.252.

El obispo de Valencia, Andrés Albalat, fraile dominico e iniciador de la catedral gótica, hizo levantar un tramo de la muralla para recoger el convento dentro de la ciudad.

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Durante los primeros años del siglo XIV se levantó el actual claustro, las capillas que lo rodean y la sala capitular.

Durante este mismo siglo se fundó la escuela de lenguas orientales y se dotó una cátedra de teología, en la Seo, establecida para ser atendida por la orden de predicadores.

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Durante los años finales del siglo XIV y los primeros del XV, el convento de predicadores, adquirió su mayor relevancia histórica con la figura de San Vicente Ferrer (1.357-1.419) que llegó a ser prior del convento.

Al parecer, en el año 1.382, por ruina de la anterior, se comenzó la construcción de la tercera iglesia.

Alfonso V el Magnánimo, en 1.437, fundó la Capilla de los Reyes, obra que acabaría su sucesor, el rey Juan II, hacia el año 1.463.

Ya en el año 1.460 se comenzó la capilla de San Vicente Ferrer.

Las obras medievales concluyeron con la construcción de la gran capilla del Rosario, cuyas obras, comenzadas a finales del siglo XV, proseguían a comienzos de la siguiente centuria.

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Indica la importancia de la construcción medieval el célebre viajero y humanista alemán, Jerónimo Münzer, durante su visita a Valencia en 1.504, recordará al convento como de “magnífica fábrica con grandes huertas y claustros”.

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El convento recibió en la Edad Moderna un nuevo impulso.

Al igual que en la Edad Media, volvió a recibir visitas reales y a ser sede de las Cortes Valencianas.

San Luís Beltrán (1.526-1.581), patrono de Colombia por su estancia en este país, fue prior del Convento.

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Sus distintas dependencias tuvieron las correspondientes renovaciones.

En el siglo XVI se construyó el refectorio y las desaparecidas celdas, la fachada de la iglesia recayente a la plaza y el claustro de acceso al templo.

Entrado el siglo XVII se construyó, siempre sobre preexistencias, la sacristía mayor.

Posteriormente en el siglo XVIII fue renovada y ampliada con lujo la capilla de San Vicente Ferrer y San Luís Beltrán y, se renovó la fachada correspondiente a la portería.

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Finales del siglo XVIII, el Convento de Predicadores alcanzó su máximo esplendor patrimonial.

En esta época el erudito Orellana escribía lo siguiente:

“El particularizar las grandes circunstancias de dicho convento, lo majestuoso de su edificio, la simetría de su iglesia, lo copioso de su exquisita librería, la disposición de su bien regalado archivo, lo excelente de sus pinturas, lo antiguo de sus monumentos y, sepulcrales, lo numeroso de sus reliquias y, en suma lo precioso de todas sus cosas, es asunto que no pudiera comprenderle un dilatado volumen, cuando cada ramo de los que llevo apuntados produce materia para mucho que historiar”.

Marco Antonio Orellana

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La invasión francesa convirtió el histórico edificio en cuartel, dispersando, o haciendo desaparecer, su rico patrimonio mueble y su famosa biblioteca y archivo.

Fray Jaime Villanueva (1.765-1.824) en su “Itinerario descriptivo de las provincias de España”, publicado en 1.826, indicaba, sobre el Convento, que

Nada queda ya del magnífico salón en que estaba la celda de San Vicente Ferrer y San Luís Beltrán, y donde se habían reunido los retratos de los generales y religiosos de la orden que ha llegado al obispado, al cardenalato y a la Tiara… No es fácil dar una idea de los muchos y preciosos cuadros que conserva esta casa en el día, reliquias de la gran colección que poseía en otro tiempo, y que la hacían una de las buenas galerías de España”.

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La vuelta de los frailes en 1.814 duró poco.

En el año 1.835 tuvo lugar la exclaustración de órdenes religiosas pasando en convento a manos del estado que lo destinó a parque de artillería y a talleres de maestranza.

Posteriormente, en 1.839, se estableció en el antiguo convento la Capitanía General.

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Más tarde, en 1.843, peligrando la existencia del antiguo convento (como luego se comprobó con el derribo de la iglesia, capillas y otras dependencias), la Real Academia de San Carlos logró que el gobierno dictase Real Orden de 23-1-1.844, concediéndole el patronato de la capilla de los Reyes y de la de San Vicente.

Se colocaron otra vez los cuadros e imágenes que procedentes de las mismas figuraban ya en el Museo Provincial de Bellas Artes y se abrieron al culto las clausuradas capillas.

En la capilla de los Reyes se inició la idea de transformarla en Panteón de valencianos ilustres, según consta en la “Memoria Histórica de la apertura de las capillas de San Vicente Ferrer y de los Reyes, en el extinguido convento de Santo Domingo de Valencia” redactada por Vicente Boix e impresa en 1.844 por la Real Academia de Bellas Artes.

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El primer valenciano ilustre enterrado en la capilla de los Reyes, y seguramente también el único, fue el famoso pintor Juan de Joanes.

Sus restos fueron inhumados en el improvisado Panteón Provincial, donde hoy reposan sin la menor memoria que recuerde el hecho.

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El paso del general Urrutia (1.950-1.953) por la Capitanía General señala el comienzo de una etapa restauradora de los restos del antiguo convento.

Actualmente las capillas de San Vicente y de los Reyes están abiertas al culto como capilla castrense, mientras el resto de las piezas nobles son usadas para actos representativos y culturales.

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El antiguo convento de Santo Domingo se organizaba alrededor del amplio claustro mayor que estaba situado en el centro del conjunto.

Paralela a la galería norte del claustro se situaba la nave principal del templo.

 

Fuentes consultadas:

  • Archivos autores.

  • Archivo del Reino de Valencia.

  • Archivo Histórico Municipal.

  • Biblioteca valenciana.

  • Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia.

  • Archivo de la Diputación provincial de Valencia.

  • Hemeroteca valenciana.

  • Wikipedia

  • Padrón Municipal de Habitantes.

  • Diez Arnal. Convento Santo Domingo

Bibliografía:

Como joya arquitectónica valenciana que es, existe mucha bibliografía sobre el Convento de Santo Domingo, aunque solo citaremos algunos.

  • Zaragozá Catalán, Arturo. Antiguo Convento de Santo Domingo de Valencia

  • Benito Goerlich. Exconvento de Santo Domingo.

  • Berchez Gómez, Joaquín. Diversas obras sobre la arquitectura valenciana.

  • Boix, Vicente. Memoria histórica de la apertura de las capillas de San Vicente Ferrer y de los Reyes en el extinguido convento de Santo Domingo.

  • Ponz, Antonio. Viaje a España.

Fotografias:

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