El Micalet o Miguelete

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El Micalet o Miguelete

Desde la Puerta de los Apóstoles, si dejamos la plaza de la Virgen a nuestra derecha y nos dirigimos por la calle del Micalet, llegaremos a la torre campanario del Micalet o Miguelete, entrañable emblema sentimental para los valencianos, y probablemente el monumento más característico de la ciudad. Fue iniciado el 1381 por Andreu Julià, y para conmemorar este hecho se grabó una inscripción -casi ilegible hoy día- sobre la base de la torre que dice: “Aquest campanar fonc començat en l’any de la nativitat de nostre senyor Jesucrist MCCCLXXXI«.

«Regnant en Aragó lo molt alt rei en Pere. Estant de bisbe en València lo molt alt en Jaume, fill de l’alt infant en Pere e cosin germà de dit rei” (Este campanario fue empezado en el año de la natividad de nuestro señor Jesucristo MCCCLXXXI«.

Andreu Julià dejó la obra el 1396 y en 1402 la reanudó Josep Franch. En 1414 se hizo cargo de la obra Pere Balaguer, que es el autor de la bella decoración del último cuerpo.

El 1424 el arquitecto Martí Llobet fue el encargado de llevar a cabo el hoy desaparecido antepecho de la torre, el cual, de tracería calada gótica, fue destruido en el siglo XVIII, y sustituido por una barandilla metálica a principios del siglo XX. En 1983 se hizo uno nuevo de piedra que es el que hoy podemos ver, obra de F. Pons Sorolla, de estilo gótico, a partir de fragmentos encontrados del antiguo.

El Micalet o Miguelete

Por lo que respecta al coronamiento de la torre, hubo un proyecto de aguja gótica ideado por Antoni Dalmau en 1453, pero nunca se construyó; en su lugar se alzó una estructura provisional ‘ de madera para albergar y sostener las campanas, que permaneció así hasta que se construyó la espadaña barroca (1660-1736) que hoy podemos contemplar .

El Micalet, acabado el 1425, fue llamado inicialmente Campanar Nou (campanario nuevo), para diferenciarlo del campanario viejo, que era una modesta torre de estilo románico hoy desaparecida, que se encontraba en la calle de la Barcella (Barchilla), junto a la puerta de l’Almoina.

El nombre que triunfó para designar el monumento, sin embargo, fue Torre del Micalet, por el nombre popular de la campana grande que toca las horas, y que fue bendecida el 29 de septiembre de 1418, día de San Miguel, lo cual explica el nombre cordial de Miguelete o Micalet con que los valencianos la designan.

El Micalet o Miguelete

Presenta un estilo marcadamente gótico valenciano, y podría estar inspirado en la torre de la Catedral de Lérida, que es tan sólo un poco anterior y presenta una estructura y altura similares, si bien en ésta segunda sí que se alzó el remate gótico que le falta al Micalet.

Está dividido en cuatro cuerpos, de los cuales sólo el de más arriba está decorado, sobre el vacío de las campanas con el trenzado ojival de unas molduras.

Este prisma octogonal mide 50,85 m, que equivale a su perímetro exacto. Doscientos tres escalones de piedra, a través de una angosta escala de caracol, nos conducen al pie de la espadaña final, la cual eleva la altura de la torre a unos 70 m.

Desde allí se contempla una vista que, en días claros de poniente o mistral, abraza hasta el Montgó, por el sur, y hasta más allá del Desierto de las Palmas, por el norte.

Antes del 1480 estaba exento del resto de la catedral, pero gracias a la prolongación de las naves realizada por Francesc Baldomar a partir de 1458 y por Pere Comte desde 1476, quedó definitivamente unido a ella. A lo largo de su historia, el “Micalet” cumplió funciones de faro, torre de vigilancia, e incluso plataforma para castillos de fuegos artificiales. La ciudad corría a cargo de las iluminaciones que se hacían para las festividades extraordinarias.