Orígenes bajomedievales Fàbrica vella

Orígenes bajomedievales Fàbrica vella

Fàbrica vella de Murs i Valls

Orígenes bajomedievales y organización institucional

Historia de las obras públicas en la Valencia del Antiguo Régimen, siglos XIV-XVIII

Los precedentes de la Fàbrica vella de Murs i Valls se remontan al reinado de Jaime I (1.214-1.276), monarca que cedió en 1.269, por Real Privilegio, los fosos y murallas musulmanas a los nuevos pobladores cristianos de la ciudad de Valencia.

Así pues, todos sus habitantes, sin excepción alguna de clases privilegiadas, debían contribuir, según los deseos del trono, a la limpieza y defensa de la ciudad, puesto que estos servicios públicos interesaban a todos por igual.

Ya en tiempos de Pedro el Ceremonioso (1.336-1.387), Valencia decidió liberarse del antiguo recinto amurallado islámico del siglo XI e inició la construcción de uno nuevo, que ensanchase su reducido solar urbano e incluyeran en su perímetro los arrabales que habían surgido alrededor de ella desde la reconquista cristiana en 1.238.

Las obras dieron comienzo en el año 1.356 y se debieron a dos motivos:

  1. El rígido crecimiento demográfico de Valencia, tanto en su seno como en los arrabales extramuros.

  2. Las revueltas de la Unión y las amenazas bélicas de Pedro el Cruel de Castilla, sucesos que suscitaron la imperiosa necesidad de edificar una muralla mucho más disuasiva.

Pero recién iniciado el nuevo ensanche, Valencia fue asolada por un aterrador golpe de agua un negro viernes del 17 de agosto de 1.358, provocando ese violento aluvión estival serios desperfectos en las murallas cristiana y musulmana, aparte de otros daños de gran consideración en el resto de la ciudad, por lo que Pedro el Ceremonioso decidió crear, en virtud del Real Privilegio del 24 de agosto de ese mismo año, un organismo dependiente del municipio foral valenciano, denominado Ilustre Junta de Murs i Valls.

De modo, que asistimos, definitivamente, al nacimiento de la Fàbrica vella de Murs i Valls como institución municipal autónoma, dotada de poderes especiales “per compte d’una junta separada del govern comú de la dita Ciutat”.

Pero la consolidación y reorganización administrativa de la Fàbrica no tuvo lugar hasta casi medio siglo después con la promulgación de la Sentencia arbitral del 4 de agosto de 1.406.

Esta importante Sentencia confeccionada por los ocho sabios “Doctores en ambas jurisprudencias” con el objetivo de eliminar las discrepancias mantenidas por los estamentos privilegiados, que veían peligrar su inmunidad fiscal desde 1.358, y sistematizar la primitiva reglamentación de Murs i Valls.

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Fàbrica vella de Murs i Valls

Orígenes bajomedievales y organización institucional

Historia de las obras públicas en la Valencia del Antiguo Régimen, siglos XIV-XVIII

La Junta de Murs i Valls estaba integrada por los siguientes miembros:

  • 3 Obreros (Militar, Real y eclesiástico).

  • 6 Jurados.

  • el Racional.

  • el Síndico de la ciudad.

  • Y desde 1.602 el Obrero canónigo del río

Sin lugar a dudas, la Ilustre Junta constituía un órgano deliberativo ubicado en la cúspide administrativa de Murs i Valls, pero la autoridad preeminente radicaba en la Corona, además, entre la mencionada Junta y la monarquía  se situaban autoridades municipales intermedias, que marcaban las directrices fundamentales de las obras públicas a realizar en la ciudad de Valencia y su entorno rural más inmediato.

En resumidas cuentas, se trataba del Consell general y del Consell secret (genuino ejemplo del gobierno municipal en la sombra).

Pese a esta compleja yuxtaposición de poderes en el gobierno de la Junta de Murs i Valls, la institución gozaba por sí sola, ante los ojos de todos los valencianos, de un gran prestigio, basado en la tradición y sus realizaciones públicas, de hecho, así era definida a finales del siglo XVIII.

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Fàbrica vella de Murs i Valls

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Historia de las obras públicas en la Valencia del Antiguo Régimen, siglos XIV-XVIII

Personal administrativo y oficios

Los Obreros (junto con los demás miembros de la Ilustre Junta) eran funcionarios diputados, encargados de dirigir las obras de utilidad pública en la ciudad de Valencia, exigir las necesarias contribuciones fiscales a los vecinos, controlar el destino que recibían los fondos recaudados , y cuidar todo lo concerniente a los caminos reales, puentes, fosos, murallas y acequias, etc.

También había 3 Obreros, en representación de los 3 estamentos (Brazo Real, militar y eclesiástico).

Este oficio tenía una duración anual, que se iniciaba el 7 de marzo y expiraba el 6 de marzo del año siguiente, y por el desempeño de sus funciones recibía cada uno 30 libras de remuneración.

Cada estamento escogía, por separado, a su respectivo obrero.

El sistema empleado para la designación del obrero eclesiástico, se realizaba en la sacristía de la Catedral de Valencia y la “elección” obedecía, conforme a una  concordia pactada bajo el reinado de Fernando el Católico el 28 de junio de 1.488, a un riguroso turno, conocido en lengua valenciana como boixart o torn, que comenzaba y finalizaba en el Capítulo catedralicio de Valencia (por lo cual, este ostentaba la ocupación durante un bienio) a la vez que alternaba el cargo cada dos años con el resto de las voces procedentes de los monasterios cistercienses y de las órdenes militares.

El Obrero militar se extraía de los que componían el estamento nobiliario, por tanto eran nobles y generosos que vivían en la ciudad de Valencia.

De este modo, encontramos con la condición esencial para gozar del prestigioso oficio de obrero militar, como ya hemos citado anteriormente, ser noble residente en la ciudad de Valencia.

A partir de estas condiciones, se realizaba anualmente, en lo estudi major de la Casa de la Diputaciò, una minuciosa elección insaculatoria (el método insaculatorio consiste en poner en una bolsa, una urna u otro recipiente las papeletas o bolas de un sorteo antes de proceder a su extracción).

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Fàbrica vella de Murs i Valls

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Historia de las obras públicas en la Valencia del Antiguo Régimen, siglos XIV-XVIII

De entre los empleos subalternos más antiguos de Murs i Valls, destacan el de Sotsobrer y el de Escrivà de la Fàbrica, oficios que estaban íntimamente relacionados en sus respectivas tares administrativas, al igual que cualquier otro oficial de la Fàbrica, tuvieron un carácter anual e insaculatorio; después de haberse ostentado y ejercido tales empleos no podían ser desempañados de nuevo hasta transcurridos 5 años.

En cuanto a sus funciones, mientras que el sotsobrer dirigía y administraba, tal y como si se tratara de un “capataz”, las diversas obras municipales de la Fàbrica por 75 libras anuales en la década de 1.590; el escribano se dedicaba a asistir el mismo o sus ayudantes a las juntas, continuar las provisiones, autorizar todas las escrituras de obras, las cartas de pago de censos y salarios y, todas las inspecciones que realizaba la Fàbrica en los caminos, puentes, murallas, fosos, etc., llevando de todo sus especiales registros, independientes de los del municipio; su salario era de 40 libras.

El escribano también tenía obligación de acudir todos los días laborables por la mañana, a los lugares donde se realizasen obras o simples reparaciones, anotando cuidadosamente el nombre de todos los operarios, para abonarles su jornal cuando diese término la jornada diaria, evitando así, los fraudes o engaños de quienes pretendiesen haber trabajado sin ser cierto.

Por otra parte, el escribano debía estar presente en las operaciones del sotsobrer, quien se encargaba de adquirir materiales de construcción (arena, yeso, cal, piedras, madera, clavos, etc.) y liquidar las cuentas contraídas por la Fàbrica.

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Fàbrica vella de Murs i Valls

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Historia de las obras públicas en la Valencia del Antiguo Régimen, siglos XIV-XVIII

El edificio exento y rectangular del Almudín constituía para la ciudad una pieza clave en su abastecimiento, puesto que en él se almacenaban y comerciaban los cereales que los campesinos o mercaderes aportaban espontáneamente y los que adquiría el municipio para hacer bajarlos precios en tiempos de crisis o carestía; en esta misma alhóndiga, también se colectaban los derechos fiscales que financiaban la Fàbrica de Murs i Valls y, particularmente, su impuesto sobre básico, la sisa de los 11 dineros por cada cahíz de trigo, este impuesto se destinaba a la construcción y mantenimiento de murallas, puentes, fosos, acequias y caminos.

Así pues, las sisas constituían una de las principales fuentes y recursos económicos para los municipios, y como sucedía con demasiada frecuencia en el período cronológico al que nos referimos, estos gravámenes extraordinarios casi siempre acababan convirtiéndose en imposiciones permanentes u ordinarias, lo cual, a la larga, perjudicaba a las clases sociales más desfavorecidas, ya que los estamentos privilegiados (clero y nobleza) estaban exentos de pago.

Para recaudar estos derechos, fue preciso que la Junta de Murs i Valls adquiriese el privilegio de poder nombrar representantes suyos en el Almudín, haciéndose cargo de sus honorarios, por tanto, para dicho efecto, fueron designados un Credencier major, un Credencier de avenguts, un Credencier que fa los albarans dels casolans, un Majarrer, y un Guarda dels molins.

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Fàbrica vella de Murs i Valls

Orígenes bajomedievales y organización institucional

Historia de las obras públicas en la Valencia del Antiguo Régimen, siglos XIV-XVIII

En lo que respecta al período 1.589-1.600, los acreedores de préstamos hipotecarios eran, principalmente, inversionistas privados y colectivos, que a su vez, constituían un heterogéneo bloque social integrado por comunidades religiosas, instituciones caritativas y docentes, pequeña nobleza, clérigos, viudas de posición acomodada, ciudadanos, juristas, médicos, mercaderes y algunos artesanos.

Sin embargo, a comienzos del 1.600 el recurso de los censales o préstamos hipotecarios, como instrumento de crédito, se convirtió en una pesada carga y dejó de ser la panacea que resolvía la precaria solvencia de la Fàbrica vieja.

En efecto, la denominada “revolución de los precios” del siglo XVI, el dramático truncamiento de la coyuntura expansiva hacia 1.580-1.590, las nefastas consecuencias socio-económicas derivadas de la expulsión de los moriscos, el grave deterioro de la infraestructura urbana de Valencia a raíz de las inundaciones acaecidas durante el bienio 1.589-1.590 y la venida a menos del sistema impositivo de Murs i Valls ante las crecientes necesidades de la ciudad, condujeron a la institución municipal a una quiebra inevitable que en 1.637 cristalizó en la suspensión del pago de las pensiones  o intereses de los censales, que hasta entonces había respondido con cierta regularidad.

A mediados del siglo XVII, los censales ya solo constituían un macilento recuerdo de la época foral, pues ya ni siquiera, se pagaban “por no tener efectivos dicha Fàbrica, especialmente, desde que se extinguieron los impuestos sobre el trigo y las demás sisas de las que tenía parte dicha Fàbrica.

En definitiva, la institución bajomedieval de Murs i Valls jamás logró salir del atolladero, y la crisis o quiebra económica fue tan profunda, que en 1.675, Joseph Llop calificaba a la Fàbrica vieja de pobre y exhausta o, incluso de “molt gastada”.

 

Fuentes consultadas:

  • Archivo del Reino de Valencia

  • Archivo Histórico Municipal

  • Archivo Administrativo Municipal

  • Biblioteca valenciana

  • Biblioteca de Etnología

Bibliografía

  • La acequias de Francos, marjales y extremales de la ciudad de Valencia. Ferran Lluch Cebrià y Lluís Beltrán Llopis

  • El Tribunal de la Aguas de Valencia y su proceso (oralidad, concentración, rapidez, economía). Víctor Fairén-Guillén

  • Junta de Murs i Valls. Historia de las obras públicas en la Valencia del Antiguo Régimen, siglos XIV-XVIII. Vicente Melió Uribe (Tesis doctoral)

  • El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. Fernand Braudel. 1.949

  • Cruces terminales de la ciudad de Valencia. Salvador Carreres Zacarés

  • La peste negra. Ángel Blanco Rebollo

  • Década primera de la insigne y coronada Ciudad y Reino de Valencia. Gaspar Escolano. 1.611

  • La Ciutat de València. Sintesi d’Historia i de Geografía urbana. Manuel Sanchis Guarner

Imágenes

Fotografías

  • Archivo Histórico Municipal

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