Tercer proyecto Mercado Colón

Tercer proyecto Mercado Colón

Tercer proyecto para el Mercado de Colón de 1.914

El proyecto sufrió más cambios en su proceso de formación durante el año 1.914.

Mercados de Valencia

La fachada a la calle de Jorge Juan adoptó su forma definitiva sustituyendo la fachada del cuerpo del pabellón para tenencia de alcaldía precedente con una fábrica de ladrillo donde se recortaban la misma fenestración (acción de perforar ventanas en un edificio y colocar chasis y elementos fijos o móviles en ellas. Conjunto de ventanas en un edificio y su distribución en el edificio. Ornamento de madera, piedra u orfebre que imita ventanas o arcos arqueados) apretada con arcos escalonados, sustentada por dos pilastras de ladrillos que sustituyeron a los pilares de fundición de la primera propuesta y los pilares de piedra de la propuesta para el Mercado Central.

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Tercer proyecto Mercado Colón

Los cuerpos laterales experimentaron ligeras variaciones en la fenestración y en la sillería del zócalo.

La mayor novedad de este alzado radica en la eliminación del acristalamiento del arco por encima de la tenencia de alcaldía y la sustitución de las marquesinas horizontales de las naves laterales por una marquesina inclinada abierta al exterior, de pendiente simétrica a la nave lateral creando una sección en “Y”.

Ambas decisiones redundaban en una mayor ventilación del mercado ya de por sí concebido para la ventilación.

La eliminación del acristalamiento dejaba al descubierto las 3 cúpulas de nueva cubrición de la tenencia de alcaldía , concebida en la primera propuesta con forjados planos hasta la cumbrera (es el remate de un tejado que suele solapar a la última teja de la limatesa. Se emplea para unir dos líneas de elevada cota, es decir que se encuentre en la cumbre. Por ejemplo, en las casas con tejados cubiertos de tejas de dos aguas).

Las cúpulas aparecen en el dibujo salpicadas de decoración, previendo su posterior alicatado con cerámica multicolor.

La fachada de la calle Conde Salvatierra experimentó un cambio de mayor envergadura; el gran arco de la portada se transformó en un arco parabólico de similares dimensiones; los pilones a ambos lados del mismo aumentaron de tamaño para alojar sendas escaleras de caracol de acceso a cubierta y de altura para completar la composición de la fachada y, eventualmente, contrapesar los empujes (menores, pero presentes) del arco parabólico.

Simultáneamente. Mora eliminó las fachadas de ladrillo de las naves laterales que servían, precisamente, para contrapesar los empujes del arco original, ofreciendo mayor ventilación al interior del mercado; además, al pie de los dos nuevos pilones de la fachada, creó dos quioscos hexagonales de flores, con cubierta singular de conoides (un conoide es una superficie reglada curvada con un plano director y dos directrices, una rectilínea y otra curva) y lunetos proyectados sobre marquesinas de cristal abatidas en forma de pétalos.

Se mantuvo la idea del acristalamiento del arco y su gran marquesina de hierro y cristal.

En el acristalamiento se incorporó el reloj, inicialmente previsto para la fachada de la calle Jorge Juan, que dejó de tener sentido en esta tras la eliminación de su respectiva cristalera de fachada.

En resumen, esta nueva fachada opta por una decoración escueta y sobria en beneficio de la expresión de las formas arreboladas e impetuosas surgidas del efecto del arco parabólico en la fábrica de ladrillo.

La sección de planta de la nueva portada a la calle Conde Salvatierra, con la característica forma circular de los puestos de flores, inspiró, seguramente, una modificación en planta de los puestos de venta, donde Francisco Mora introdujo formas anilladas, curvas y bordes redondeados y liberó al eje central, antes interrumpido en su centro por una fuente.

Las dos portadas del mercado se convirtieron de esta manera en algo más que un plano de fachada.

En el caso de la calle Jorge Juan, por el espesor derivado de la tenencia de alcaldía y vivienda del conserje, ya existentes en el proyecto anterior.

En el caso de la calle Conde Salvatierra, de manera más atenuada, por los alabeados puestos de flores que engullían la base de los minaretes, si bien el arco parabólico respondía a un solo plano.

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Fuentes consultadas:

Bibliografía

  • Nomenclator de las puertas, calles y plazas de Valencia. Manuel Carboneres. 1.873

  • Mercados de Valencia. María Ángeles Arazo-Francesc Jarque

  • Mercado de Colón. Historia y rehabilitación. Ayuntamiento de Valencia

  • De lo proyectado a lo construido. El Mercado Central de Valencia. Francisco Hidalgo Delgado

  • Arquitectos y arquitecturas modernistas en la Ciudad de Valencia 1.900 – 1.915. Concepción de Soto Arándiga

  • Censo de mercados fijos en la Comunidad Valenciana.