Palacio del Conde de Parcent

Palacio del Conde de Parcent

Situación: Desaparecido

Estilo: Neoclásico

Dirección: Plaza Don Juan Villarrasa, 10

Construcción: Siglo XVII

Arquitecto:

Palacio del Conde de Parcent

De estilo neoclásico, estaba situado, con fachada principal a esta calle, en el lugar exacto donde ahora están los jardines llamados de Parcent.

Su derribo dio lugar a la actual plaza.

La primera vivienda de este linaje, había estado en la calle de la Hierba, pasando más tarde a propiedad de los señores de Montesinos Checa, como veremos cuando veamos el artículo de la Casa de los Montesinos Checa, en el centro histórico-religioso.

Esta segunda y definitiva casa, tenía grandes y elevados salones.

Palacio del Conde de Parcent

También buscaron establecerse en la ciudad de Valencia comprando una casa que con el tiempo irían ampliando y renovando.

En 1.635 Constantino Cernesio compró a Joana Verdugo, viuda de Don Francisco Juan de Torres, virrey de Mallorca, una casa sita en la parroquia de San Juan del Mercado, en la calle de don Juan de Vilarrasa, origen del palacio posterior.

A partir de esta fecha y durante los siguientes años fueron adquiriendo una serie de casas colindantes a la original con el fin de incorporarlas a su propiedad.

Éstas llegaron hasta el cementerio de la iglesia de San Juan, y muchas de ellas las derribaron para poder hacer obras de mejora en la casa principal.

También fueron comprando casas enfrente del palacio en la misma calle o en la esquina de la calle Carniceros, haciéndose cada vez con más propiedades en el entorno de la calle Juan de Vilarrassa y actual calle de Santa Teresa.

Una zona más ligada al Barrio del Mercado, al de Velluters y en definitiva a la vida económica y comercial de la ciudad, pero que con el tiempo también iría ennobleciendo las viviendas.

Pues, por ejemplo, enfrente de la de los Cernesio se instalaron mercaderes igualmente enriquecidos o personajes tan interesantes ligados al mundo de la cultura como el canónigo Antonio Pontons.

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A los pocos días después de la muerte de Constantino Cernesio, cuyo testamento se fecha el 26 de junio de 1.656, se hacía inventario de sus bienes y se mencionaba esa casa grande en la calle de don Juan.

La descripción nos da idea de una vivienda muy acomodada con grandes salones con balcones que daban a la calle, algunos descritos como lugares de recepción en los que había doseles de damasco con sillas bordadas con las armas familiares y toda una serie de cuadros decorando el interior.

Numerosas estancias, oratorio, comedor, aposentos y habitaciones, guardarropas, entresuelos donde despachaba los asuntos de carácter económico, estudios y dormitorios, subterráneos, caballerizas y el patio donde se guardaban los tres coches y la galera, formaban una casa que no debía ser muy diferente de los palacios nobiliarios que se concentraban en la zona de la calle Caballeros.

Ya en este primer inventario se aprecia el interés por el arte en forma de cuadros que poblaban todas las paredes de la casa, algunos descritos con cierto pormenor, otros simplemente mencionados.

Como era ya habitual para estas fechas, no solo había cuadros de temática religiosa, sino que eran muchos los retratos, algunos de la familia de Gaspar Tárrega, el del propio conde, de la condesa, de familiares como Cesar Cernesio (hermano de Constantino y Francisco) o del cardenal Odescalchi.

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También un conjunto de los reyes de la casa de Austria.

Estas galerías de retratos reales fueron relativamente frecuentes en la Valencia de esta época y los Cernesio poseían 24 retratos de estas características hasta los reyes Felipe III y Margarita de  Austria.

Junto a ellos sumaban en la habitación donde negociaba el conde, catorce retratos de personajes ilustres entre los que se encontraban reyes como Felipe II o el emperador Carlos V, otros hombres ligados a la monarquía y al poder como Don Juan de Austria o el Cardenal Alberto de Austria y figuras literarias como Lope de Vega.

En otras habitaciones había otras series como una de catorce cuadros de doncellas flamencas o 39 de sibilas y otras figuras.

Además de numerosas obras religiosas tenían también cuadros de países, paisajes abundantes ya en estas fechas, cuadros alegóricos, como cuatro cuadros del tiempo, los siete pecados capitales, de Ceres y Baco, otro de la historia de Ulises, o el de la historia de Hércules.

En aquel momento, los tapices que ya se encontraban en un cierto desuso estaban empaquetados en cajas en los sótanos del palacio.

Un atrio circunvalaba el patio central con numerosas cocheras, llegando a tener hasta 25 caballos.

En otro atrio contiguo, inicialmente jardín, estaba el picadero.

La magnitud del edificio permitía que en el interior el conde dispusiera de sastrería, farmacia, capilla y hasta de un teatro.

La puerta principal era de medio punto con las jambas almohadilladas al exterior.

Las ventanas y los balcones sencillos.

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Accediendo por la primera puerta recayente a la calle Juan de Villarrasa se podía ver una interesante escalera con azulejería en los escalones y barandilla en hierro de estilo rococó, con abundante filigrana.

En ella había un escudo con las armas de Castilla y León, los lises de Francia, y el blasón de los de la Cerda-Medinaceli.

Palacio del Conde de Parcent

En la época de Carlos III debió reformarse la primitiva fachada del palacio, transformándolo en un inmueble digno de albergar a príncipes.

Es un palacio digno de reyes, con grandes salas, sobrias de decorado, y techos elevadísimos y de magníficas proporciones.

Puertas de servicio espaciosas para carrozas y coches, cuadras, guadarnés.

Hermoso patio central, con atrio circundante y otro contiguo que fue en aquellos tiempos jardín y picadero.

Lo que da idea de la opulenta morada.

La importancia y grandiosidad del palacio era reflejo de la de su propietario, el Conde de Parcent, cuya fortuna fue tal que llegó a ser el primer contribuyente no solo en Valencia, sino en otras provincias donde tenía propiedades.

Y si grande fue la fortuna del conde, no lo era menos su generosidad.

Palacio del Conde de Parcent

La obra pía de la casa de Parcent, era bien conocida por todos.

De entre ella sobresalía la dotación económica a la parroquia de los Santos Juanes, para casar doncellas.

A este templo asistía a cumplir sus obligaciones religiosas, y le dispensaba cuantiosas donaciones y regalos.

Entre ellos cabría destacar un famoso frontal de plata, destruido en el incendio del año 1.936.

En reconocimiento a esa protección, la parroquia le destacó con la prerrogativa de que el cuarto sillón del antiguo coro estuviera reservado para el conde, y dos bancos con su nombre, en el presbiterio, eran ocupados únicamente por sus familiares más cercanos.

Al pie de la escalera del altar mayor de esta parroquia, en el centro mismo como lugar de honor y bajo la actual solería, está su sepultura.

En el mismo templo existe igualmente otra reservada a los criados mayores de la casa de Parcent.

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Mencionar como hechos relevantes que evidencian el relieve, no solo de este linaje, sino también la suntuosidad del palacio, el acontecido el 31 de agosto de 1.812 cuando, por espacio de 15 días, se alojó en esta casa José Bonaparte.

Para mejorar más si cabe la decoración, algo que puede parecer imposible atendiendo a los bienes del conde, fueron requisados muebles, incluso se aseguró el abastecimiento de vino francés, concretamente Bourdeos, por mediación de un comerciante de esta nacionalidad que vivía en la calle del Mar.

Con el paso de los años, al dejarlo los propietarios, sería alquilado para diversas actividades.

Por ejemplo, fue sede de la Sociedad Coral El Micalet, Organización de Ciegos, etc.

En este mismo palacio tuvo lugar la magna recepción en su honor que dio la Maestranza con ocasión de la llegada de SS. MM. los Reyes de las Dos Sicilias y de su hija doña María Cristina prometida de Fernando VII, el 30 de noviembre de 1.829.

La cena daba comienzo a las 10 de la noche y la fiesta se prolongó hasta las 6 de la madrugada.

Cuarenta y siete arañas de cristal ardieron toda la velada, lo que da una idea del boato que envolvió el ambiente.

Palacio del Conde de Parcent

Primeros despuntes de este linaje

En los albores del siglo XVII, dos aristócratas industriales de orgen italiano, nobles caballeros del estado de Como, de Milán, se establecen en Valencia, montando unas fábricas de seda, pero también a todo tipo de importaciones como trigo, y otros productos alimenticios, fue una de las principales compañías comerciales de la ciudad, lo que hizo de esta familia una de las más ricas y poderosas, estos implantaron en nuestra ciudad de entonces los últimos adelantos en la fabricación de seda.

Se llaman Constantin y Francisco Cernecio Odescalchi, hijos de Jerónimo Cernecio Papis y Claudia Odiscalchi y Roscona, tía carnal del Papa Inocencio XI.

En 1.636 adquirieron por compra al monasterio cartujano oscense de Nuestra Señora de las Fuentes, la Baronía de Parcent, consiguiendo que la Baronía pasara a ser condado el 10 de julio de 1.649 por concesión de Felipe IV que eleva el título de Barón a Conde del lugar de Parcent a Francisco, por fallecimiento de su hermano mayor Constantin, que murió sin sucesión.

Casó Francisco con doña Catalina Tárrega.

De este matrimonio nació Manuel Cernecio Tárrega, caballero de Montesa, que heredó el condado de Parcent, casando con doña Inés Rabasa de Perellés y Pardo de la Casta, hija de los primeros Marqueses de Dos Aguas.

Por sucesivos matrimonios emparentaron con los Medinaceli.

Esta preclara estirpe valenciana – castellana desciende por un Infante de la Cerda del Rey Alfonso X el Sabio con el feliz consorcio de Tárregas-Cernecio-Medinaceli.

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La casa Parcent entonces es la primera casa del reino de Valencia, entroncando con los principales linajes de la Monarquía: los Montijo, los Oñates, los Veragua, los Malpica, los San Carlos, al tiempo que iban sumando títulos.

El refinamiento que imperaba en esta familia fue tal que a ellos se debe la introducción en Valencia del ceremonial palatino, caracterizado por una rigidez protocolaria en las formas y en el vestuario, totalmente inusuales en los ambientes de la nobleza de entonces.

El primitivo título de conde data de 1.649, Grande de España desde 1.709 y Duque desde 1.914.

En la actualidad lo ostenta don Fernando Granzow de la Cerda y Chaguaceda.

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía

Fotografía

  • Palacios y Casas Nobles de la ciudad de Valencia. Francisco Pérez de los Cobos Gironés.

  • Jdiezarnal

  • Archivo Histórico Municipal

  • Laurent. Colección Díaz Prosper

  • Marcos Buigues Metola

  • Arquitectos italianos en España

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