Palacete de los Mustieles

Palacete de los Mustieles

Situación: Desaparecido

Estilo:

Dirección: Plaza de Tetuán, 15

Construcción: Finales siglo XIX

Arquitecto:

Palacete de los Mustieles

Estaba situado en el chaflán que se forma ante el puente del Real y el comienzo de la plaza de Tetuán y fue derribado al quedar fuera de línea, cuando se ensanchó este puente para dar cabida al denso tráfico provocado por el crecimiento de Valencia al otro lado del rio.

La construcción del palacete la encargó don Juan García Mustieles y su esposa doña Emilia Calvet Bas a finales del siglo XIX.

Por herencia llegaría a la familia Núñez de Haro, siendo los últimos propietarios doña Carmen y don Alfonso Núñez de Haro y Senís.

Ilustres antepasados de estos fueron don Alfonso Núñez de Haro y Peralta, virrey y arzobispo de México, en cuya catedral está enterrado, y don Ramón Núñez de Haro y Peynado, caballero de la Orden de Carlos III.

Centrando la atención en el palacete, se componía de tres plantas y semisótano.

Tras la puerta de acceso se encontraba un espacioso patio descubierto que permitía cómodamente la evolución de las carrozas y sus tiros.

Desde él se accedía a otro cubierto, y separado del primero por una gran cancela acristalada que daba paso a la escalera principal, toda ella de mármol y con pasamanos de madera.

En el arranque había una figura en hierro negro, como sujeción de una magnífica farola con tres lámparas y llama central.

La caja de la escalera se cerraba con una pintura al fresco anónima.

Palacete de los Mustieles

En la planta baja, destinada a zona de estar, destacaba un gran salón con un lienzo representando motivos valencianos, obra de Isidro Garnelo, artífice de la misma manera del realizado en 1.886 en el “salón de fumar”.

En él aparecían imágenes representando el tabaco y el café.

El pavimento de la estancia era de mármol blanco y rosa.

Existía en la misma planta un “salón de baile” de forma circular, con pavimento, igualmente de mármol, en esta caso gris y negro, con un gran rosetón en el centro, en blanco, gris y negro.

El mobiliario, especialmente realizado para este salón, se adaptaba a la forma circular de la planta.

El comedor presentaba un artesonado de madera, siendo del mismo material el zócalo y la chimenea.

Todo el mobiliario hacía juego con la decoración de techos y paredes.

Y junto a él había, como en otras casas similares, una “erre” (especie de invernadero), esta de 160 metros cuadrados, y en cuyo centro se dejaba oír el murmullo de una artística fuente.

Toda la estancia aparecía decorada con profusión de plantas, haciendo de este lugar el más luminoso y acogedor del palacete.

No podía faltar la zona dedicada al esparcimiento, constituida en este caso por la sala de billar, en el entresuelo, con luces a la plaza de Tetuán.

La imagen del palacete resulta muy familiar a los valencianos porque aparece en las fotos más significativas tomadas con motivo de la solemne Coronación de la imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, acto presidido por los reyes don Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia.

El año 1.998, al cumplirse los 75 años de aquel entrañable acto, la Patrona volvió de nuevo al lugar.

Desde él miró de nuevo a sus fieles que la quisieron acompañar otra vez, pero muchas cosas ya no eran lo mismo.

La imagen era otra, el entorno había cambiado sensiblemente, el palacete tampoco estaba.

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía

Fotografía

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