Palacio Real de Justicia

Palacio Real de Justicia

De la antigua Casa de Aduana al Palacio Real de Justicia de Valencia

Año Construcción: 1.756

Situación: c/ Palacio de Justicia 1

Autor: Felipe Rubio y Mulet

Intervenciones: Vicente Rodríguez Martín, Camilo Grau García, Camilo Grau Soler, Mario Aristoy, José Ignacio Casar Pinazo, Higinio Picón Crespo.

Destino: Privado

Titularidad: Ayuntamiento de Valencia

Calificación: Bien de Interés Cultural (Real Decreto 555/1982, de 15 de Enero. Publicación BOE del 18 de marzo de 1.982)

Categoría: Monumento

Área arqueológica: lncluido en el Área de vigilancia arqueológica de Ciutat Vella.

Elementos de interés: Composición de fachada, Remate de la portada principal, Escalera.

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Palacio Real de Justicia

De la antigua Casa de Aduana al Palacio Real de Justicia de Valencia

Este grandioso edificio se comenzó a construir el día 17 de abril de 1.758 por orden del intendente José Avilés, en el último año del reinado de Carlos III.

Diversos fueron los factores que debieron influir en la propuesta del lntendente: necesidad de apoyo militar y voluntad de crear un nuevo centro para la ciudad y un nuevo espacio de poder simbolizado por la nueva arquitectura de la aduana-palacio.

En 1.758 se inician los trabajos con la compra de diversas casas particulares que era necesario demoler para comenzar la construcción del nuevo edificio.

La fecha de conclusión se sitúa en 1.764, año además en que se abre la desaparecida Puerta del Mar restaurada.

A principios del siglo XIX se producen una serie de transformaciones urbanísticas que, iniciadas en los años de la ocupación de la ciudad por las tropas francesas al mando del mariscal Luis Gabriel Suchet, dieron como resultado dos emblemáticos espacios ajardinados, como el Parterre y los Jardines de la Glorieta, generando de esta manera una nueva imagen de este sector de la ciudad.

En 1.812 se demolieron cinco manzanas de casas recayentes al que había sido edificio de las atarazanas (entrada de la actual calle del Poeta Quintana), al Colegio de la Ciudad o de la Purificación y a la Casa Aduana y se trazó una nueva alineación desde la antigua plaza de las Barcas, antiguamente llamada del Vall Cobert, a la calle del Mar.

Así se acortó la longitud de las calles Barcelona, Nave, Verger y Paraíso, esta última desaparecida al abrirse la calle de la Paz.

De esta forma se remodelaba un barrio caracterizado por su insalubridad y profusión de callejones.

El espacio ocupado por las manzanas derribadas dio paso a la plaza de la Aduana, llamada después del príncipe Alfonso, por Alfonso XII y hoy conocido popularmente como el Parterre, aunque su nombre oficial sea Alfonso el Magnánimo.

Se inscribe en la reforma urbana llevada a cabo por los franceses y fue proyectada como zona ajardinada.

Sin embargo sería el trazado de la Glorieta y la apertura de la calle de la Paz las realizaciones que imprimirían mayor relevancia a este enclave.

En 1.817 en el espacio rectangular entre la Ciudadela y la Aduana se abrió el paseo y jardín de la Glorieta, cuando era Capitán General de Valencia Francisco Javier de Elio y Olóndriz, quién completó las obras en 1.826 e hizo de este lugar un parque público.

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De la antigua Casa de Aduana al Palacio Real de Justicia de Valencia

Contaba con una calzada central, luego suprimida, cerrándose el jardín con una verja en 1.860.

Las obras fueron iniciadas por el académico valenciano Felipe Rubio Mulet, continuando las obras, tras el fallecimiento de este, por su cuñado Antonio Gilabert y por Tomás Miner y se desarrollaron hasta el 1.802.

Dicen antiguas crónicas, que la primera Aduana data de 1.626 y estaba situada en el mismo lugar, junto a la antigua puerta de la ciudad llamada puerta del Mar (construida cerca del viejo cauce del Turia, actualmente desaparecida) y las murallas de la ciudad.

El edificio ocupa una gran manzana rectangular y sus fachadas están compuestas por muros de ladrillo visto entre pilastras de piedra con zócalo almohadillado, y balcones con frontones rectos y curvos que se abren en el piso principal.

La cornisa con balaustres, gallones, adornos de antorchas y hornacinas vacías muestra aún un gusto barroco.

Traspasada la portada entramos en un patio porticado descubierto, de planta rectangular, presidida por una escalera monumental de las conocidas como de tipo imperial, de puro academicismo neoclásico y que recuerda a las de los palacios nobles del siglo XVIII.

La escalera se cubre con una crujía y separa en dos mitades el patio.

Las bóvedas apoyan en arcos rebajados con columnas y pilares toscanos, inspirados en los órdenes arquitectónicos de Sebastiano Serlio (Bolonia, Italia el 6 de septiembre de 1.475 – Fontainebleau, Paris, Francia c. 1.554).

En el descanso de la escalera, en su tiro principal, una ventana cerrada por una cristalera presidida por una imagen de la Justicia, alusiva claro está a la función del edificio.

En otra de las ventanas esta vez del piso principal, cuatro escudos alegóricos de distintos estamentos: el Real (el collar con el Toisón de Oro), el municipal (el escudo de la ciudad), el foral (escudo de la Generalitat) y el judicial (escudo con la Justicia).

Para ornamentación de la fachada principal, fue solicitada la colaboración del famoso escultor Ignacio Vergara, quien realizó el monumental escudo con las armas reales de Carlos III, la esbelta figura del propio rey, y las dos bellas figuras que a los pies del monarca se asientan representando a dos virtudes, la Prudencia y la Justicia.

Señalan las crónicas de la época, que la piedra que utilizó el ilustre artista para realizar tan magnificas obras, procedía de la cantera de Barchete, cerca de Xàtiva.

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De la antigua Casa de Aduana al Palacio Real de Justicia de Valencia

Aunque el cambio de función del lugar ya se tenía claro después del incendio, no fue hasta el 12 de octubre de 1.914 cuando las obras de reforma comenzaron, encargándoselas a Vicente Rodríguez, acabándolo el 10 de Julio de 1.922.

Empezaría sustituyendo las rejas de las ventanas de las fachadas por balcones de piedra y ya en el interior recompuso el vestíbulo con una escalera metálica aprovechando la antigua escalera imperial.

Las reformas realizadas por dicho arquitecto muestran claramente un estilo neoclásico ya alejado de la composición Barroca que Felipe Rubio concibió para la Aduana.

Este cambio se puede apreciar en las columnas dobles de orden jónico y el uso de bóvedas vaídas rectangulares y cuadradas.

En 1.953, se realizan nuevas reformas encargas al arquitecto Camilo Grau con la intención de instalar en el Palacio de Justicia los servicios de la Audiencia Territorial.

El vestíbulo se redecoró y restauró siguiendo con el neoclasicismo que comenzó Vicente Rodríguez.

En 1.952 reorganizó la sala de Pasos Perdidos por los que se accedían a los despachos presidenciales.

En 1.964 transformó la planta de cubiertas en oficinas y en 1.982 fue declarado el edificio, Monumento Histórico Artístico Nacional.

Ya en 1.996 se comenzaron los trabajos de restauración que trataban de eliminar la suciedad de la las fachadas del palacio, acabar con la contaminación que se acumulaban en las fábricas, intentar paliar los daños del tiempo, restaurar las esculturas y los ornamentos y por último dejar bien consolidada la balaustrada.

Este gran edificio aparte de ser una joya arquitectónica de nuestra ciudad influyó en la distribución urbana de los alrededores, ya que entre 1.812 y 1.814 el General Francés Suchet mandó derribar numerosas casas creando una gran plaza frente a la entrada.

El capitán Elio en 1.817 adornó el paseo de la Glorieta con hileras de árboles que semejaban a calles; también se incluyeron distintas estatuas que provenían del huerto de Pontons.

Y por último se amplió la plaza haciéndola más regular con la anexión del huerto del convento de Santo Domingo y en torno al Palacio y al Paseo de la Glorieta se empezó a construir una gran cantidad de palacetes y casas con trazos regulares para así conseguir crear un urbanismo uniforme y en ese momento muy moderno.

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De la antigua Casa de Aduana al Palacio Real de Justicia de Valencia

El Palacio Real de Justicia de Valencia es uno de los edificios que más destaca por su robusta grandiosidad, sus líneas correctas y su magnífico remate estatuario, construido en un principio para Aduana de Valencia.

Aunque al edificio se le sigue conociendo como Palacio de Justicia, su actual denominación es el de Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

Un serio análisis morfo tipológico debe encuadrar el edificio en una concepción arquitectónica novedosa, racional e ilustrada.

En 1.827 se destinó a Fábrica de Tabacos.

En 1.887 se construye en situación opuesta a la escalera principal, una nueva escalera metálica con montacargas que hoy sigue asumiendo un papel protagonista en las comunicaciones verticales.

En 1.895 el edificio sufrió un devastador incendio que dio pié al cuestionamiento del uso fabril.

En 1.914 se iniciaron las obras de reforma para la instalación del Palacio de Justicia, dirigidas por el arquitecto provincial, Vicente Rodríguez Martín.

Supusieron la alteración del esquema tipológico inicial al trasformar totalmente la crujía que atravesaba el patio y convertirla en el emplazamiento idóneo para una ampulosa escalera imperial que centralizó la planta y que, en su conexión con las crujías delanteras, acabó implicando la demolición de la doble escalera de Rubio, excepto en su función de acceso a las entreplantas que se destinan a usos administrativos.

Esta determinación supuso la conversión de los huecos de entreplanta en balcones.

A instancias del Ayuntamiento de Valencia, Camilo Grau Soler inició en 1.951 una serie de actuaciones de reforma.

La más significativa, de 1.952, reorganizó la Sala de Pasos Perdidos que daba acceso a los despachos presidenciales.

Un último proyecto de 1.964, del que el arquitecto se desentenderá, trasformó parcialmente la planta de cubiertas para oficinas.

En 1.996 se acometió un proyecto de restauración de las fachadas que reintegró el fingido superpuesto a la fábrica de ladrillo y restauró las esculturas de Carlos III, la Justicia y la Prudencia, obras de Ignacio Vergara, que Felipe Rubio había incorporado al remate superior de la portada.

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Más sobre la arquitectura del Palacio Real de Justicia de Valencia

Para Joaquín Bérchez, el palacio de la Aduana, por sus características compositivas, sigue pautas marcadas por el conjunto de palacios borbónicos construidos durante la primera mitad del siglo XVIII, recogiendo soluciones del clasicismo italiano y francés y mezclándolas con fórmulas constructivas y compositivas locales.

El resultado de esa combinación es un edificio que si por su volumetría nos remite a Ia peculiar arquitectura palaciega del clasicismo cosmopolita, por sus detalles evidentes, el sello del barroco clasicista vigente en esos momentos en Valencia.

Se construye en una manzana completa de compacta traza de 64 por 48 metros.

Destaca en su interior un patio, hoy dividido en dos por una crujía central que aloja una escalera imperial y su desembarco, que entonces, sólo debió estar dividido a nivel de planta baja por un paso cubierto.

Fueron muy admiradas las escaleras originales, voladas, gran alarde constructivo, en un ámbito común, lamentablemente reducidas hoy a meros accesos al entresuelo.

Su alzado exterior se estructura en cuerpo basamental con planta baja y entreplanta, planta principal, primera y coronación, divididos verticalmente por apilastrados dóricos sobre altos pedestales, agrupándose en cada apilastrado cuatro huecos de los que sobresale por su embocadura el del piso principal con el característico ritmo alternante de frontones rectos y curvos sobre molduras lisas.

Las superficies de las esquinas del edificio están construidas enteramente en piedra, ofreciendo un contraste tectónico con la restante superficie de fábrica de ladrillo.

El conjunto está rematado con un potente entablamento de friso liso con resaltes a la altura de las pilastras y cornisa moldurada con alero de teja; sobre esta balaustrada con flámulas interrumpida por buhardillas.

La portada principal, flanqueada por pares de pilastras, introduce la forma convexa en su superficie con intencionalidad barroca, al igual que las jambas biseladas y el dintel arqueado con leve abocinamiento de su primer cuerpo.

Merece mención especial el remate de la portada que sobresale del resto de la fachada, formado por un frontón curvo ligeramente convexo en su centro.

Remata el frontón la estatua del rey Carlos III flanqueado por dos virtudes, la Templanza y la Prudencia.

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De la antigua Casa de Aduana al Palacio Real de Justicia de Valencia

Este conjunto escultórico y el gran escudo borbónico que preside el acceso fueron realizados por Ignacio Vergara.

El interior, muy alterado por reformas posteriores, se organizó por dobles crujías que conforman en el centro un patio rectangular, de cinco ejes en los frentes y tres en los laterales, constituido cada eje por apilastrados similares a los de las fachadas, siguiendo su ordenamiento dórico denticular.

En 1.828, las dependencias de la Aduana fueron trasladadas, instalándose en el edificio la Fábrica de Tabacos.

Tras el incendio de 1.896, y la ubicación de la fábrica de tabacos en el nuevo palacio de la calle Amadeo de Saboya, se destina el edificio a Palacio de Justicia, comenzando las obras de acondicionamiento en la segunda década del siguiente siglo.

La dirección de las obras corrió a cargo del arquitecto Vicente Rodríguez, comenzaron el 12 de octubre de 1.914 y concluyeron el 10 de julio de 1.922.

Vicente Rodríguez sustituyó las rejas de las ventanas de las fachadas por los balcones de piedra, dispuso una escalera metálica de cuatro tiros en la crujía trasera del edificio y construyó una escalera principal que partiendo de un tiro inicial se bifurca en otros dos situados a derecha e izquierda.

Probablemente esta actuación supuso la pérdida de la muy alabada escalera original del edificio.

En 1.953, bajo la dirección del arquitecto Camilo Grau, se emprendieron nuevas reformas para instalar en el Palacio de Justicia los servicios de la Audiencia Territorial.

Se restauró y decoró el vestíbulo o sala de Pasos Perdidos.

Afectando principalmente al frente de ingreso principal; se modificaron las fachadas del patio dando cabida a nuevas entreplantas parciales de la planta principal, también se ve obligado a sobre elevar los cuerpos laterales y el trasero para residencia de conserjes.

El edificio de la Aduana de Valencia ejerció una influencia no sólo en el terreno estrictamente arquitectónico, sino también en la articulación urbana de sus alrededores; así, a mediados del siglo XIX, tanto Madoz como otros autores coincidieron en señalar el conjunto formado por el palacio de la Aduana, Glorieta y edificaciones adyacentes como el lugar de mejor aspecto de la ciudad, opinión que perduró con las sucesivas mejoras, efectuadas a lo largo del siglo.

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De la antigua Casa de Aduana al Palacio Real de Justicia de Valencia

En 1.997 se comenzaron los trabajos de restauración de las fachadas del Palacio, consistentes en la eliminación de la suciedad y de la contaminación acumulada en las fábricas, en la interrupción de los procesos degenerativos, reparación de las carpinterías, consolidación de la balaustrada y de las flámulas, restauración de los elementos escultóricos y ornamentales y repristinación (Restaurar o reconstruir algo devolviéndolo a su estado original) de las fábricas tanto de ladrillo como de cantería.

La intervención realizada es de claro componente «conservativa» y destinada a devolver a las fachadas y coronación del monumento un aspecto lo más semejante posible al que tuvieron cuando se inauguró el edificio en las últimas décadas del siglo XVIII.

En lo referente a los aspectos exteriores, la actuación asume la transformación que se realizó entre 1.814 y 1.922 y que supuso la habilitación de la planta alta del cuerpo basamental para el uso de oficinas.

Se ha ratificado la intervención de Tomás Miner en la cantería, aunque no exclusivamente ya que hay un R. Soler, un Jaime Ramírez y otros no descifrados, por las inscripciones dejadas, que confirma la hipótesis que la piedra fue originalmente revestida tapando las inscripciones.

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía

  • Guía urbana de Valencia antigua y moderna. Marqués de Cruïlles.

  • Apuntes históricos sobre los Fueros del antiguo Reino de Valencia. Vicente Boix. 1.854

  • Décadas de la Historia de la insigne y coronada Ciudad y Reyno de Valencia. Gaspar Escolano

  • El Palacio de Justicia de Valencia. De Casa Aduana Real a sede del Tribunal Superior de Justicia. 1.999. José Ignacio Casar Pinazo y Mario Aristoy Albert

  • Palau de l’Audiència o L’Antiga Duana. María Jesús Teixidor d’Otto. 2.001

  • La vieja fábrica de tabacos de València. María Jesús Teixidor d’Otto y Teresa Hernández Soriano. 1.997

  • Palacio de Justicia de Valencia. Carlos Bondía López

  • Palacio de Justicia. Joaquín Bérchez Gómez

  • Catálogo de Diseños de Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Coautor Vicente Corell.

  • España en la historia del tabaco. José Pérez Vidal. 1.959

Fotografías

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