Farmacia Doctor Cañizares
Farmacia Doctor Cañizares
Situación: En uso. Actualmente Café Sant Jaume
Estilo: ¿?
Dirección: calle Caballeros, 51
Construcción: Segunda mitad del siglo XIX.
Arquitecto: ¿?
Farmacia Doctor Cañizares
Don R. Cañizares Domingo fue el primer farmacéutico de la familia, nació en Valencia en 1.868, hijo de don Asensio Cañizares, se licenció en farmacia en el año 1.890 y abrió la primera oficina de farmacia en la calle Caballeros Nº47 en el año 1.899.
En aquella época la formulación magistral ocupaba la mayor parte del tiempo de los farmacéuticos y auxiliares, así pues los medicamentos tal y como los conocemos en la actualidad tenían muy poca presencia.
Debido a esto las farmacias se convirtieron en los gérmenes de los primeros laboratorios farmacéuticos como por ejemplo la Farmacia Sabater, la Farmacia Dr. Trigo, la Farmacia Dr. Torrens, etc.
Farmacia Doctor Cañizares Valencia
Uno de los importantes logros de don R. Cañizares fue la invención del famoso “Ungüento Cañizares” que en principio se le llamó “Ungüento Universal” ya que era muy eficaz para muchas patologías dérmicas.
El hijo de don R Cañizares Domingo, don R Cañizares Martín nacido en el año 1.902, se licenció en la Universidad de Granada en el año 1.924 y continuó la labor de su padre en la misma farmacia de la calle Caballeros.
Posteriormente, en el año 1.942, adquirió la famosa y más conocida farmacia de la familia, ubicada delante del Mercado Central donde desarrolló su profesión de forma ejemplar siendo además presidente del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia entre los años 1.941 – 1.950.
En esta farmacia-laboratorio se desarrollaron diferentes especialidades farmacéuticas, entre ellas la más importante el famoso “Ungüento Cañizares” que fue mejorada su formulación y dada a conocer en toda España.
Además del “Ungüento Cañizares” cabe destacar el antihemorroidal Cañizares, dentina Cañizares, pastillas Cañizares, callicida, etc., todos ellos productos de calidad muy valorados por los usuarios y que muchos actualmente aún recuerdan.
La farmacia cobró fama porque elaboró un ungüento capaz de facilitar la evacuación de todos los forúnculos, largo trabajo en aquel tiempo donde los farmacéuticos también conseguían elixires para la curación de la tisis pulmonar y tónicos capilares en los laboratorios de la trastienda, donde no faltaban los matraces, morteros y alambiques.
En Valencia siempre tuvieron gran predicamento los Boticarios, cuyo Colegio se fundó en 1.441.
Y los aspirantes a “specieros”, “aromataris” y “apothecaris” eran examinados por médicos y por los “mayorales del Colegio”.
Cuando instalaban la botica, el Colegio les expedía la “Lletra Testimonial” (acta del examen) y el Justicia, la licencia necesaria para trabajar.
No obstante, los “apothecaris”’ iban ascendiendo por su profesionalidad, que era ratificada por los colegiados.
Los aspirantes tenían que haber estado trabajando seis años con un boticario para poder obtener el certificado de ser un “jome de seny e no viciós”.
Paradójicamente, como toda corporación gremial, desearon tener un patrón o una patrona, y eligieron a Santa Magdalena, por aquel tarro de esencias que derramó en los pies de Cristo, olvidando su anterior existencia dada al vicio.
Páginas de un pasado remoto, como aquellas composiciones que se efectuaban después de consultar las obras de Teofrasto, Plinio, Dioscórides y, sobre todo, el Macer, donde se describen todas las propiedades de las plantas más en uso en el Medievo.
También se empleaban elementos ajenos, como el agua de lluvia, la cera virgen, la clara de huevo y la leche de cabra.
No habían llegado, como hoy, a la baba de caracol y el veneno de víbora.
Fuentes consultadas:
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Archivos autores
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Archivo del Reino de Valencia
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Archivo Histórico Municipal
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Biblioteca valenciana
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Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia
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Archivo de la Diputación provincial de Valencia
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Hemeroteca valenciana
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Wikipedia