Mascletà

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De los múltiples actos festeros de los que disfrutamos por nuestras tierras valencianas, hay uno muy singular, que no se encuentra en otros lugares y que no deja indiferente a quien lo presencia, los valencianos porque lo disfrutamos, lo sentimos y nos emociona, los de fuera porque se sorprenden o les asusta.

¡¡Es la mascletà!!

Un espectáculo pirotécnico basado en el ruido (mucho, cuanto más mejor) y el ritmo.

Una mascletà es un disparo pirotécnico que conforma una composición muy ruidosa (no destellos, ni centelleo de luces y colores) y rítmica que se dispara con motivos festivos en plazas y calles, normalmente durante el día; es típica de la Comunidad Valenciana. Recibe su denominación de los “masclets” (petardos de una gran potencia sonora) ligados mediante una mecha conformando una línea o traca. Estas suelen sujetarse a mediana altura colgadas con cuerdas o, alzados mediante cañones.

Mascletà

Al contrario que los fuegos artificiales que buscan la estimulación visual, las mascletades (pronunciado en valenciano /maskle’taes/ y, por ello, escrito de manera popular mascletaes), aunque parece ser que solo es válido la denominación singular “mascletà” (término que usaremos de aquí en adelante) y, por tanto, no son válidas las entradas en plural (“mascletàs” “mascletada/as” “mascletaes”); estas tienen como objetivo estimular el cuerpo a través de los fuertes ruidos rítmicos de los masclets; algunos consideramos estos ruidos «musicales», si bien no olvidamos la parte visual. Lo que distingue una mascletà de una sucesión de explosiones, es el ritmo que deben crear los masclets al explosionar, es fundamental que la fuerza de las explosiones vaya de menos a más, con final apoteósico (“terratrèmol”), sin este una mascletà no puede considerarse como tal, donde detonan a la vez gran cantidad de masclets provocando un ruido ensordecedor.

La mascletà tiene su origen tras la nefasta batalla de Almansa momento en el cual se desmanteló el parque de la ciudadela de Valencia donde se fabricaban armas y cañones, que se destruyeron o vendieron, entre ellas las culebrinas valencianas, llamadas trancas, cuyos cañones adquirieron los herreros para hacer herraduras, pero los de Burjassot, Godella, Moncada y Bétera los conservaron y a partir de 1707 para celebrar las fiestas los clavaban en el suelo, cargaban con pólvora y disparaban tracas. También compraron bombardas o canterellas.

Al disparo de tracas y al final una salva de canterellas se le llamó mascletà.

Mascletà

Ya bien entrado el siglo pasado, la mascletà se disparaba en la plaza del Ayuntamiento de Valencia el día de San José (19 de marzo) y como culminación de las fiestas falleras. Posteriormente se fue ampliando en número hasta llegar a las 19 actuales (entre 1 y 19 de marzo). La mascletà ha experimentado una continua evolución, especialmente en la técnica y en la cantidad de pólvora.

Actualmente el límite de pólvora, por motivos de seguridad, está establecido en 120 kilos por mascletà.

En cuanto a la técnica utilizada se ha evolucionado de una ejecución tradicional (sólo se utilizaba mecha y la actuación de los pirotécnicos) a una electrónica (la ignición la provoca un sistema electrónico, permitiendo una mayor exactitud y seguridad), esta última viene siendo la más utilizada en los últimos años.

Una mascletà suele contar con al menos estas partes:

  • Aviso: Habitualmente antes de comenzar la mascletà se dan 3 “avis” (avisos), de modo, que al sonar el tercero da comienzo esta y al finalizar se concluye con otros 3 disparos finales.

  • Inicio: Conjunto de efectos tanto sonoros como visuales con que empieza el espectáculo

  • Cuerpo: Es la parte central de la mascletà, debe ir creciendo en intensidad y volumen de sonido.

  • Terratrèmol (terremoto): Parte en la que los masclets de mayor potencia estallan en tierra a gran velocidad.

  • Parte Aérea: Descarga de truenos aéreos de intensidad mayor. Normalmente van acompañados de colores

Este es el orden habitual de una mascletà, pero también pueden incorporar volcanes, silbatos, colores, efectos luminosos, etc. Lo fundamental es que sean de mucha intensidad, ruido y cadencia, no son admisibles largos silencios ni interrupciones

Hoy en día la permiso para comenzar a disparar la mascletà lo anuncian las Falleras Mayores de Valencia con el habitual…

“Senyor pirotècnic, pot començar la Mascletà”, pero no siempre ha sido así, antiguamente era el señor pirotécnico era quien solicitaba autorización  con un… “¿Puc?” y como respuesta obtenía un “¡¡Pots!!” de un “vell” persona de más edad y experiencia.

El coste de una mascletà en Valencia va en función del día de la “disparà” y por supuesto del profesional encargado de la misma, estableciéndose un coste aproximado entre los 6.000 y 9.000 euros.

 

Fuentes consultadas:

Fotografía

  • Archivo Histórico Municipal

  • Laurent. Colección Díaz Prosper

  • Ricardo Moreno

  • @valenciaactua