Las Fallas: Historia y elementos falleros

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Las Fallas (Falles en valenciano) son unas fiestas que van del 15 al 19 de marzo con una tradición arraigada en la ciudad de Valencia y diferentes poblaciones de la Comunidad Valenciana. Oficialmente empiezan el último domingo de febrero con el acto de la Crida (en valenciano), pregón (en castellano).

Actualmente, esta festividad se ha convertido en un atractivo turístico muy importante, ya que además de estar catalogadas como fiesta de Interés Turístico Internacional, en noviembre de 2016 la Unesco las inscribió en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Estas fiestas también son llamadas fiestas josefinas o festes de Sant Josep (en valenciano), ya que se celebran en honor de San José, patrón de los carpinteros.

En valenciano medieval, la palabra falla servía para nombrar las antorchas que se colocaban en lo alto de las torres de vigilancia.

En el Llibre dels Fets, se cita que las tropas del rey Jaime llevaban fallas (antorchas) para iluminarse, tanto para el camino como a la entrada de las tiendas de campaña. También se utilizaban las antorchas para alumbrar una fiesta. Más adelante se hace referencia a este término para referirse a las hogueras y luminarias que se encendían en vísperas de fiestas extraordinarias y patronales.

Las Fallas: Historia y elementos falleros

Historia

Origen

En la víspera del día de San José, se encendían hogueras para anunciar su festividad, recibiendo esa práctica ritual el nombre de «cremà».

La versión popular del origen de las fallas, según el Marqués de Cruïlles, fueron iniciadas por el gremio de carpinteros que quemaban en la víspera del día de su patrón San José, en una hoguera purificadora, las virutas y trastos viejos sobrantes, haciendo limpieza de los talleres antes de entrar la primavera. Además, quemaban sus «parots» (estructuras de las que colgaban los candiles que les daban luz) puesto que con el fin del invierno y la llegada de la primavera, y al hacerse los días más largos, ya no eran necesarios. Según esta teoría, la inventiva popular le dio forma humana a estos parots. Esta leyenda romántica del origen de la fiesta contrasta con la documentación conservada en el Gremio de Carpinteros, que no cita la construcción de fallas en su víspera, sino la festividad religiosa del propio día 19 de marzo.

Existen otros autores que intentan encontrar un origen más antiguo a la fiesta, defendiendo que el culto al fuego es un ritual de tradición pagana, como ocurre con otras festividades como San Antón, las hogueras de San Juan, San Miguel o la Navidad en diversos puntos de la geografía española, en donde también se queman hogueras en su víspera. Según esta teoría, las Fallas son una evolución de este arcaico ritual que anuncia la entrada de la primavera.

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Fallas fuera de Valencia

Las Fallas son unas fiestas oriundas de la ciudad de Valencia, aunque con el paso de los años han comenzado a celebrarse a una gran cantidad de municipios de la Comunidad Valenciana, e incluso de fuera de ella.

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Elementos de la fiesta

La Junta Central Fallera

La Junta Central Fallera es el organismo que regula y coordina la fiesta de las fallas tanto en la ciudad de Valencia con las comisiones de cada falla, así como con las Juntas de Distrito. También coordina las diferentes Juntas Locales Falleras en las diversas poblaciones donde se celebra esta fiesta, como Alacuás, Alfafar, Aldaya, Algemesí, Alcira, Benidorm, Benetúser, Burriana, Catarroja, Cullera, Gandía, Sedaví, Massanassa, Paterna, Mislata, Tabernes Blanques, etc.

Tiene la sede en el edificio adjunto al Museo Fallero, en frente de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, junto a la iglesia de Monteolivete. La Junta Central Fallera se encarga, por ejemplo, de hacer la elección de la Fallera Mayor de Valencia, de elegir las mejores fallas de todas las categorías, así como de organizar los actos centrales de la fiesta, como la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados, y otros muchos. Hace falta destacar su importancia cívica y organizativa en la Comunitat Valenciana.

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Los artistas falleros

El artista fallero no se encarga únicamente de construir y modelar las fallas, ya que también se encarga de realizar otros trabajos, como la construcción de carrozas y decoraciones para locales, comercios y ferias. Los artistas falleros pertenecen al gremio Artesano de Artistas Falleros.

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Las comisiones falleras

Casi en cada calle de la ciudad hay un «casal fallero», lugar de reunión de cada una de las comisiones falleras, que durante todo el ejercicio buscan fuentes de ingreso para poder pagar la fiesta y su propio monumento. Además, normalmente cada comisión consta también de una comisión infantil, formada únicamente por niños, que también planta su propia falla. Las fallas infantiles miden, como máximo, 3 metros de diámetro y están compuestas por figuras de estética más próxima al mundo de los niños y generalmente no suelen muestrar temas críticos.

Aunque el objetivo de las comisiones es construir la falla para la fiesta de San José, durante el resto del año en cada casal se realizan actos festivos, culturales y sociales de todo tipo, que hacen de las comisiones falleras uno de los principales ejes de la vida asociativa y del entramado social de Valencia y los demás municipios donde se celebra esta fiesta.

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El monumento fallero

Habitualmente tienen carácter satírico sobre temas de actualidad. Las fallas suelen constar de una figura o composición central de varios metros de altura, las más grandes superan los 30 metros (exactamente la falla Na Jordana 2001, con 33 metros, fue la más alta y voluminosa de la historia) rodeadas de numerosas figuras de cartón, plastilina, piedra, poliuretano (material que en los últimos años está siendo sustituido por otros más modernos como el poliestireno expandido, más ligero y moldeable), sostenidas por una armazón de madera. Incluyen letreros escritos en valenciano explicando el significado de cada escenografía, siempre con sentido crítico y satírico.

Los artistas y artesanos (denominados artesans fallers), carpinteros, pintores y escultores se dedican durante meses a construir monumentos que las diferentes comisiones (en Valencia hay 387) contratan, lo cual impulsa la creación de empleo en la ciudad. Las fallas se instalan en la calle con grúas el 15 de marzo por la noche (si es una falla mayor, unos días antes, y si es de la sección especial desde el 3 de marzo), el día de la plantà se planta el monumento infantil en los pueblos. En Valencia Capital se plantan el 14. El acto en el que se quema la falla se denomina la cremà (la quema).

Como complemento a los letreros, algunas comisiones realizan el «llibret de la sátira», en el que se explica mediante versos satíricos el contenido de la falla. Este género se inició en el siglo XIX con el autor suecano Bernat i Baldoví, y experimentó su máximo auge en los años 50 y 60 del siglo XX, gracias a autores como Emili Panach o José Bea Izquierdo. Y esta tradición ha llegado a ser tan importante que incluso tiene su propia categoría en la sección de premios. Cada año, se otorgan diferentes galardones a los llibres según categorías y criterios, en lo que hace referencia al diseño, información que contiene, originalidad, etc. Por lo que el «llibret» es un elemento más del mundo fallero, en el que muchas personas, al igual que en el monumento, ponen su empeño para crear el mejor producto y, si es posible, recoger uno de los premios con toda la comisión.

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Indumentaria tradicional

El traje tradicional de mujer valenciana, el mal denominado traje de fallera, pues en realidad ya se vestía antes de aparecer las fallas como fiesta, tiene una larga tradición en la historia. Apareció en el siglo XVI y empezó siendo un traje de trabajo de las labradoras valencianas, pero con el paso del tiempo se fue transformando, y derivó a una indumentaria más elegante que se usaba en ocasiones especiales. En definitiva, el traje de fallera actual es el traje de fiesta que usaban las valencianas siglos atrás. Entre sus variantes encontramos el traje del siglo XVIII, más afrancesado; los de coteta, más cercanos a los de huertana; y el surgido en el siglo XIX, denominado de farolet por sus mangas con forma de farol. En el pelo, la mujer puede llevar un moño o tres. En la parte trasera de la cabeza se lleva uno más grande, mientras que en la sién se llevan dos más pequeños, los «rodetes». Los moños se cogen con agujas pasaderas y se adornan con las peinetas, la pinta para el moño trasero y los rascamonyos para los rodetes.

Mientras que la vestimenta tradicional masculina es el traje de saragüell, el cual aparece bajo la denominación sarawil en textos musulmanes andalusíes del siglo X. Este vestido se coloca directamente sobre el cuerpo y sobre él se puede colocar o no otras prendas. El tejido de esta vestimenta es el lienzo para los días de trabajo, y en los festivos se cubre con un segundo calzón de lana o seda, conocido como negrilla. Otra de las vestimentas masculinas tradicionales es el traje de torrentí, el cual se caracteríza por tener un pantalón más ceñido a la pierna y un chopetí, una especie de chaleco y/o chaquetilla. En la cabeza, el hombre suele llevar un mocador (pañuelo), una cófia o un casquete, estos últimos hechos de ganchillo, los cuales se complementan con diferentes gorros y sombreros, como la rodina, el cossiol o la montera.

Las Fallas: Historia y elementos falleros

Vestimenta aceptada por la Junta Central Fallera

El fallero debe vestir:

  • Traje de torrentí.

  • Traje de saragüell. El traje compuesto por pantalón largo rayado, camisa de seda o hilo, chaleco y faja, con zapatos y calcetines negros o alpargatas de labrador con calcetines bordados.

Está expresamente prohibido el uso de corbatas, flores y lazos de cualquier género.

La fallera debe vestir:

  • El traje de gala de labradora valenciana, con tres moños.

  • Traje del siglo XVIII, con uno o tres moños.

  • Traje de huertana con un moño.

No se permite el uso de cualquier pieza de vestir o de ornamentaciones que no sean las tradicionales y propias del traje. Únicamente se permite el uso de alpargatas de labradora si están forradas externamente con la misma tela del traje de fallera correspondiente.

Tanto para el fallero como para la fallera, el blusón nunca se considerará indumentaria tradicional valenciana y solo se podrá utilizar en los actos estrictamente privados de cada falla, cuando así lo decida la propia Comisión.

Este año 2014, la indumentarista Amparo Fabra ha sido nominada para la VIII edición de los Premios Nacionales de la Artesanía que concede el Ministerio de Industria, Energía y Turismo a través de Fundesarte (Fundación Española para la Innovación de la Artesanía).