Las cartujas valencianas

Las cartujas valencianas

Santa María de Porta Coeli, Vall de Christ y Ara Christi

Apogeo, esplendor y decadencia de las cartujas valencianas

La utilización como fuente documental del barón de Alcahalí (La Baronía de Alcalalí y San Juan de Mosquera es un título nobiliario español creado por el rey Felipe III de España a favor de Ximén Pérez Ruiz de Lihory y Pertusa) ha permitido elaborar un riguroso trabajo sobre el tiempo histórico en el que la cartuja de Ara Christi fue una hermosa realidad de la orden cartusiense en tierras valencianas, tras la de Santa María de Porta Coeli y Vall de Christ.

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Santa María de Porta Coeli, Vall de Christ y Ara Christi

Apogeo, esplendor y decadencia de las cartujas valencianas

A diferencia de estas, de origen medieval, el monasterio de Ara Christi fue creado en la época foral moderna, después que la viuda del caballero Gaspar de Artés, Elena Roig, decidiera legar la alquería que poseía en el camino de El Puig para su conversión en un singular recinto religioso de la orden de los frailes cartujos.

Valencia es una tierra de contrastes en la que se puede pasar, desde la más exuberante demostración de ruido y fiesta a la austeridad y recogimientos más absolutos.

La Cartuja de Ara Christi, erigida bien entrado el siglo XVI fue una especial representante de una de las órdenes más rigurosas, la fundada por Bruno de Colonia; sin embargo, la realidad de esta Cartuja necesitó de unos precedentes imprescindibles, como fueron la fundación de la Orden a cuya obediencia se acogió, y la existencia de establecimientos cartusienses en el propio ámbito geográfico del Reino de Valencia, como fueron las Cartujas de Porta Coeli y Vall de Christ, que jugaron un papel fundamental, sobretodo la primera, en el nacimiento y desarrollo de la Cartuja de Ara Christi.

De 1.084 data la primera fundación de la orden cartusiense, la Grand Chartreuse, situada cerca de la ciudad de Grenoble (ciudad del sureste de Francia, en la región Auvernia-Ródano-Alpes) y fue a partir de 1. 160, una vez aprobados sus estatutos por el pontífice Alejandro III, cuando inició su expansión por Europa.

Las cartujas valencianas: Santa María de Porta Coeli, Vall de Christ y Ara Christi

Apogeo, esplendor y decadencia de las cartujas valencianas

Solo 3 años después dicha orden se estableció en la Corona de Aragón, durante el reinado del primero de sus monarcas, Alfonso II, y bajo el gobierno de Basilio de Borgoña, quien sería el octavo prior de la Orden, Scala Dei, en las montañas de Prades (Tarragona), fue su primera casa; pasado el tiempo actuaría como casa madre de las dos señeras cartujas valencianas (Porta Coeli y Vall de Christ) que participarían siglos más tarde en el nacimiento de la Cartuja de Ara Christi.

Diferente origen acredita cada una de estas cartujas valencianas, las dos primeras medievales, la tercera ya de la época foral moderna, pues a distinto establecimiento pertenecieron sus promotores o fundadores, que fueron sucesivamente, un obispo, un rey y la viuda de un caballero.

La Cartuja de Santa María de Porta Coeli (la más antigua) se debió a la iniciativa del tercer obispo de Valencia, fray Andrés de Albalat, fraile dominico y canciller real que obtuvo de Grenoble la carta de fundación y de Scala Dei, la comunidad integrante según la creencia más generalizada.

El lugar escogido para la construcción fue el Valle de Lullén (nombre debido al caserío moro allí enclavado en tiempos de la conquista), en el término municipal de Serra (Valencia), lugar que aislado que tras ser propiedad de diversos nobles, fue adquirido por el mencionado obispo para dedicarlo a dicha fundación.

Para lograr su objetivo contó con la autorización y legislación previa del monarca aragonés Jaime I, que contribuyó a la misma mediante la renuncia a los derechos que pudiera tener en el lugar.

El documento fundacional, otorgado el 6 de septiembre de 1.272, dejaba clara la ubicación de la Cartuja de Santa María de Porta Coeli, su dedicación, el permiso de la superioridad cartuniense y la voluntad del fundador.

La Cartuja de Porta Coeli gozó desde el tiempo mismo de su fundación de la protección real, favores episcopales y privilegios pontificios; supo sobrevivir a las dificultades y saqueos sufridos durante las guerras que en el siglo XIV asolaron el Reino de Valencia y disfrutó, en general, de un período medieval floreciente.

Su vida no fue alterada durante la revolución social de las Germanías, pero en cambio sí se vio afectada con la Guerra de Sucesión, inicio de su decadencia, pues en ella los cartujos tomaron partido por el bando perdedor.

Finalmente fue suprimida con los demás monasterios por el decreto de 11 de octubre de 1.835, teniendo que ser abandonada por la comunidad.

La mayor parte de los monjes se incorporaron a las parroquias de Valencia, los bienes se subastaron y dividieron, y el edifico fue destinado a diversos usos según los tiempos.

Después de largas negociaciones, iniciadas en 1.867, los cartujos obtuvieron nuevamente la cesión del edificio en 1.943 y volvieron a su vida de oración y trabajo en el monasterio de Porta Coeli en noviembre de 1.947.

Este monasterio es la cartuja con mejor fortuna, puesto que se ha mantenido su construcción original, pero sobre todo ha vuelto a cumplir los fines para los que fue creada, los de la vida contemplativa y eremítica.

Las cartujas valencianas: Santa María de Porta Coeli, Vall de Christ y Ara Christi

Apogeo, esplendor y decadencia de las cartujas valencianas

La cara opuesta a la anterior ha sido en cambio el destino de la cartuja de Vall de Christ, segunda de las fundadas en el Reino de Valencia y quinta de las españolas.

A diferencia de la de Porta Coeli, el lugar elegido para su construcción (valle a poniente de Segorbe pero cercano a la misma, en el término de Altura y circundada por montañas) parece que entraba ligeramente en conflicto con el espíritu de la orden cartusiense, amante de la soledad y el silencio, y solo la placidez del valle, propiedad del fundador, pueden dar una explicación plausible de la voluntad de este para la elección.

Su fundación sería real, pues fue Pedro IV de Aragón quien otorgó el correspondiente privilegio, suscrito asimismo por su hijo, el infante Martín y su esposa el 7 de enero de 1.386.

Pero este documento no hizo más que consumar una situación de hecho creada el año anterior, después que el infante Martín, su verdadero promotor, hubiera obtenido la bula de fundación del papa aviñonés Clemente VII y la autorización de Guillermo de Raynaldo, prior general de la orden, e igualmente concediera el lugar para su construcción.

La comunidad fundadora vendría, como en el caso de la de Porta Coeli, de Scala Dei y entre ellos Bernardo Safábrega, antiguo paje de Pedro IV y amigo personal del infante, quien posiblemente pudo influir acerca de la devoción cartujana.

Su primer rector y luego prior sería Juan Berga.

El primer templo de la cartuja fue consagrado en 1.401 y dedicado a san Martín, cuando ya el infante de dicho nombre había ocupado el trono de Aragón.

El importante patrimonio que el favor real fue concedido a Vall de Christ hicieron a esta casa dueña de un inmenso dominio territorial y poderosa señora de la comarca.

Durante algunos años, la cartuja castellonense vivió de espaldas a Grenoble por las diferencias habidas entre la cartuja y Bonifacio Ferrer, por lo que fue sede de varios capítulos generales, aunque esta situación fue subsanada más tarde.

Afectada como el resto de los establecimientos religiosos por los decretos de desamortización, la cartuja de  Vall de Christ pasó a manos particulares que dedicaron sus tierras a labranza mientras sus edificios eran desmantelados y aprovechadas sus piedras y demás elementos arquitectónicos en construcciones de las poblaciones cercanas.

Modernamente se ha intentado su reconstrucción.

Las cartujas valencianas: Santa María de Porta Coeli, Vall de Christ y Ara Christi

Apogeo, esplendor y decadencia de las cartujas valencianas

Por último y ya en las últimas décadas del siglo XVI, se inició la gestación de la tercera cartuja valenciana.

En 1.582, Elena Roig, viuda de Gaspar de Artés, decidió legar la alquería que poseía en el término de El Puig a la cartuja de Vall de Christ, como una forma de materializar la intención que su hermano Cristóbal Roig, ilustre caballero valenciano, antiguo Inquisidor Apostólico de Zaragoza y Chantre de la Catedral de Valencia y anterior propietario, tenía sobre ella, quien en los últimos años de su vida manifestó su voluntad de fundar un monasterio cartujano en una antigua masía de su propiedad; su repentina muerte impidió que pudiera hacer un testamento conforme a sus proyectos.

Sin embargo la fundación de la cartuja de Ara Christi no estuvo exenta de dificultades a pesar que el 7 de abril de 1.585 la oferta había sido aceptada por la Orden, se había obtenido asimismo del monarca el preceptivo derecho de amortización real y del patriarca Juan de Ribera, arzobispo de Valencia, la amortización canónica.

Su emplazamiento, tan cerca de Valencia y junto al Camino Real, completamente opuesto al espíritu de la Orden, tampoco le favorecía.

Cuarenta años costó llevar adelante la empresa, fundamentalmente porque la dotación económica resultaba insuficiente para sostener la mínima comunidad exigida de 12 monjes.

A pesar de todo, la cartuja de Ara Christi, llegó a ser una espléndida realidad gracias a los numerosos benefactores que la apoyaron.

La ampliación del terreno permitió levantar una edificación sobresaliente que fue llevada a cabo en la primera mitad del siglo XVII.

54 prioratos transcurrieron entre 1.585 y 1.794.

Los decretos decimonónicos dieron fin a la vida eremita de Ara Christi.

Edificio y terrenos fueron posteriormente dedicados a diversos proyectos de ocio, no siempre resueltos satisfactoriamente, pero que han conseguido mantener el edifico en pie.

Próximo artículo: Las órdenes religiosas: los cartujos

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía

  • Guía urbana de Valencia antigua y moderna. Marqués de Cruïlles.

  • Diccionario de la Historia Eclesiástica de España. Quintín Aldea Vaquero.

  • Historia constructiva de la cartuja de Ara Christi. Elena Barlés Báguena.

  • Los monasterios aragoneses, Elena Barlés Báguena.

  • Cartoixa d’Ara Christi. Daniel Benito Goerlich.

  • La reial caroixa de Nostra Senyora d’Ara Christi. Ayuntamiento de El Puig. Albert Ferrer Orts.

  • La vida de un monasterio: la cartuja de Ara Christi. María Dolores Galbis Blanco.

  • Catálogo Monumental de la Provincia de Valencia. Felipe Garin y Ortiz de Taranco.

  • Los monasterios valencianos: Su economía en el siglo XV. Amparo Cabanes Pecourt.

  • San Juan de Ribera y el monasterio de Ara Christi. Francisco Roca Traver.

  • Las cartujas valencianas y la desamortización de Mendizábal. Francisco Roca Traver.

  • Apuntes históricos sobre los Fueros del antiguo Reino de Valencia. Vicente Boix. 1.854.

  • Arquitectura religiosa del siglo XVII en la ciudad de Valencia. Fernando Pingarrón.

  • Décadas de la Historia de la insigne y coronada Ciudad y Reyno de Valencia. Gaspar Escolano.

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