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La puerta de la Almoina, llamada así por ser vecina a la ya desaparecida casa de l’Almoina (la limosna), donde se daba socorro a los necesitados, es la más antigua de la catedral. También es conocida como Puerta del Palau por su vecinaje con el palau o palacio arzobispal. De estilo románico, constituye un elemento claramente diferenciado del resto de la catedral, que es principalmente gótico.

Algunos autores la consideran de 1.262-1.270, obra de Arnau Vidal, pero por su estilo primitivo otros la remontan al 1240, inmediatamente después de la conquista del Reino de Valencia de 1.238.

El hecho de que esté encarada al este, mirando hacia la Meca, sugiere que allí mismo se encontraba el mihrab de la antigua mezquita.

Su estilo románico con influencia mudéjar es de tipo leridano. De hecho, por su similitud a la puerta dels Fillols de la Catedral de Lérida, hecha hacia el 1220, algunos ven la mano de algún maestro leridano en su construcción.

Tal es la vinculación de esta puerta con Lérida que, por encima de la arcada hay esculpidos en piedra las cabezas de siete matrimonios leridanos que, según la tradición, representarían los pobladores fundacionales de la nueva ciudad cristiana, que vinieron a Valencia acompañados de trescientas doncellas leridanas con el fin de casarlas con los soldados que habían luchado en el lado de Jaime I

Por debajo de éstas cabezas, que aún conservan restos de policromía, figuran en una inscripción los nombres de los fundadores legendarios de la ciudad: En Pere am (b) Na Maria, sa muller (Don Pedro con Doña Maria, su mujer); Guillermo am (b) Na Berenguera, sa muller; En Ramon am (b) Na Dolça, sa muller; En Francesc am (b) Na Ramona, sa muller; En Bernat am (b) Na Floreta, sa muller; En Bertran am (b) Na Berenguera, sa muller; y En Doménec am (b) Na Ramona, sa muller.

La puerta de l’Almoina, que forma un cuerpo saliente con respecto al muro de la catedral, forma un arco abocinado con seis arquivoltas de medio punto concéntricas y en degradación (de más a menos grande), que se apoyan sobre finas columnas con capiteles, magníficamente decorados con escenas del Génesis en la parte izquierda, y del Éxodo en la derecha.

La decoración de las arquivoltas consiste en motivos vegetales y geométricos, con molduración variada: puntas de diamante, figuras de serafines, festones lobulados y delicados follajes, santos en pequeñas hornacinas y molduras en zigzag.

En la línea de impostas hay una cenefa con repertorio de animales fantásticos.

Rematando el conjunto y en la parte superior catorce canecillos con las cabezas de las siete parejas antes citadas sostienen el voladizo.

Inscripción que dice: Bertra (n) am (b) Na Ber (en) g (ue) la sa mull (er)

Sobre la puerta se puede observar un ventanal gótico y otro a su derecha, que habían estado ocultos hasta la última restauración de la catedral.

Nada más entrar dentro de la catedral por la puerta de l’Almoina, a mano izquierda, hay la tumba del ilustre Ausiàs March. Se trata de una lápida colocada en 1.950 por la asociación lo Rat Penat y el ayuntamiento de Valencia en reconocimiento de este poeta que está enterrado en algún lugar de la catedral (no se sabe muy bien donde) con una inscripción de uno de sus poemas, que dice:

«Yo soc aquest qui en la mort delit prenc, puix que no tolc la causa perquè em ve» (Yo soy este quien disfruto de la muerte, porque no rehuyo la causa por la que me viene).

 

Fuentes consultadas: