Bases históricas como reino cristiano I

Bases históricas como reino cristiano I

Historia

La ciudad de Valencia cumple ya casi 2.000 años de existencia.

Se admite por los expertos, que su fundación se debió a Junius Brutus en el 138 a.C., teniendo su núcleo primitivo en la isla formada por los dos brazos del río Turia, y en la zona que hoy corresponde al Temple, donde estudios arqueológicos han confirmado la existencia de basamentos romanos.

Otros hallazgos de aquella, su primera época de la ciudad, han sido los restos de la muralla romana en los sótanos de un edifico de la calle Avellanas, los hallazgos en la llamada cárcel de San Vicente, próxima a la calle del Mar, donde se cree que estuvo la casa del pretor y sufrió martirio San Vicente Mártir, el foro de la ciudad, cuyos restos pueden verse en parte de la plaza Almoina, los cementerios romanos, localizados los de la época pagana en las proximidades de las grandes calzadas romanas, el cementerio paleocristiano de San Vicente de la Roqueta, donde la tradición coloca la primera iglesia cristiana de la ciudad, con el hallazgo en él, del llamado sarcófago de San Vicente Mártir, que puede contemplarse en el Museo de San Pio V o el basamento, primero romano y después árabe de la Catedral.

Estos hallazgos junto con el tipo de construcción de la parte de la muralla árabe situada al nivel de la calle Trinquete de los Caballeros, más semejante a las fortificaciones romanas, nos dan cuenta de la importancia que Valencia adquirió durante aquella época en la que ya se produciría su primera expansión.

Es conocido también que la Vía Augusta coincide con la actual calle de San Vicente Mártir, saliendo por el Norte para continuar prácticamente por la actual calle de Sagunto.

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Dentro de la ciudad, la Vía Augusta, constituiría una de las dos grandes vías, el Cardo, que se correspondería con las actuales calles de Navellos y Miguelete con una orientación Norte-Sur, cruzándose perpendicularmente con el Decumanus, que era la otra gran vía que atravesaba la ciudad, el Decumanus, coincidiría con las actuales calles Caballeros y Almudín.

El depósito de agua de la ciudad estaría situado intramuros y se surtiría de un acueducto que vendría por la calle de Quart.

La ciudad se articularía en lo que hoy conocemos como barrio de la Seu, teniendo por centro las actuales plazas de la Almoina y de la Virgen.

La muralla que rodeaba la ciudad tendría alrededor de un kilómetro de longitud, bordeando el viejo cauce del río, actual Jardín del Turia, desde el Temple hasta las proximidades de las actuales Torres de Serranos.

Sus habitantes serían ciudadanos de Roma.

Valencia pronto se alzaría como la ciudad más importante de la Edetania.

La época visigoda, oscura y relativamente breve, para nuestra ciudad, se conservan pocos restos de esta época, donde la ciudad no sale del recinto romano, aunque restos de basílicas en las inmediaciones de la Catedral y en la calle Cárcel de San Vicente, junto con episodios anteriores nos hablan de su importancia en esa época.

Durante los 5 siglos de dominación árabe, la ciudad se alza como capital de una Cora (La cora o kora era una de las demarcaciones territoriales en que estaba dividida al-Ándalus, la antigua península ibérica islámica, durante el emirato y el califato de Córdoba. Coexistía con otra demarcación territorial denominada Marca «thagr», que se superponía a las coras en las zonas fronterizas con los reinos cristianos. Ambas constituían la organización territorial andalusí) primero y de un Reino de Taifas después.

El Siglo de Oro dentro de las letras árabes de Valencia, hablan por sí solos de su gran importancia como ciudad árabe.

Será durante esta época cuando en 1.040 el Taifa Abd Al Aziz rompe el cerco de las murallas romanas extendiendo la ciudad hacia el mediodía y el Sur y se construye la muralla árabe.

La conquista de la ciudad por Jaime I en el 1.238 va a marcar una nueva etapa de nuestra ciudad.

Cambiará su arquitectura y sus costumbres, pero va a mantener, gracias a las leyes dadas por Jaime I, una independencia de acción de la que no gozarán las ciudades castellanas, ni tan siquiera otras de la Corona de Aragón, tal vez por ser sus fueros posteriores a los de aquellas y por establecerse Valencia como asentamiento real, dependiendo el gobierno de la ciudad y por extensión el del Reino, tan solo de sus propias instituciones y del rey de Aragón.

Esta filosofía más propia de los estados democráticos actuales que del feudalismo imperante de la época y la prohibición en nuestros primeros fueros (leyes) de formar parte del Consell (gobierno) a clérigos y nobles, llevaría a la nobleza aragonesa a propiciar reyertas por la abolición de nuestros fueros durante los primeros años tras la muerte de Jaime I, lo que impidió que Valencia ganara en importancia dentro de la Corona, hasta convertirse durante parte del siglo XIV, todo el siglo XV y gran parte del XVI en la ciudad más importante de la Corona de Aragón y una de las más importantes del Mediterráneo, desde el punto de vista, tanto cultural como económico, dando lugar a ese gran Siglo de Oro de la ciudad de Valencia del que nos quedan , no solo la abundancia de buenos autores valencianos de las letras y reconocidas escuelas pictóricas, sino también el ser pionera en buen número de instituciones y de organismos históricos tales como: el ser Valencia la primera ciudad de Aragón en la que se establece un Consolat del Mar, la Taula de Canvis (banco de la ciudad), el primer psiquiátrico del mundo o el Tribunal de las Aguas, en el que se basan todas las leyes de agua de Valencia.

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También Valencia fue pionera en la legislación del funcionamiento y normas higiénico-dietéticas de su burdel (el más importante de la época), va a ser la primera ciudad de España en la que se implante la imprenta, asimismo, su Universidad creará la primera cátedra de Cirugía de España y saldrá de escritores valencianos de aquella época lo que puede considerarse la primera novela caballeresca o de caballería española del escritor valenciano Joanot Martorell, publicada en 1.490, en pleno Siglo de Oro Valenciano, el Tirant lo Blanch.

Tendría que decantarse Valencia en la Guerra de Sucesión por el candidato que ofreciera mayor grado de libertad a nuestra ciudad y enfrascarse en una lucha de sucesión, a principios del siglo XVIII, para que el Reino y la Ciudad perdieran sus Fueros y con ellos su independencia administrativa, cuando accedió al trono de Felipe V, y que no recuperaría hasta bien entrado el siglo XX con el Estatuto de Autonomía, más limitado que el antiguo régimen foral.

Si repasamos los casi 2.000 años de historia de Valencia, veremos que desde sus comienzos ha sufrido diferentes fases de expansión.

Su primer recinto amurallado romano, se limitaría a una pequeña zona alrededor del Temple, produciéndose ya durante la época romana su primera expansión que ocuparía prácticamente el actual barrio de la Seo, zona alrededor de la Catedral y el Temple.

En su escasamente 1 kilómetro de longitud se cree que discurría por las actuales calles de Correjería, Caballeros, Avellanas, Trinitarios, Serranos, Cocinas y Banys de Pavesos, para desde aquí volver de nuevo a la Correjería.

La primera gran expansión conocida de la ciudad tendría que esperar a la época árabe, en la que quedaría encerrada en un recinto amurallado mucho más amplio que el anterior, del que se sabe que contaba con 8 puertas de entrada y que estaba constituido por una construcción donde se alternaban los muros y torreones cada 25 metros en la mayor parte de su longitud.

Discurría la nueva muralla desde la Puerta de Roteros, cercana a las Torres de Serranos hacia la calle de las Rocas, plazas del Ángel y de Benito Coll, calle Mare Vella, Portal de Valldigna, calle Salinas, Calle Caballeros hasta el Toss Alt (Tossal) donde se encontraba una de las principales puertas de la ciudad; desde aquí iría a discurrir por las plazas de Marqués de Bursianos y Horno de San Nicolás, seguiría retranqueada a 10 ó 15 metros de la actual calle Bolsería para alcanzar la plaza del Doctor Collado y las calles de Cerrajeros, San Vicente Mártir, Moratín, Barcas, Comedias y Trinquete de los Caballeros sucesivamente, desde donde en dirección al río desembocaría en el Temple; a este nivel bordeando el viejo cauce del Turia volvería hasta la Puerta de Roteros.

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Pocos restos arqueológicos quedan de esta época, que fue brillante para Valencia; restos de unos baños árabes de los numerosos que existían en Valencia, basamento de muchas iglesias de la reconquista que fueron levantadas sobre mezquitas, algunos de los cementerios de la ciudad y parte de sus murallas y torreones que vienen a confirmar el recorrido descrito.

La segunda gran expansión viene marcada por el derribo de las murallas árabes y la construcción del recinto amurallado cristiano en el siglo XIV durante el reinado de Pedro II “el Ceremonioso” (IV de Aragón), que extendió la ciudad a todo el recinto comprendido dentro de su actual circunvalación, marcada por las calles de Conde de Trénor, Ciudadela, Colón, Xàtiva, Guillem de Castro y Blanquerías y del que nos quedan 2 de sus 12 puertas, las Torres de Serranos y de Quart.

Durante 5 siglos, Valencia, Se vería encorsetada dentro de sus murallas, hasta que a mediados del siglo XIX, concretamente en el año 1.865, Cirilo Amorós procedió al derribo del recinto amurallado, que fue seguido de una nueva y gran expansión de la ciudad y el comienzo de la anexión de sus pueblos más próximos.

El primero en anexionarse fue el de Ruzafa.

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Si la lejanía del Califato marcó el amor a la independencia del pueblo valenciano durante la época árabe, las circunstancias de su conquista imprimirían a la ciudad de Valencia y al ciudadano valenciano un desarrollo propio, no equiparable al de los otros pueblos que la rodeaban.

Es por esto que es necesario y fundamental conocer los primeros años de la reconquista para de esa forma y esto pasa por conocer las 3 obras básicas que nos muestran como se desarrollaron aquellos primeros años que iban a decidir la evolución del pueblo valenciano y que son:

  • El Llibre del Repartiment

  • Los Privilegios Reales de Valencia

  • Els Furs

Fuentes consultadas:

Bibliografía

  • Guía de la ciudad de Valencia. Mª Ángeles González Gudino

  • Almela y Vives, Francesc. Pere Balaguer y las Torres de Serranos.

  • Badía, A. y Pascual, J. Las murallas árabes de Valencia.

  • Ayuntamiento de Valencia. Las Torres de Serranos y de Quart. La ciudad amurallada de Valencia.

  • Cervera Arias, Francisco y Mileto, Camilla. Las Torres de Serranos. Historia y restauración.

  • Lerma Alegria, J.V. La ampliación de la muralla y el nuevo recinto urbano.

  • López Cavero, Javier. “Torres de Serranos”. Guía de Museos y Monumentos Municipales.

  • El plano de Valencia de Tomás Vicente Tosca.

  • Ferreres Carbonell, José. Cárceles Torres de Serranos. 1.880.

  • Blázquez Izquierdo, Carmen. Historia de una restauración. La Puerta de Serranos.

  • López Cavero, Javier. “Torres de Quart”. Guía de Museos y Monumentos Municipales.

Fotografía

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