Torres de Quart o de Cuarte Un poco de historia

Torres de Quart o de Cuarte Un poco de historia

La forma de construir los lienzos de las dos torres es una notable característica de esta construcción.

Los muros están formados por hormigón (con una mezcla de tierra, cantos rodados, fibras vegetales y cal como elemento aglomerante) siendo levantados mediante la técnica del tapial (Se denomina tapial en España y la cuenca mediterránea a la pared que se hace con tierra amasada, mediante una antigua técnica que consiste en construir muros con tierra arcillosa húmeda, compactada a golpes mediante un «pisón», empleando para conformarla un encofrado de madera llamado propiamente tapial. El encofrado suele ser de madera, aunque también puede ser metálico. En el proceso se van colocando dos planchas de madera paralelas, entre las que se vierte tierra en capas de 10 ó 15 centímetros, y se compacta a golpes con un pisón. Posteriormente se mueve el encofrado a otra posición contigua para seguir con el muro. El barro compactado se seca al sol y una vez que el tapial queda levantado las puertas y ventanas se abren a cincel), en la que el lienzo era construido situando el material mencionado entre encofrados de madera.

Para realizar estos se utilizaron grandes andamiajes, como todavía podemos observar en el exterior y en el interior de las torres, donde se han observado algunos mechinales (Un mechinal u opa es, en construcción, un vano situado en una pared o muro que, cuando se levanta un edificio, sirve para introducir en él una viga de madera en horizontal para formar parte de un andamio. Una vez terminada la construcción, los restos del andamio son retirados, por lo que quedan solo los agujeros. En la mayoría de los casos, ante la dificultad de extraer toda la madera suelen quedar restos de la misma dentro de los mechinales. En los muros de los sótanos puede ser conveniente crear mechinales huecos que den salida al agua), que sirvieron para situar la vigas sobre las que se apoyaba el encofrado.

Posteriormente, para terminar el proceso, se aplicaba un revestimiento que aumentaba la resistencia y evitaba humedades.

Se utilizó piedra caliza de la cantera de Godella (lugar que abastecería a gran número de construcciones en Valencia durante el siglo XV) para el labrado de los sillares que cubren el cuerpo central del portal, las esquinas de ambas torres, la moldura de los taludes (talud o pendiente de un muro; en arquitectura e ingeniería civil, diferencia de grosor en un muro, más grueso en la parte inferior que en la parte superior, de modo que resista la presión de la tierra tras él), las bóvedas de la tribuna central, las escaleras, los arcos de las puertas, los arcos fajones de las plantas de las torres, el matacán y las almenas.

Torres de Quart o de Cuarte Un poco de historia

Torres de Quart o de Cuarte. Arquitectura de su tiempo

El Portal estaba rodeado por el correspondiente foso y tenía todas las características poliorcéticas propias de la época bajo-medieval (La poliorcética o arte de atacar y defender las plazas fuertes, la inmensa mayoría de los enfrentamientos que tuvieron lugar en la Edad Media, se solucionaron ante los muros de las fortalezas o de las ciudades y no en campo abierto), entre las que podemos destacar el matacán (que por su posición adelantada permitía una mejor defensa de la entrada) y los grandes taludes que servían para entorpecer el ataque y, en teoría, proyectar los objetos lanzados desde la parte superior hacia el enemigo.

Al igual que en la Torres de Serranos, las naves se disponían en gola abierta, es decir, los grandes espacios interiores estaban abiertos al exterior, lo que entorpecía que el baluarte fuera utilizado contra los defensores de la ciudad.

La formidable cimentación fue pensada también para entorpecer la excavación de una mina que pudiera destruir la fortificación.

Sin embargo, el aspecto poliorcético (disciplina que se encarga de construir fortalezas, bastiones, baluartes o fortificaciones) más importante son los gruesos muros de las dos torres construidos con hormigón de cal que tienen un espesor constante de 3,5 metros, presentando un frente curvo que ayudaba al rebote de los proyectiles lanzados contra ella.

El material empleado se conformaba como un colchón que absorbía los impactos, haciendo el muro más resistente, y mucho más sencillo de reparar.

La necesidad de estos cambios técnicos era una respuesta a la aparición de las armas de fuego más efectivas en los asedios desde comienzos del siglo XV, en especial las grandes bombardas (La bombarda o lombarda, considerada actualmente como el arma de fuego portátil más antigua de todas, era una pieza de artillería muy primitiva que acabaría siendo precursora del cañón), que eran capaces de abrir enormes huecos en las estructuras defensivas tradicionales.

Durante la rehabilitación de 2.007 se comprobó la eficacia de este sistema defensivo, al ser documentados hasta 329 impactos de gran calibre que no causaron daños estructurales, siendo absorbidos por los muros.

Torres de Quart o de Cuarte Un poco de historia

Mencionadas generalmente junto a las Torres de Serranos, las Torres de Quart se convirtieron en uno de los edificios más significativos del siglo XV valenciano.

En ellas comenzaba el camino que conducía al interior de la Península, a Toledo y a Madrid; durante el siglo XVI esta conexión sería cada vez más importante económica, política y culturalmente.

En 1.562 la Diputación de la Generalitat del Reino ocupa una parte de las Torres como almacén de pólvora.

El incendio de la Casa de la Ciudad en 1.585 las convierte momentáneamente en prisión, al ser trasladados a ellas los reclusos con penas más graves.

A mediados del siglo XVII comienzan a tener el nombre alternativo de “Portal de la Cal”, ya que este producto era introduicido en la ciudad desde los hornos que estaban en la dirección del camino de Quart.

El uso carcelario se consolida definitivamente en 1.6349 cuando son utilizadas de modo permanente como cárcel de mujeres.

Torres de Quart o de Cuarte Un poco de historia

Desalojadas en 1.808, durante el primer asedio francés, fueron escenario de uno de los combates más sangrientos contra las tropas del mariscal Moncey.

La mayor parte de impactos que pueden observarse todavía pertenecen a este episodio militar.

Durante este ataque, el matacán fue destruido casi completamente, y tuvo que ser reconstruido durante los años siguientes.

Desde 1.813 las Torres pasaron a la jurisdicción castrense, siendo utilizadas como prisión militar desde ese momento.

En la mayoría de los documentos de la época las vemos aparecer designadas como la Prisión de las Torres de Cuarte.

A finales del siglo XIX el Ayuntamiento de Valencia, movido por el interés histórico del espacio, comenzó el primero de muchos intentos fallidos para recuperar la propiedad del edificio.

No lo conseguiría hasta 1.944, una vez terminada la guerra civil española, cuando ya habían sido declaradas Monumento Histórico- Artístico de carácter nacional perteneciente al Tesoro Artístico Nacional en el famoso decreto de 3 de junio de 1.931.

Aunque en los años 30 se realizan algunas reparaciones puntuales, la primera gran restauración se produce a partir de 1.959 dirigida por Carlos Soler.

Torres de Quart o de Cuarte Un poco de historia

Un pequeño edificio auxiliar adosado a la torre norte fue demolido, se reabrieron las grandes tribunas de la fachada intramuros que habían sido tapiadas en el siglo XIX, las almenas fueron reconstruidas con piedra caliza de Godella, y se recuperó el espacio interior de la primera planta de la torre norte que había sido subdividido.

Las obras continuaron intermitentemente hasta 1.975, cuando Emilio Rieta, que había sustituido a Soler en 1.966, dio un nuevo impulso a la restauración con un “Proyecto de Reconstrucción Total de las Torres de Cuarte” que reparó las cubiertas superiores, recuperó las escaleras de caracol, colocó la reja que cerca la torre sur en la planta baja y, sobre todo, construyó la gran escalera exterior que permite el acceso a la primera planta.

La última gran intervención en el edificio fue la realizada en 2.007, consistiendo fundamentalmente en un laborioso proceso de limpieza de las torres y del resto de la obra de sillería, así como en un intento de recuperar el color original en algunas partes del edificio.

Fuentes consultadas:

Bibliografía

Existe mucha y muy variada bibliografía referente a las Torres de Serranos y de Quart de diversos autores, todos ellos de probada solvencia, pero tan solo mencionaremos, por cuestiones de espacio alguno de ellos:

  • Almela y Vives, Francesc. Pere Balaguer y las Torres de Serranos.

  • Badía, A. y Pascual, J. Las murallas árabes de Valencia.

  • Ayuntamiento de Valencia. Las Torres de Serranos y de Quart. La ciudad amurallada de Valencia.

  • Cervera Arias, Francisco y Mileto, Camilla. Las Torres de Serranos. Historia y restauración.

  • Lerma Alegria, J.V. La ampliación de la muralla y el nuevo recinto urbano.

  • López Cavero, Javier. “Torres de Serranos”. Guía de Museos y Monumentos Municipales.

  • VVAA. El plano de Valencia de Tomás Vicente Tosca.

  • Ferreres Carbonell, José. Cárceles Torres de Serranos. 1.880.

  • Blázquez Izquierdo, Carmen. Historia de una restauración. La Puerta de Serranos.

  • López Cavero, Javier. “Torres de Quart”. Guía de Museos y Monumentos Municipales.

Fotografías

  • Archivo fotográfico de Abelardo Ortolá

  • Archivo fotográfico de Rafael Solaz Albert

  • Archivo fotográfico de Lázaro Bayarri

  • Archivo fotográfico de Periódico Levante

  • Archivo fotográfico de José Aleixandre

  • Archivo fotográfico de Marina Solaz

  • Archivo fotográfico de Morales San Martín

  • Archivo fotográfico de Toni Serrano

  • Archivo fotográfico de V. Andrés

  • Archivo fotográfico de Ludovisi y señora

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