Personajes de la vida valenciana XVII

Personajes de la vida valenciana XVII

Habiendo sido Valencia un importante núcleo cultural, no es raro que esta tierra se caracterizase, entre otras cosas, por la gran cantidad de hombres ilustres que en ella nacieron o desarrollaron sus habilidades, y que sea una tierra prolija en personalidades distinguidas, tanto en el campo cultural, científico o religioso.

Por la cantidad que Valencia ha dado de estos hombres que han marcado un hito importante en su tiempo vamos a limitarnos a dar una relación y una somera reseña de aquellos que es sabido nacieron en Valencia, aun siendo conscientes que a pesar de esto, muchos de ellos se nos quedaran en el tintero.

Personajes de la vida valenciana XVII

Personalidades del saber y la cultura

Entre los distintos campos del saber y la cultura nacidos en Valencia nos encontramos con:

Personajes de la vida valenciana XVII

Vicente Salvá Pérez (1.786-1.849)

Vicente Salvá Pérez (Valencia, 10 de noviembre de 1.786 – Paris, 5 de mayo de 1.849).

Librero y Licenciado en Lenguas, Filosofía y Derecho.

Vicente Salvá y Pérez nació en Valencia el 10 de noviembre de 1.786, en el seno de una familia de artesanos de la seda.

Realizó sus estudios en el Colegio de las Escuelas Pías para, posteriormente, ingresar en la Universidad de Valencia donde concluiría los tres años preparatorios para la obtención de los títulos de Bachiller y Maestro en Artes.

Con diecisiete años fue admitido en el claustro de la Universidad como miembro de la clase de opositores a cátedra.

Tras dos intentos de oposición a cátedra en Madrid y Alcalá, respectivamente, Salvá abandona sus pretensiones académicas y regresa a Valencia debido a la invasión napoleónica.

Truncada su carrera docente, contrae matrimonio con Josefa Mallén, hija del librero francés Diego Mallén y hermana de Pedro Juan Mallén, con quien se asocia Salvá después de su matrimonio.

Los acontecimientos que se desencadenan tras la invasión francesa impulsan a Salvá a involucrarse en la vida pública del país, alineándose con los liberales de cuyo credo político participaba.

Amigo de muchos afrancesados, tras la vuelta de Fernando VII y el restablecimiento del régimen absoluto, Salvá se ve forzado a dejar España y con el pretexto de adquirir fondos para su librería emprende un largo viaje por Francia e Italia que lo mantendrá fuera hasta finales de 1.818.

A su regreso tiene que afrontar un proceso inquisitorial donde se le acusa junto a Mallén, su cuñado y socio, de haber realizado dos ediciones del Contrato social de Rouseau.

El triunfo de los liberales en 1.820 zanjaría esta enojosa cuestión, abriéndose para Salvá una brillante etapa en el mundo de la política.

Finalmente, la reacción absolutista daría al traste con los sueños de los liberales de una patria mejor, iniciándose un oscuro periodo de represalias y el exilio para los que se habían comprometido con la causa de la constitucionalidad.

De este modo, primero estuvo refugiado en Gibraltar, hasta finales de 1.824 para, posteriormente, embarcar con destino a Londres en compañía de su familia.

La etapa londinense fue muy fructífera en el plano filológico, pues durante ella se gestó una de las obras más celebradas del autor: la Gramática de la lengua castellana que, a finales de 1.829, tendría ya concluida.

Sin embargo, en el comercio librero, las cosas no resultaron como Salvá había esperado; así determinó establecerse en París, donde las perspectivas de negocio con las antiguas colonias de España eran más que halagüeñas.

Salvá ve cumplido su propósito y, a finales de julio de 1.830, inaugura la Librería hispano-americana.

A pesar de los escollos, la Librería hispano-americana, gracias al trabajo y a los desvelos de su fundador, con el tiempo llegó a ser un floreciente negocio que proporcionaría a la familia Salvá una desahogada posición económica.

Pero hasta llegar ese momento, hay una larga etapa de consolidación que se inicia justamente con la Gramática de la lengua castellana según ahora se habla, un texto fundamental para la historia de las ideas gramaticales del español, en el que destaca su marcada decantación sincrónico-descriptiva, que tiene como principio la observación del uso de los hablantes cultos; de ahí el extenso corpus de autores contemporáneos con que ejemplifica las reglas gramaticales.

La Gramática será una de las primeras publicaciones que saldrían de la librería de Salvá en su nuevo enclave de París.

Por último, cabe mencionar el Nuevo diccionario francés-español/español-francés (1.856), cuya primera edición aparece unos años después de haber fallecido Salvá.

Del éxito de este diccionario hablan las numerosísimas ediciones y reimpresiones de que fue objeto, la última de las cuales lleva fecha de 1.960.

A mediados de octubre de 1.847, después de 25 años de dedicación a sus empresas editoriales en el extranjero, Vicente Salvá se instala definitivamente en su Valencia natal; pero el destino quiso que muriera lejos de su tierra, víctima de una epidemia de cólera, atendiendo sus negocios de París, el 5 de mayo de 1.849.

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Carles Salvador (1.897-1.955)

Carles Salvador Gimeno (Valencia, 1.893 – Valencia, 1.955).

Poeta y gramático valenciano.

Maestro en Benasal (Castellón).

En 1.919 publicó el folleto El valenciano en las escuelas (El valencià a les escoles) y en 1.921 lanzó un manifiesto, Pro asociación protectora de la enseñanza del valenciano (Pro Associació Protectora de l’Ensenyament Valencià), sin demasiado éxito.

Fue miembro fundador de la Associació Protectora de l’Ensenyança Valenciana, y colaborador en la prensa valenciana con artículos literarios y gramaticales, fundamentalmente en revistas como «Taula de les Lletres Valencianes», «La República de les Lletres» o «El Camí».

Fue uno de los principales promotores de la normalización ortográfica en la Comunidad Valenciana.

Nombrado director numerario del Centro de Cultura Valenciana, donde ingresó con el discurso titulado Qüestions de llenguatge (1.935).

Publicó, entonces, varios opúsculos gramaticales que serían decisivos para la divulgación de la gramática de Pompeu Fabra en la Comunidad Valenciana.

Miembro de la Taula de Lletres Valencianes, también participó en la redacción de las Normas de Castellón.

Tras la Guerra Civil, su poesía se volvió más tradicional y austera; publicó Nadal flor cordial (1.943), El fang i l’esperit (1.951).

En 1951 promovió dentro de Lo Rat Penat los cursos de Lengua y Literatura Valencianas y publicó una Gramática valenciana (1.951).

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Manuel Sanchis Guarner (1.911-1.981)

Manuel Sanchis Guarner (Valencia, 9 de septiembre de 1.911-Valencia, 16 de diciembre de 1.981).

Filólogo, historiador y escritor valenciano.

Escribió sobre aspectos lingüísticos y folclóricos de la Comunidad Valenciana.

Manuel Sanchis Guarner puede ser considerado, sin lugar a duda, el iniciador de la Filología moderna en las tierras valencianas.

Huérfano desde muy pequeño, fue criado por su tío, el canónigo y erudito José Sanchis Sivera, junto al que inició su aprecio por la lengua, la historia y la cultura de los valencianos.

Licenciado en Derecho y en Filosofía y letras, se formó como filólogo e historiador en el Centro de Estudios Históricos de Madrid, donde fue discípulo de Menéndez Pidal, Navarro Tomás i Américo Castro, entre otros.

Colaboró en la ALPI (Atlas Lingüístico de la Península Ibérica) y con un planteamiento historicista publicó La llengua dels valencians, el 1.933, con la intención de aclarar didácticamente a los valencianos la identidad filológica de su lengua.

El libro, que fue un éxito, todavía en nuestros días continua reeditándose.

Un año antes, Sanchis Guarner aparecía entre los firmantes de las Normes de Castelló, como resultado de su liderazgo estudiantil.

Durante la Guerra de 36-39 se incorporó al ejército de la República y obtuvo el grado de capitán de artillería, por lo que, al finalizar el conflicto fue condenado a doce años y un día de prisión, pero sólo cumplió cuatro, al beneficiarse de un indulto del gobierno.

En el año 1.981, víctima de un infarto, moría, dejando su grandísimo legado intelectual a su pueblo.

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José Sanchis Sivera (1.867-1.937)

José Lázaro Floro Sanchis y Sivera (Valencia, 5 de enero de 1.867 – 21de mayo de 1.937).

Canónigo e historiador.

Hizo sus estudios en el Seminario Conciliar de la ciudad, ordenándose en 1.890, centro en el que ejerció la docencia como profesor de Historia Eclesiástica y Arqueología e Historia del Arte; fue nombrado oficial de secretaría del Palacio Arzobispal y redactor y administrador del Boletín Oficial Eclesiástico de la diócesis.

Muy joven, fue nombrado canónigo del cabildo catedralicio de Segorbe, desde el que pasó a la misma dignidad en el de Valencia, ejerciendo en La Seo toda su vida.

Desde ese momento fue el discípulo predilecto del doctoral de aquel cabildo, Niceto Alonso Perujo y, siguiendo sus huellas, escribió sobre filosofía y teología, publicando una pequeña serie de tomitos titulados El alma, La revelación, El mundo, El hombre, etc.

Pero bien pronto se inclinó por la investigación al entrar en el selecto círculo de los investigadores y escritores regnícolas (Escritor de las cosas propias de su patria) que los domingos por la tarde se reunían en la casa del insigne bibliófilo José Serrano Morales, entre ellos, Martínez Aloy, Martí Grajales, Cebrián, Llorente, Rodrigo Pertegás, Tramoyeres, el barón de Alcahalí, Almarche y otros.

Sobre todos ellos, Roque Chabás le abrió caminos amplios en la investigación y Llorente le ofreció Las Provincias, de cuyo periódico iba a ser asiduo colaborador.

El tiempo libre de Sanchis Sivera iba a facilitarle el trabajo en los archivos y la redacción en su despacho y biblioteca.

Más de cien títulos componen su bibliografía sobre Valencia y su reino.

Fue, asimismo, miembro de la Real Academia de San Carlos, del Centro de Cultura Valenciana y académico correspondiente de la Real Academia de la Historia (desde 1.919) y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, así como del Institut d’Estudis Cataláns.

Su obra cumbre es La Catedral de Valencia (1.909), verdadera guía histórica y artística durante muchos años.

Asimismo, estudió con gran dedicación a los Borja valencianos, cuya memoria reivindicó, en Algunos documentos y cartas privadas que pertenecían al segundo Duque de Gandía don Juan de Borja (1.920), El Cardenal Rodrigo de Borja en Valencia (1.924), Un breve del Papa Alejandro VI y El obispo de Valencia, don Alonso de Borja (Calixto III), 1429-1458 (1.926).

Escribió más de 100 obras sobre arqueología, historia, arte y religión.

Fue un gran medievalista valenciano.

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Luis Santángel (1.435-1.498)

Luis de Santángel (¿Daroca, Zaragoza o Villamarchant, Valencia?, 1.435 o 1.438 – Alcalá de Henares, Madrid, febrero de 1.498).

Escribano de ración (Su función principal en la Corte del Rey Fernando era la financiera: prestar dinero al Monarca, que éste después le devolvería con cargo a diversas rentas).

El estudio del apellido Santángel en la investigación de la clase social conversa de la Corona de Aragón a lo largo del siglo xv, supone enfrentarse a todo un complejo entramado de familias judías que, repartidas por amplias zonas geográficas del Aragón medieval, y logrando una destacada posición social y económica, adoptaron el mencionado nombre, a raíz de su conversión, hecho que viene a coincidir con la celebración de las últimas sesiones de la Disputa de Tortosa (1.413-1.414), que supuso una gran derrota teológica para el judaísmo, lo que provocó numerosas conversiones al cristianismo.

Si la investigación se centra en aclarar quién fue el converso Luis de Santángel, que llegó a ser escribano de ración, se puede afirmar que el debate aún continúa desde que en 1.918 Manuel Serrano y Sanz diera a conocer su labor en genealogías conversas aragonesas.

Este investigador, dando por válido lo que se dice en el Libro Verde de Aragón, afirma que su origen se remonta a la familia judía bilbilitana (Relativo a Calatayud, localidad española de Zaragoza, o a sus habitantes) de apellido Chinillo.

Don Noah Chinillo, comerciante, tuvo cinco hijos, uno de ellos, fue Azarías Chinillo, que convertido en 1.415, decide llamarse Luis de Santángel.

En ese mismo año otorgó documentos en Híjar y en Daroca como drapero o comerciante de paños.

El Libro Verde dice de él que “era muy leído”, cursando años después los estudios de jurista y estableciéndose en Zaragoza en 1.425, donde ejerció de letrado.

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Casó dos veces, la primera mujer era judía, la segunda cristiana vieja, María Ximénez Cit, con la que tuvo al menos seis hijos, los varones, Pedro, Martín, Juan, y Luis, su primogénito.

Por su testamento de 3 de abril de 1.465, se sabe que nombró heredero universal a su hijo Luis de Santángel, que más tarde moriría decapitado por su participación en el asesinato del inquisidor Pedro de Arbués.

Azarías Chinillo (Luis de Santángel) tuvo al menos cuatro hermanos: Juan Martínez Martín, Pedro Martínez de Santángel, padre de Pedro de Santángel, obispo de Mallorca en 1.466, y Alfonso.

Y sin poder establecer la línea de parentesco, Serrano y Sanz, apoyándose en varios documentos, dice que “Luis de Santángel, escribano de ración, fue hijo de otro Luis de Santángel, quien puede afirmarse que descendía del bilbilitano don Noé Chinillo, y cuyo padre, según se cree, lo fue Alfonso de Santángel”.

Según esto, el padre del escribano sería primo hermano de don Pedro de Santángel, el obispo de Mallorca.

Esta es la versión que se puede considerar “tradicional” acerca del origen familiar del escribano de ración.

Investigaciones recientes apuntan en otras direcciones.

El profesor y acreditado investigador del judaísmo aragonés Miguel Ángel Motis, apoyándose en el proceso inquisitorial incoado a la madre del escribano, doña Brianda, afirma que su abuelo paterno, Luis de Santángel, el Viejo o el Mayor, era un mercader de pañería o drapero, nacido en Daroca, que abrazó el cristianismo poco después de finalizada la Disputa de Tortosa.

Hacia 1.436 se le encuentra en Valencia, donde fijó su lugar de residencia hasta su muerte alrededor de 1.444.

De sus tres hijos, Luis de Santángel, menor, el primogénito, Pedro y Berenguer, Luis fue el padre del futuro escribano.

Nacido en Daroca y mercader como su padre, casó con Brianda con la que tuvo tres hijos: Jaime, Galcerán y Luis, el futuro escribano, nacido en Daroca en torno a 1.438 o 1.439.

Su padre también tuvo su lugar de residencia permanente en Valencia, cuya acta de vecindad la obtuvo en septiembre de 1.446.

Por su parte, la profesora y gran especialista en el judaísmo de la Corona de Aragón, Asunción Blasco, replanteándose la información que proporciona el Libro Verde de Aragón, dirige su investigación hacia los Chinillo-Santángel de Zaragoza y de Híjar, “Los Chinillo (afirma Blasco) formaban grupos diseminados por el Reino de Aragón. Aunque a comienzos del siglo XIV había miembros de dicha familia en Montalbán, las principales ramas se hallaban en Zaragoza e Híjar”.

En esta última localidad se conoce la identidad de un judío Yehudah Chinillo que en 1.415 se convierte al cristianismo con los nombres de Luis de Santángel.

Y al menos desde 1.380 habitaba en Híjar un judío llamado Noah Chinillo, comerciante y prestamista de gran solvencia.

Ello le permite afirmar que “Lluís de Santàngel, hijo de Noha Chinillo, judío habitante de Híjar, cuando era judío se llamaba Jehudá, no Azarías como hasta ahora se venía creyendo”.

Aún así, con prudencia, Blasco concluye que “con los datos conocidos no parece claro el origen troncal del escribano Lluís de Santàngel, si realmente descendía de una familia conversa aragonesa”.

Hay otros datos biográficos sobre los que la documentación conservada no deja lugar a dudas. Luis de Santángel dice de él mismo que era “natural de la ciutat de Valencia”.

Nacido y criado en el seno de una familia de comerciantes, nada tiene de extraño que siguiera esa tradición familiar, al igual que su hermano Jaime (si se da por bueno que fuera hijo del Luis de Santángel que casó con Brianda), y encargado de la administración de los asuntos mercantiles de su padre en Barcelona, se trasladó a esa ciudad.

En 1.475 Juan II le concedió el oficio de receptor de las pecunias del antiguo Patrimonio Real en Valencia.

Tres años más tarde entró de continuo en Palacio, y contrajo matrimonio por estas fechas con Juana de Taranau, que le dio cuatro hijos: Luisa (que casó con Ángel de Villanueva, quien en 1.515 fue nombrado virrey de Cerdeña), Fernando, Jerónimo y Alfonso.

Y el 13 de septiembre de 1.481 obtuvo de Fernando V el nombramiento de escribano de Ración, cargo que ocupó hasta la fecha Gaspar Maymó, cuya mala salud le hizo dimitir.

Se le asignó la cantidad de 8.000 sueldos barceloneses, además de lo que percibiría en concepto de quitación o sueldo.

El cargo de “escriva de ratio” tenía como principal obligación llevar cuatro libros: en el primero se registraban los nombramientos de los servidores del palacio, sus quitaciones o sueldos, no en cantidad metálica sino en bestias; en el segundo se hacía inventario de los bienes de valor del palacio; en el tercero llamado Libro de cuentas se hacía constar el gasto diario de la casa real; el cuarto libro era el del registro de todo albarán y carta de pago “de quitación, vestuario y gracia, y aun de las ayudas de costa”.

Encumbrado en tal cargo de privilegio, nada tiene de extraño que siguiera tan de cerca el proyecto colombino, llegando a ser su principal interlocutor, al decidir en su favor el vacilante ánimo de la reina Isabel, lo que bien pudo tener lugar en la nueva ciudad de Santa Fe, donde residieron los Monarcas algunos meses después de la conquista de Granada.

Tanto la amistad personal de Santángel, como su apoyo político y financiero no le faltaron a Cristóbal Colón.

En sociedad con Francisco Pinelo concedió al visionario navegante un préstamo por importe de 1.140.000 maravedís, al módico interés del 1,5 por ciento, un tercio del vigente en los censos otorgados por los organismos de la Administración del Reino, cargando dicha cantidad en las cuentas generales de la Cruzada y el Subsidio.

En cuanto a la amistad que unió a ambos hombres, da prueba de ello la carta que Colón le escribiera a bordo de su carabela el 18 de febrero de 1.493.

Santángel continuó gozando del favor y el respeto de los Reyes, verificando en 1.496 el matrimonio entre doña Juana con el archiduque Felipe, y recibiendo al año siguiente por concesión real todos los bienes que perteneciesen al Erario por confiscación del Santo Oficio a los herejes y apóstatas (hubo varios con el apellido Santángel) en el Reino de Valencia, merced que sería perpetua para sus descendientes.

Parece ser que acompañando a los Reyes que habían decidido tras la muerte del príncipe Juan pasar el invierno en Alcalá de Henares, enfermó en esta localidad y en ella murió a comienzos del mes de febrero de 1.498.

Su hijo Fernando le sucedió en el cargo con carácter vitalicio.

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía

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  • Almela y Vives, Francesc. Pere Balaguer y las Torres de Serranos.

  • Badía, A. y Pascual, J. Las murallas árabes de Valencia.

  • Ayuntamiento de Valencia. Las Torres de Serranos y de Quart. La ciudad amurallada de Valencia.

  • Cervera Arias, Francisco y Mileto, Camilla. Las Torres de Serranos. Historia y restauración.

  • Lerma Alegría, J.V. La ampliación de la muralla y el nuevo recinto urbano.

  • López Cavero, Javier. “Torres de Serranos”. Guía de Museos y Monumentos Municipales.

  • El plano de Valencia de Tomás Vicente Tosca.

  • Ferreres Carbonell, José. Cárceles Torres de Serranos. 1.880.

  • Blázquez Izquierdo, Carmen. Historia de una restauración. La Puerta de Serranos.

  • López Cavero, Javier. “Torres de Quart”. Guía de Museos y Monumentos Municipales.

  • Vicente Gascón Pelegrí. Prohombres valencianos en los últimos cien años, 1.878-1.978

Fotografía

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