De comercio de abastecimiento de vino a granel para los mercantes atracados en el Puerto de Valencia, ha pasado a ser uno de los referentes, no ya del barrio donde se encuentra, el Canyamelar, sino de Valencia.
Esto es en lo que se ha convertido Bodega Casa Montaña, ubicado en la calle Josep Benlliure número 69, un espacio que conserva todo el sabor de las tabernas donde poder disfrutar, tanto de una tapa a modo de aperitivo, como de una deliciosa comida más extensa.
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Desde su fundación en 1.836, Casa Montaña siempre fue un clásico en los Poblados Marítimos, pero fue con la llegada del empresario Emiliano García en 1.994 cuando comenzó a experimentar una evolución que le llevaría a adaptarse a los nuevos tiempos.
Como comenta su propietario Emiliano García: “sin la labor de los anteriores propietarios, el comercio no seguiría donde está. Nosotros hemos mantenido y recuperado su esencia respetando los espacios originales”.
Aparentemente nada ha cambiado desde su fundación en 1.836.
Sigue siendo un espacio de encuentro que nos abre la puerta a un universo de sensaciones, Casa Montaña es un lugar para la conversación, para «revivir» el placer de los sentidos y reencontrarse con los sabores en un ambiente donde la tradición y la modernidad viven reconciliadas, bajo un proyecto basado en la Sostenibilidad y la Hospitalidad.
En 1.861 se produce el primer relevo generacional en el negocio, y Casa Montaña es heredada por Ramona Montaña Romeu, hija de los fundadores.
En 1.880 se acometió la reforma de la barraca original, dando lugar al edificio de fachada actual.
El matrimonio Omedes – Doménech compró Casa Montaña por 10.000 ptas. en 1.907.
María Pérez, viuda del bisnieto de los fundadores, se hizo cargo del local hasta 1.960; ese mismo año Casa Montaña era traspasada a Enrique Guerra, que sólo regentó el establecimiento durante dos años, aunque siempre mantuvo el nombre de Casa Montaña.
La propiedad de la histórica bodega volvería a cambiar de manos en septiembre de 1.962, siendo traspasada al matrimonio formado por René Soriano March y Juana María Reus March quetomaron su relevo e imprimió personalidad durante algo más de 29 años.
En 1.991 un nuevo traspaso dejaría el control del negocio al cargo de Santiago Polo García, pintor de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, se hace cargo del negocio durante 3 años.
La influencia de Santiago Polo como las de los anteriores propietarios, confirió a Casa Montaña una personalidad todavía visible en la actualidad.
Finalmente, en 1.994, Casa Montaña fue de nuevo traspasada y recayó en manos de Emiliano García, actual propietario de la misma e impulsor definitivo de la tradición enológica y gastronómica que marca la solera y la personalidad única de esta histórica bodega de la ciudad de Valencia.
Emiliano García le aporta un sello personal, sin perder la identidad que siempre ha tenido, con una amplia restauración interior; habilitó una sala de catas donde, desde hace tiempo, celebra tertulias bimensuales con distintas personas del mundo de la cultura, la política y la sociedad española, y cuyos ingresos van a una organización humanitaria,
En el año 2.006, con la incorporación de Alejandro García Llinares, hijo de Emiliano e Ingeniero de profesión, el relevo generacional asegura la evolución necesaria en un proyecto como Casa Montaña, en el que la modernidad vive en perfecta conciliación con la tradición.
Tras una fachada modernista y en pleno corazón del popular barrio del Canyamelar encontramos Casa Montaña, uno de los establecimientos con más solera y personalidad de Valencia.
Casa Montaña se ha convertido en punto de encuentro de intelectuales y artistas, empresarios, políticos, amigos y vecinos, y una heterogénea y sensible clientela, hoy es reconocida internacionalmente por las mejores publicaciones de viajes y gastronomía.
También destacan sus actividades culturales, como los seminarios de vinos y sus tertulias que reúnen a profesionales de las ciencias, las artes, las letras y las humanidades.
Por la taberna, también han pasado otras personalidades, como el príncipe Alberto de Mónaco.
También del mundo del cine han acudido profesionales, como Gwyneth Patrow, quien reflejó toda la esencia de la bodega en su conocido programa de viajes y gastronomía Spain on the Road Again, rodado en Casa Montaña.
Su fachada modernista persiste, y la entrada a la zona de tapeo, donde antes se almorzaba, impresiona al contemplar sus barricas y artesonado.
Es el local donde tomar clòtxines, en temporada es de obligado cumplimiento, y donde se puede elegir entre sus más de 1.000 referencias de vino.
Es uno de los bienes culturales del Canyamelar y objeto de cientos de fotos cuando las procesiones de la Semana Santa Marinera transcurren por delante de su puerta.
Se ha convertido en un espacio de diálogo, donde se funde la buena gastronomía y la buena conversación.
Emiliano García tiene también el futuro de Casa Montaña asegurado, en cuanto a su continuidad, con su hijo Alejandro, ingeniero de profesión, gerente del establecimiento desde hace más de 10 años.