Si te gustan nuestros artículos puedes suscribirte a los boletines semanales con las últimas noticias sobre la historia de Valencia

Si, en mi opinión, nos condiciona y… ¡mucho!

Antes de exponer (en base a una opinión personal, por supuesto) los patrones que condicionan nuestra actitud, creo importante distinguir y diferenciar entre las distintas conductas o actitudes que nos llevan a hacer interpretaciones sobre nuestra edad.

Existen patrones preestablecidos para diferenciar básicamente unas de las otras, estas son:

EDAD BIOLOGICA O CRONOLÓGICA.

Tiene en cuenta los cambios físicos y biológicos que se van produciendo en las estructuras celulares, de tejidos, órganos y sistemas.

EDAD PSICOLOGICA.

Define a la vejez en función de los cambios cognitivos, afectivos y de personalidad a lo largo del ciclo vital.

EDAD SOCIAL.

Suele medirse por la capacidad de contribuir al trabajo, la utilidad social, etc. Estimación que varía según las sociedades, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del continuo «viejo sabio – viejo inútil».

Contemplar nuestra metamorfosis entre la edad temprana hasta la senectud, implica muchas trasformaciones, muchas de ellas marcadas por nuestra actitud (por ejemplo, como afrontamos la muerte y situaciones estresantes) a esto le llamamos (como muy bien dijo Toni) resiliencia o nuestra capacidad de adaptación a un estado o situación adversa.

Demasiadas veces empleamos el término “viejo sabio” o “experiencia” para manifestar nuestras propias lecciones empíricas imbuidas por ideas y/o sentimientos negativos o perniciosos de circunstancias anteriores en contextos personales, sociales, etc. y que nada o poco tienen que ver con nuestra realidad actual, por tanto, atribuimos situaciones pasadas a vivencias actuales usando el silogismo…

Experiencia – pasado

Pasado – perjudicial

Perjudicial – experiencia similar

De manera que tendemos a pensar, en mi opinión, que situaciones análogas deben responder a réplicas iguales o cuando menos similares.

No somos conscientes o por lo menos obviamos, que nuestro devenir por la vida no es ilimitado, de modo que no debemos encantarnos, “si tiramos piedras a todo perro que nos ladre, nunca llegaremos al final de nuestro camino”.

Evidentemente hay opiniones para todos los gustos, pero lo que no debemos perder de vista, es que tenemos un tiempo finito, debemos saber lo que queremos hacer con él y pensar que está lleno de posibilidades.

Y NUNCA, NUNCA creer que una acción pasada, con circunstancias, vivencias, conocimientos empíricos, estados emocionales, etc. va a originar los mismos o similares resultados que una situación análoga, pero NUNCA igual, puesto que ya nos somos los mismos que en momentos anteriores.

Creo que debemos mirar nuestra evolución como un proceso diferencial y no como un estado. Se trata de cambios graduales en el que intervienen un número muy considerable de variables con diferentes efectos lo que dará como resultado una serie de características diferenciales muy acusadas entre las personas de la misma edad cronológica.

A modo de pensamiento personal, quiero exponer mi creencia más firme y declarar que, es aconsejable vivir según nuestra edad interior, dejemos que ese cronómetro interno nos vaya guiando y disfrutemos, la vida es un regalo, cuidémosla y gocemos de ella.

¡No vivamos de recuerdos, vivamos recordando lo vivido!

Una opinión como otra cualquiera.

Cualquier cosita…

Erre y eme