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Juan Negrín López (Las Palmas de Gran Canaria, 3 de febrero de 1.892 – París, 12 de noviembre de 1.956) fue un médico fisiólogo y político español, presidente del Gobierno de la II República entre 1.937 y 1.945, ya en el exilio.

El caso de Juan Negrín es atípico en la política española. Se incorporó tardíamente a ella tras labrarse una carrera de investigador como médico y profesor de fisiología, y dirigir una clínica privada en Madrid. Se afilió al PSOE en el año 1.929, abandonando sus actividades investigadoras. Además, hablaba varios idiomas, algo atípico en esa época. Presidente del gobierno de la República desde 1.937 hasta 1.939, Juan Negrín fue uno de los personajes más controvertidos de la Guerra Civil Española. «La figura de Negrín fue objeto de debate enconado en su tiempo, luego en la posguerra y, finalmente, la controversia llegó a la historiografía. Demonizado o ensalzado, Juan Negrín ha sido considerado tanto un fiel servidor de la permanente conspiración comunista a sueldo de Moscú, como el político más leal a la causa republicana por la fe en el triunfo final, o ha sido definido como una especie de vidente que supo predecir la inexorabilidad de la segunda guerra mundial, con lo que su política de resistencia a ultranza (“resistir es vencer”) habría desembocado en la victoria de la República, caso de que la guerra española hubiera durado cinco meses más». Según el historiador Stanley G. Payne, tras el fin de la guerra no había personaje más odiado. El PSOE, controlado por Indalecio Prieto, decidió su expulsión del partido en 1.946, acusándolo de subordinación al Partido Comunista de España y la Unión Soviética.

La figura de Juan Negrín ha sido reivindicada en los últimos tiempos por estudios como los de Santiago Álvarez, Manuel Tuñón de Lara, Juan Marichal, Ángel Viñas, David Jorge o Enrique Moradiellos, afirmando que se trata de uno de los mayores y más preparados estadistas en la España del siglo XX. Otros autores, en cambio, como el anarquista Francisco Olaya Morales o el revisionista Pío Moa, han expresado su disconformidad hacia las gestiones y decisiones elaboradas por Juan Negrín, manteniendo las viejas acusaciones vertidas contra él.

Hijo primogénito de Juan Negrín Cabrera, próspero hombre de negocios canario, muy bien relacionado comercialmente con Europa, y de Dolores López Marrero, natural de San Mateo, en la isla de Gran Canaria. Su familia era muy conservadora y de creencias católicas muy sinceras. Su hermano fue sacerdote claretiano y su hermana hizo los votos seglares. Su madre terminaría instalándose en Lourdes después de la guerra.

Juan Negrín estudió las primeras letras en su ciudad natal en el colegio privado “La Soledad”, y obtuvo las máximas calificaciones en el Bachillerato, a la edad de 14 años. En 1.906 su padre le envió a estudiar medicina a Alemania. Comenzó la carrera a los quince años, primero en la Universidad de Kiel (1.907) y luego en la de Leipzig (1.908), vinculándose a su ya célebre Instituto de Fisiología y a la prestigiosa figura de Ewald Hering. El 21 de agosto de 1.912, a los veinte años, obtuvo el grado de Doctor, con una tesis sobre el tema «Zur Frage nach der Genese der Piqûre-glycosurie». Además de dar a imprenta en los dos años siguientes varios trabajos de investigación sobre Fisiología en revistas alemanas, algunos con su maestro E. T. von Brücke, trabajó como asistente numerario en la misma Universidad. Con la movilización de sus superiores durante la Primera Guerra Mundial, asumió nuevas responsabilidades docentes, aunque no llegó a aceptar el puesto de «Privat-Dozent» que le ofrecieron, prefiriendo regresar a España. En Alemania cursó también la carrera de Químicas casi entera, y aprendió inglés, alemán y francés, traduciendo del francés al alemán L’Anaphylaxie de Charles Richet. Poco después dominaba también el italiano y el ruso, y más adelante llegaría a conocer diez lenguas, algo insólito.

El 21 de julio de 1.914 contrajo matrimonio con María Mijailova Fidelman, perteneciente a una acomodada familia rusa natural de Ekaterimburgo, que estudiaba también en Leipzig. De los cinco hijos que tuvo el matrimonio fallecieron las dos niñas menores. Con el tiempo, estas desgracias motivarían el distanciamiento del matrimonio y la entrada en la vida de Juan Negrín de Feliciana López de Dom Pablo, una de sus asistentes, que se convertiría en su compañera.

Los hijos varones supervivientes, Juan, Rómulo y Miguel Negrín Fidelman, no volvieron del exilio, durante el cual con frecuencia usaron Mijailov como segundo apellido. El mayor, Juan o “Jr.” (Leipzig, noviembre de 1.914), fue neurocirujano, ejerciendo en Nueva York, estuvo casado con la actriz Rosita Díaz Gimeno, y representó a los hermanos en las reclamaciones al Estado español por la confiscación de todos los bienes de su abuelo paterno, resueltas en 1.995. Rómulo (Madrid, 8 de mayo de 1.917) fue aviador durante la Guerra Civil, estudió Ingeniería en Nueva York y más tarde se asentó en Jalisco (México), hasta su fallecimiento en 2.004; sus hijos Juan Román y Carmen, habidos de su matrimonio con la norteamericana Jeanne Fetter, debido a la grave enfermedad de esta fueron educados durante 10 años en París por su abuelo paterno, hasta el fallecimiento de este. El tercer hijo de Juan Negrín, Miguel, residió en Nueva Jersey donde falleció en el año 2.013.

Carrera académica en España

Por los problemas derivados de la guerra europea, regresa a España en octubre de 1.915, y con fecha 22 de febrero de 1.916, desde Las Palmas de Gran Canaria, solicita a la Junta para la Ampliación de Estudios una beca para continuar sus estudios en varios centros de investigación norteamericanos de Nueva York y Harvard, a la vista de lo cual es promovido por Santiago Ramón y Cajal para que dirigiera un nuevo Laboratorio de Fisiología General en Madrid, que por falta de espacio en el Instituto Nacional de Ciencias, se sitúa en los sótanos de la Residencia de Estudiantes, lo que acepta.

En 1.919, tras un examen de reválida que supera con Sobresaliente y Premio Extraordinario, le fue convalidado su título alemán de Licenciado de Medicina y Cirugía. Al año siguiente realiza los cursos de doctorado y presenta una nueva tesis: “El tono vascular y el mecanismo de la acción vasotónica del esplácnico”, calificada de Sobresaliente; en ella, su teoría sobre las «substancias receptivas» se demostraría certera, y anticipada en unas decenas de años. En 1.922, tras la muerte del profesor José Gómez Ocaña en 1.919, opositó a cátedra de Fisiología de la Universidad Central de Madrid, que obtuvo por unanimidad. Desde este puesto organiza un Laboratorio de Prácticas en la facultad de Medicina, mientras el de la Residencia de Estudiantes lo enfoca hacia la investigación. Su labor académica y gestora a partir de 1.923, cuando es nombrado secretario de la Facultad, es amplia y eficaz:

“Quizá su mayor impronta se apreció en la ya mencionada reforma del plan de estudios médicos que sometió a la aprobación de la Junta de Facultad en julio de 1926. Dos años más tarde, con ligeras variaciones, ese plan recibió la correspondiente aprobación ministerial y entró en vigor en el curso 1928-1929. Y con posterioridad impulsaría la constitución en el seno de la Universidad Central del Instituto de Comprobación de los Medicamentos (dirigido inicialmente por su discípulo José Domingo Hernández Guerra) y, ya en 1932, de la Escuela de Educación Física y Medicina del Deporte (de la que se haría cargo su discípulo Blas Cabrera Sánchez)… La eficacia gestora y capacidad de trabajo de Negrín al frente de la secretaría de la Facultad le abrió las puertas para otra tarea de mayor enjundia y calado: la secretaría ejecutiva de la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria, creada en mayo de 1927…”

Pero, sobre todo, Juan Negrín se ocupa de crear una escuela de Fisiología de renombre mundial. Fue maestro, entre otros, de los más tarde profesores Severo Ochoa (galardonado con el premio Nobel de Fisiología y Medicina), José María García-Valdecasas y Francisco Grande Covián, que pudieron beneficiarse también de la impresionante biblioteca de Fisiología que Juan Negrín se había traído consigo de Alemania y se dedicó a completar. A pesar de sus conocimientos, y según testimonio de alumnos como el propio Severo Ochoa, «explicaba mal» y «suspendía mucho».

Tras unos años muy fecundos de docencia e investigación científica de primera calidad, dejó su carrera para entrar en la política, aunque, según recordó F. García Valdecasas en ocasión de su centenario: “Hoy día multitud de científicos destacados en todo el mundo (no puedo entrar, como quisiera, en hablar extensamente de ellos) enlazan su linaje vocacional con la estela dejada por Juan Negrín”. Uno de los hospitales más importantes de las Islas Canarias, sito en Las Palmas de Gran Canaria, lleva en su honor el nombre de «Hospital Dr. Negrín».