Desaparición de la Casa

Desaparición de la Casa

Los orígenes históricos de la Casa de Beneficencia

La desaparición de la Casa de Beneficencia

Nuevas mejoras de las instalaciones a lo largo de la década de los 60 desembocaron en una nueva concepción para el alojamiento de las asiladas con la construcción de 9 módulos para hogares de las niñas.

Sustituyendo los grandes dormitorios y salas comunes se procederá a la instalación de tabiques y puertas para conformar entornos más acogedores para las aisladas.

Los años 80 se abren, con la habilitación como aparcamiento para los funcionarios en 1.981, uno de los patios del edificio, al cual a lo largo del año siguiente serán trasladados diversos organismos dependientes de la Diputación Provincial, como los Museos de Prehistoria y de Etnología y el servicio de publicaciones, con las correspondientes obras de acondicionamiento.

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Ese mismo año se procedió también al revoco (repintar o enlucir una pared o cualquier paramento, especialmente la parte exterior) y pintura de la totalidad de las fachadas.

Un estudio del Servicio de Patrimonio y Mantenimiento de la Diputación de Valencia señalaba que “[…] desde 1.9825 ha sufrido notables transformaciones a causa de obras de acondicionamiento para buscar su mejor adaptación a los nuevos usos, pero su actuación se ha llevado a cabo de manera parcial y paulatina, careciéndose de un plan rector que permitiese una lectura clara del interior de edificio de acuerdo con su nueva función. […] El Museo de Prehistoria ocupa actualmente gran parte del ala izquierda de esta antigua Casa de Beneficencia en sus 3 plantas, habiéndose hecho remodelaciones necesarias en su interior que, sin embargo, han afectado escasamente al edificio en sus elementos estructurales. En la planta baja se disponen los almacenes y el laboratorio de restauración, las salas de materiales catalogados y colecciones de referencia, así como el depósito de publicaciones propias. En la primera planta se encuentran las salas de exposición dedicadas al Paleolítico, Epipaleolítico y al Arte Paleolítico, además de la biblioteca. En la segunda planta, la sala dedicada al Neolítico y al Aula Didáctica y audiovisuales completan las instalaciones actuales […].

Como vemos, el edificio se encontraba parcialmente ocupado por un uso que no le era propio, consecuencia de la supresión de la Institución en 1.981.

La desaparición de la Casa como tal estaba motivada por los nuevos planteamientos de asistencia social a los niños con políticas más integradoras en origen y más respetuosas con las necesidades de la infancia.

Se entendía que un ambiente de disciplina y doctrina no era lo más adecuado, el modelo estaba ya inventado, había que ofrecerles lo más parecido a un hogar y esto se consiguió alojándolos en los pisos tutelados.

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Los orígenes históricos de la Casa de Beneficencia

La desaparición de la Casa de Beneficencia

La supresión de la institución benéfica dará pie a intervenciones más agresivas, como el ya citado derribo de la zona escolar, a fin de dotar de solares apropiados la instalación del IVAM, aunque a costa de un importante cercenamiento del área que ocupaba el edificio.

De este modo desaparecieron, además de las escuelas, las construcciones que albergaban algunos de los talleres de orientación profesional para la capacitación de los asilados como el taller de bordado o la imprenta y un elemento imprescindible en este tipo de asilo, el horno ubicado conformado patios a semejanza del edificio principal.

Tras unos años de incertidumbre en cuanto a las actuaciones, fue elaborado finalmente a instancias de la Diputación un ambicioso proyecto de remodelación integral del conjunto arquitectónico de cara a proporcionar a Valencia de un amplísimo espacio museístico y cultural.

De la memoria del proyecto realizado a mediados de los 90 por Rafael Rivera y Mateo Signes con motivo de la creación del Centro Cultural La Beneficencia el proyecto estuvo condicionado por el estudio patológico y fundamentalmente por el programa, que recoge la ubicación de 3 instituciones de gran relevancia cultural como son: el Museo de Prehistoria, el Museo Etnológico y la Institución Valenciana de Estudios e Investigación (IVEI).

Usos todos ellos agresivos para un edificio histórico por la gran carga técnica que implican si lo que se persigue es una funcionalidad adecuada y se prevé un posible crecimiento o variaciones en los cometidos.

El edificio de la Casa de Beneficencia presenta un nivel II de protección o protección estructural, lo que permitía la construcción de nuevas instalaciones mayores, la redistribución vertical de locales (tanto para la ejecución intermedia de nuevos forjados entre los existentes, como por la supresión de parte de los existentes para conformar espacios interiores de doble o mayor altura, como por la variación en la cota y disposición de los existentes, y en general, cualquier operación de intercomunicación nueva entre los locales ubicados en distintas plantas mediante escaleras, rampas, etc.) y la modificación de los elementos generales de acceso, circulación, iluminación y ventilación (tales como la apertura de nuevos huecos, construcción de nuevos núcleos de escaleras o patios, etc.) incluso sustitución exterior de carpinterías, cerrajerías, revestimientos o acabados.

En lo que respecta a la iglesia presenta un nivel I de protección, es decir, protección monumental, lo que significa que únicamente se podían autorizar obras de restauración que persiguieran el mantenimiento o refuerzo de elementos arquitectónicos que configuren el carácter singular del inmueble.

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Los orígenes históricos de la Casa de Beneficencia

La desaparición de la Casa de Beneficencia

De todo esto podemos deducir que la intervención planteada para el edificio en sí era mucho más permisiva que para la iglesia, por esto la intervención fue mucho más respetuosa con esta, aunque evidentemente, anulando el uso religioso que presentó en su origen y que de cualquier forma había desaparecido.

Teniendo lo anterior como premisa de proyecto, el mayor problema que se planteaba era encajar 3 necesidades completamente independientes en un mismo edificio.

Parecía razonable que al menos los espacios del programa como los necesarios para las instalaciones, áreas de servicio, circulaciones alternativas, situados en los cuerpos transversales que unen las naves laterales dedicadas a los museos con la nave central, o los espacios públicos más relevantes como el salón de actos, áreas didácticas, cafetería o tienda fueran compartidos y ayudaran a entender el edificio, no como una adición de instituciones, sino como una globalidad.

De alguna manera siempre había sido esto, una amalgama de espacios muy diferenciados, pero con elementos de fusión, fundamentalmente la seriación (La técnica de seriación permite ordenar los conjuntos artefactuales en una sucesión que luego se aplica para determinar su ordenación temporal) de patios y la propia iglesia, que habían permitido que sus moradores lo identificaran como su casa.

Dado que al edificio se le asignaba un nuevo programa, era necesario comprobar que los forjados estaba preparados para recibir las nuevas sobrecargas de uso, aunque una gran parte de los forjados de mobila estaban preparados para recibir las nuevas cargas y en general estaban en buen estado de conservación, no ocurría lo mismo con los forjados de madera de pino y los metálicos.

Se optó, en general y como mediad de seguridad, por un refuerzo de losa de hormigón, actuando como capa de compresión empotrada en los muros, eliminando los pavimentos y el relleno hasta la cota de las viguetas, atando mediante conectores la malla metálica con las viguetas y por la sustitución de aquellos elementos en deficiente estado.

Las cerchas de madera (Una cercha es un elemento estructural compuesto por barras de acero o madera que se interconectan entre sí para formar estructuras triangulares que forman un entramado rígido, estas estructuras están sometidas a fuerzas de tracción y supresión ya que por encima de ellas se suelen colocar cubiertas y tejados a los cuales sirven de apoyo, por debajo de ellas, para sujetarlas, se colocan pilares) del edificio y la metálica de la iglesia se mantuvieron en lo posible reforzando las uniones con el muro con pletinas metálicas y con un zuncho de hormigón (El zuncho de hormigón perimetral es un sistema constructivo basado en hacer una cimentación de hormigón y armadura de hierro que soporte el peso de la construcción que se va a realizar encima), que a su vez funcionara como viga de atado del conjunto, lo que obligó al apuntalamiento de la cubierta.

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La desaparición de la Casa de Beneficencia

Los muros de carga no necesitaban especial tratamiento incluyendo las cimentaciones de los mismos, entendiéndose que estaban preparados para recibir las nuevas cargas; únicamente para no cargar en exceso se optó por crear una nueva estructura vertical para construir los altillos en la planta baja.

Los dinteles de los vanos también estaban en buen estado con lo que la intervención sobre los mismos consistió en el picado del enfoscado (capa de mortero empleada para revestir una pared o un muro) para realizar nuevos acabados.

Esta demolición afectó a las molduras de las fachadas, incluida la cornisa, a las que les iba a afectar el repicado del revestimiento.

Previo a su desaparición se realizaron unas plantillas para reproducirlas en hormigón.

Otro factor determinante era ubicar el acceso principal del edificio, para lo que se plantearon distintas posibilidades, utilizar el acceso que Belda planteó para componer la fachada de Guillem de Castro, con el problema del excesivo tráfico y la escasez de acera que presenta este frente; relacionar el museo con uno ya consolidado como era el IVAM, que contaba con la dificultad de utilizar la fachada más residual y una calle que ya era de servicio, o mantener la entrada histórica de la calle Corona, la más representativa del edificio, conservando la jerarquía de patios del proyecto original.

Se optó por esta última solución, seguramente la que más entendía el edificio como la isla que fue y la mejor de todas, aunque dado que el acceso al museo por imperativo funcional tenía que ser muy agresivo con el edificio existente, se podía haber planteado precisamente en la fachada al IVAM, que hubiera evitado que la conexión entre ambos museos fuera una fachada medianera y únicamente una calle de servicios y que habría permitido beneficiarse del público fiel que contaba y cuenta el IVAM, creando un recorrido museístico entre ambas instituciones.

Las superficies y el volumen en el acceso que presentaba la Casa no eran compatibles con el vestíbulo representativo que requiere un museo por lo que este se ampliará y se optará por una simetría de circulaciones adicionales, aunque visualmente y materialmente relacionadas.

Por las necesidades normativas y para potenciar el sentido público del edificio, se abrirán dos nuevos huecos similares al existente, potenciando el lenguaje renacentista en detrimento del goticista, y los ascensores se colocarán en el exterior, en la fachada lindante con el patio principal, por lo que definitivamente se confirma que el antiguo acceso no se adapta a los condicionantes del nuevo uso que se le iba a dar al edificio.

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La transparencia con el patio duplica visualmente el hall y crea una relación exterior-interior abierto muy atractiva que recuerda a los espacios de los botánicos del siglo XIX, por la exuberancia de la vegetación de los ficus y de las cycas revolutas que deja entrever, con una poda de recuperación en el primer caso y redistribuidas en el segundo, y a la arquitectura gótica palaciega mediterránea.

Desde el vestíbulo se accede a la primera planta, el reiterado simbolismo de la ascensión a la cultura, al Museo de Prehistoria si se escoge la escalera que sirve al ala derecha o al Museo de Etnología si se toma la escalera simétrica, situándose sobre el espacio que ocupa el hall en la planta baja, una sala de exposiciones temporales.

El recorrido por ambas salas expositivas se establece con una circulación en una única dirección para lo que se sitúa una escalera al final de las salas que sube a la planta segunda y que evita retomar el mismo circuito visitado.

El área administrativa de los museos, en un cuerpo de nueva planta, se sitúa a espaldas de la iglesia, dejando las plantas bajas de los cuerpos laterales, a las que se inserta un altillo que vuelca a un espacio de doble altura en la fachada con los patios, para los servicios privados de ambos museos.

Además, ya desde el patio, se tiene acceso a la cafetería, salón de actos (antigua iglesia) y áreas didácticas, además de la tienda, con entrada directa también desde el vestíbulo de entrada.

Por último, la gerencia del centro y la IVEI (Institución Valenciana de Estudios e Investigación) se ubicarán en el ala que cierra todo el edificio, en el testero que da a la calle de servicio y que contarán con su propio acceso independiente.

Dado que se trata de una intervención sobre un edificio histórico se conservó la imagen del viguerío de los forjados y de las cerchas de cubierta de madera, pero liberándolos de su función portante en el primer caso y, restituyendo los que se encontraban en deficiente estado en ambos casos.

También se conservó la fenestración, pero sustituyendo, en este caso, la madera por la carpintería de aluminio.

La necesaria inclusión de las instalaciones se realizó con una banda central que permite centralizar en ella los circuitos de aire y eléctrico y liberaba al resto del techo de esta servidumbre, permitiendo parcialmente su visión.

Por su parte, el uso como salón de actos de la iglesia, por su carácter representativo, permitió la recuperación de este espacio, en avanzado estado de deterioro, restaurando pavimento, zócalos y la abundante decoración, aunque se tuvo que liberar la imaginería de las lámparas, de los púlpitos con sus tornavoces, del tabernáculo del altar mayor, de la gran cruz del pavimento y de las mesas de los altares laterales, para adaptarla al nuevo uso asignado.

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La imagen de los patios se regularizará axialmente en los de la banda izquierda de modo simétrico a los de la otra banda, mediante derribos y reconstrucciones.

Se eliminarán también los zócalos cerámicos antiguos de muy variados diseños y colores, sustituyéndolos por otros elaborados bajo la dirección de Carmen Calvo, pero dejando los pasadizos transversales entre patios sin los revestimientos de azulejos originales, además se eliminarán los miradores y se realizarán sobrevaloraciones para que todo el centro presente la misma cota de cornisa.

En la actualidad la Beneficencia presenta los patios intermedios, llamados del teatro infantil y de la solidaridad, cubiertos, el Museo de Etnología está cerrado desde hace varios años, utilizándose la planta baja de esta ala como sala de exposiciones temporales, al igual que parte de la planta baja del Museo de Prehistoria, y el recorrido expositivo en el Museo de Prehistoria es poco atractivo, hecho grave dado el valor de las piezas mostradas.

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía

  • La Casa de Beneficencia de Valencia. Antonio Ariño Villarroya-Daniel Benito Goerlich-Ramón Cervera Prada

  • Beneficencia, formación y empleo en Valencia (1.874-1.902). Tesis Doctoral de José Antonio Acosta Sánchez.

  • Centro Cultural La Beneficencia

  • Guía urbana de Valencia antigua y moderna. Marqués de Cruïlles.

  • Apuntes históricos sobre los Fueros del antiguo Reino de Valencia. Vicente Boix. 1.854

  • Arquitectura religiosa del siglo XVII en la ciudad de Valencia. Fernando Pingarrón

  • Décadas de la Historia de la insigne y coronada Ciudad y Reyno de Valencia. Gaspar Escolano

  • Memoria de la Casa de Beneficencia. Pascual Guzman.

  • De l’ofici a la fábrica, una familia industrial valenciana en el canvi de segle “La Maquinista Valenciana”. Amparo Álvarez- Carmen García.

  • Prisión, enjuiciamiento y muerte del general Elio, 1.820-1.822. Juan García González.

Fotografías

  • Archivo fotográfico de José Huguet

  • Archivo fotográfico de Diez Arnal

  • Archivo Histórico Municipal

  • Biblioteca de Etnología

  • Centro Cultural La Beneficencia

  • Archivo fotográfico de Abelardo Ortolá

  • Archivo fotográfico de Manuel Cubells

  • Archivo fotográfico de Rafael Solaz Albert

  • Archivo fotográfico de Lázaro Bayarri

  • Archivo fotográfico de Periódico Levante

  • Archivo fotográfico de José Aleixandre

  • Archivo fotográfico de Marina Solaz

  • Archivo fotográfico de Morales San Martín

  • Archivo fotográfico de Toni Serrano

  • Archivo fotográfico de V. Andrés

  • Archivo fotográfico de Ludovisi y señora